Tuesday, October 30, 2007

De "El señor de los anillos" a "Justicia infinita"

Desde su publicación, muchas han sido las interpretaciones que se la han dado a "El señor de los anillos", de J. R. R. Tolkien. Una discusión que se revitaliza ante el conflicto desatado después del atentado a los Torres Gemelas.
El 19 de diciembre será el estreno mundial de la primera parte de "El señor de los anillos", una película basada en la novela homónima de J. R. R. Tolkien, acaso la más leída de su género en la historia. Nadie sabe para esa fecha en qué fase estará la guerra que le declaró Estados Unidos al terrorismo, pero puede anticiparse que las comparaciones sobrevendrán, inevitablemente.
La novela de Tolkien narra una aventura épica. Son los avatares de la Comunidad del Anillo, una alianza entre distintas razas de la Tierra Media (el mundo que el escritor imaginó) formada para destruir a Saurón, el Señor Oscuro que vive en la siniestra tierra de Mordor, un desierto rodeado de montañas casi inaccesibles.
La lucha es maniquea: la Alianza busca el triunfo del bien sobre el mal para restablecer el orden de los días antiguos. La Guerra del Anillo sobreviene después de un largo período de paz, porque el Señor Oscuro fue derrotado y se había replegado. Pero ahora, la Sombra avanza otra vez sobre el mundo.
La Comunidad está formada por especies tan distintas como hobbits, magos, elfos, enanos y hombres. El ejército de Saurón tiene como oscuros servidores a orcos, trolls y jinetes negros, entre otras bestias sanguinarias. Pero también le ayuda gente común, que pasa inadvertida ante ojos poco atentos y trabaja sin que nadie lo sepa para el Señor Oscuro.
El objetivo de la Alianza es destruir el Anillo Unico, forjado por el mismo Saurón. Se trata de un anillo de oro, común a simple vista, pero que otorga poderes inmensos a su poseedor hasta volverlo inmortal e invencible. Claro que al mismo tiempo, lo corrompe infinitamente a menos que sea un alma pura y pueda resistir a su hechizo.
Saurón, que antiguamente era un mago bueno hasta que se pervirtió, perdió su Anillo Unico en una batalla.
Después de muchos avatares fue a parar al dedo de Gollum, un hobbit de la Tierra Media quien padeció sus efectos y se convirtió en un ser horripilante que no soporta la luz del sol. Desde que lo perdió, vive obsesionado con recuperarlo.
La única manera de destruir el Anillo es arrojándolo al fuego en el que Saurón lo forjó.
La tentación de hacer comparaciones parece inevitable.
La Comunidad o Alianza bien podría ser Estados Unidos y la OTAN; la tierra de Mordor suena a perfecta descripción de Afganistán; y el Señor Oscuro quién otro puede ser sino Osama Ben Laden, hijo dilecto de la CIA reconvertido en demonio.
¿Qué representaría al Anillo Unico?
El fundamentalismo, responderán algunos rápidamente.
Claro que la metáfora admite una lectura en sentido inverso. La Alianza podría ser el mundo islámico, Saurón el presidente George W. Bush y Mordor (que tiene una Torre Oscura), las gemelas del World Trade Center.
¿El Anillo Unico sería, en esta simbología, el capitalismo, el "modo occidental de vida", el imperialismo americano? Puede haber más opciones; las mencionadas tienen el atractivo adicional de que los autores del atentado de setiembre 11 utilizaron medios capitalistas para destruir símbolos capitalistas (el Anillo arrojado en el fuego que lo creó).
La novela tiene otro mensaje: a medida que desarrollan su aventura, los personajes van creciendo y se vuelven más sabios, algo que no se percibe en el mundo actual.
Los seguidores de John Ronald Reuel Tolkien han debatido largamente -lo siguen haciendo- sobre el significado de las metáforas con las que el escritor inundó su obra. Isaac Asimov, palabra autorizada si las hay en ciencia y en ficción, hizo acaso la interpretación más acertada, si bien no la única posible.
Según Asimov, Tolkien quiso advertir sobre los peligros del uso indiscriminado de la tecnología. Así, en su obra los hobbits representan el pasado campesino, agrícola, sin sobresaltos.
Los elfos son la naturaleza, y se convirtieron en militantes ecologistas cuando los enanos, primeros industriales de la Tierra Media, comenzaron a cavar en las minas, a trabajar los metales y a producir una incipiente polución que afectó la naturaleza.
Por eso, elfos y enanos no se llevan bien en la obra de J.R.R. Tolkien.
¿Y el Anillo Unico? Simboliza el poder tecnológico. Pero Asimov advierte que se trata apenas de una herramienta, que corrompe y destruye sólo si se la utiliza mal.
"Los anillos dan poder de acuerdo con las condiciones de cada poseedor", dice Tolkien.
"El anillo es lo que los demás quieren que sea", afirma Asimov en su libro "Acerca de la ciencia ficción".
Sea lo que sea el anillo, la de Asimov resulta una visión interesante en estos tiempos en que los slogans proponen luchas del bien contra el mal borrando las zonas grises.
El anillo en Internet

Una espectacular difusión por Internet, la mayor que ha tenido una película hasta ahora, precede el estreno de "El señor de los anillos". Si se tipea el título de la película en un buscador potente como Google, encontrará 19.700 páginas en español y 557.000 en inglés, y el número crece cada semana. Hay foros, chats, ensayos, fondos de pantalla, juegos y todo lo que pueda imaginarse.
La película se rodó a lo largo de 15 meses en Nueva Zelanda, de donde es oriundo su director Peter Jackson, en el mayor de los secretos. Algunos fragmentos tuvieron su estreno mundial en la red, en la página oficial lordoftherings.net. El día que se publicó el primer trailer, el sitio recibió 40 millones de visitas que descargaron los 30 segundos disponibles. Hace poco se estrenó en el cine, para el público estadounidense, una versión de dos minutos.
Los fanáticos de Tolkien están obsesionados por saber si el director de la película fue fiel al libro. En las pocas escenas disponibles rastrean si respetó el tono épico, el carácter de los personajes, la tonalidad de los paisajes. Por ahora, han quedado conformes a medias.
El casting fue muy cuidado, la caracterización de los actores responde a lo que muchos tenían en mente, pero según dicen quienes vieron la versión en cine de dos minutos, es todo demasiado brillante y luminoso. Los integrantes de la alianza no reflejan el agobio típico de quienes tienen por delante una misión larga y peligrosa.
Es temprano aún para decir si Peter Jackson hizo una versión CNN de la Guerra del Anillo. Pero todo indica que cuando llegue el momento, las comparaciones serán inevitables. (G. B.)

La novela fantástica más leída

La primera edición de El Señor de los Anillos se publicó en 1954 en tres tomos, después de que varias editoriales lo rechazaran.
Hoy se lo considera una obra de culto, admirada por millones de personas en todos los idiomas y es, acaso, la novela fantástica más leída.
J.R.R. Tolkien nació en Bloemfontein, Sudáfrica, el 3 de enero de 1892 y murió el 2 de setiembre de 1973. Fue profesor de lengua y literatura inglesa.
Dijo el diario español "El Mundo" respecto de los problemas que tuvo para conseguir editor: "Bien considerado, el libro no era políticamente correcto".
"Mujeres y minorías étnicas brillaban por su ausencia en la trama; los problemas sociales o económicos no tenían repercusión en el argumento y, para remate, Tolkien parecía reflexionar en torno de problemas como el mal, de una manera que hubiera entusiasmado al Santo Tomás de Aquino de la "Summa contra gentiles".
"El resultado a pesar de todo -o quizá precisamente por ello- rayaba la genialidad".
"El profesor no sólo había creado una trama inteligente con resonancias filosóficas sino que, además, había establecido una mitología poblada por seres, historias y lenguas que superaban holgadamente el contenido de sus hermanas germana y escandinava.
"En 1957, dos universidades norteamericanas -Harvard y Marquette- ofrecían a Tolkien sendos doctorados honoris causa. En adelante irían apareciendo otras obras notables pero cuyo éxito se cimentaba ya en su extraordinaria popularidad".
"En 1977 -cuatro años después de su muerte- se publicó "El Silmarillion".
"Había sido su primera novela, pero aparecía de manera póstuma.
"Para entonces podía afirmarse que había logrado su objetivo: el de crear una mitología comparable a la del Beowulfo o los Nibelungos, pero asentada en su amada Inglaterra".

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