Monday, October 22, 2012

LEAN ESTE ARTICULO POR EL FILOSOFO HERBERT MARCUSE ACERCA DE COMO LA VIOLENCIA, Y LA CRIMINALIDAD SON CAUSADOS POR EL SISTEMA CAPITALISTA



Suplemento de REDACCIÓN , Nº 16, junio de 1974.
MARCUSE Y LA VIOLENCIA
El profesor de psiquiatría Friedrich HACKER -nacido en Viena en 1914, doctorado en Basilea en 1939 y radicado en California al año siguiente- es un estudioso apasionado por el problema de la violencia. Como perito de los tribunales federales norteamericanos elaboró un psicograma del asesinato de Sharon Tate y que sirvió para interrogar a los criminales. Su trabajo más importante se titula ¿Falla el hombre o la sociedad? En él analizó el origen de algunos inexplicables retornos a la barbarie. Ahora acaba de culminar sus largas y pacientes investigaciones sobre la actual violencia destructora en el mundo con una entrevista al filósofo Herbert MARCUSE. En esos diálogos -que reproducimos- HACKER coteja sus conclusiones con las de MARCUSE y pone a prueba sus valiosos puntos de vista. El reportaje, que Redacción publica en exclusividad con la autorización de Editorial Grijalbo, forma parte del último trabajo de HACKER titulado Agresión.En la última década, el filósofo alemán Herbert MARCUSE, establecido en San Diego (California), discípulo de Heidegger y cofundador de la Escuela de Francfort de filosofía y crítica, se convirtió en el apóstol de la juventud rebelde y en una de las figuras de la moderna historia cultural que más controversias ha suscitado. Tachado de Ángel del Apocalipsis y de provocador de la juventud, ensalzado como profeta moderno y primero de los filósofos vivos, la valoración de este hombre notable oscila entre el amor y el odio. Los conceptos, por él acuñados, de tolerancia represiva, de sociedad unidimensional y de gran negación han entrado hace tiempo en el lenguaje habitual de las personas informadas.
La idea de Freud
MARCUSE: La brutalización de la sociedad moderna, de la que se ocupa usted en sus trabajos, me parece una observación incontrovertible. Según la teoría de Freud, habría que admitir que la liberación sexual del presente debería conducir a una reducción de la agresión; pero vemos que la agresividad estalla en grupos y en individuos que poseen una libertad erótica mucho mayor y que se han deshecho de todos los imperativos sexuales. En realidad, un aumento de la libido debería conducir a una disminución de la agresión.
HACKER: Las cosas no son tan simples. Ante todo, ya Freud hizo observar que las formas con que se manifestaban los impulsos no debían confundirse con éstos. En las manifestaciones de los instintos, éstos aparecen en gran medida transformados, mezclados y nunca en forma pura. Desde el primer momento, los impulsos se mezclan con los mecanismos de defensa dirigidos contra ellos; además aparecen todas las aleaciones, fusiones, mezclas y disociaciones posibles entre formas libidinosas y formas agresivas, condicionadas además por organizaciones internas y externas, o sea por los condicionamientos sociales. En otras palabras: la energía instintiva como tal se transforma, se pospone y se metamorfosea, y, aunque alimenta las distintas manifestaciones instintivas, no se puede desligar de ellas sin más ni más, o ser extraída por filtración de las mismas, para determinarlas cuantitativamente.
MARCUSE: A menudo, se me ha reprochado que interpreto a Freud de un modo cuantitativo o mecanicista. Pero yo afirmo precisamente esta idea freudiana del depósito de energía, según la cual la energía instintiva -sea en forma directa o sublimada- que se aplica a un objetivo ya no está a nuestra disposición para aplicarla a otro.
HACKER: Precisamente en el caso de la agresión, esto no debe ser necesariamente así. Hay muchos ejemplos en los que el hecho de hacer posible una manifestación de la agresión conduce al hábito de la agresión, a la habituación e incluso a una especie de manía agresiva. La agresión ocasionalmente explosiva, pero mucho más la habitual, contribuye al general incremento del nivel agresivo, al embrutecimiento antes que al alivio.
MARCUSE: Es posible. No obstante, queda por explicar cómo es que la mayor libertad sexual, la pérdida de los vínculos paternos autoritarios, la creciente tolerancia del "super-yo" o su falta parcial conducen -dentro de una perspectiva social general- a un aumento y no a una reducción de la agresión. En realidad -al menos según Freud- cabría esperar lo contrario.
HACKER: Ante todo habría que poner en claro la cuestión siguiente: la situación actual, ¿representa una auténtica liberación sexual o tal vez únicamente una desinhibición en unos sectores muy determinados y delimitados? Unos tabúes igualmente fuertes, sólo que distintos, impondrían con mayor intensidad que antes unos preceptos socialmente aprobados y fomentados, en el sentido de una moral del placer. Así, estamos condenados a la búsqueda del placer y a la supuesta obtención del mismo. La libertad se convierte en obediencia, bajo el imperativo del placer y de la variedad.
Las transformaciones de la agresión
MARCUSE: En una publicación psicoanalítica reciente se señalaba que la hostilidad contra la civilización que limitaba los instintos ha aumentado, a pesar de la disminución de la represión.
HACKER: No sé si esto es exacto para la represión en general y no sólo para ciertas formas, muy determinadas, a partir de las cuales hemos desarrollado hasta ahora, tradicionalmente, el modelo de represión. Tanto los organismos que reprimen como los contenidos reprimidos han cambiado sustancialmente en la actualidad.
MARCUSE: Una transformación esencial es el desgaste de la confianza de la sociedad en ella misma, bajo los efectos de unas contradicciones crecientes dentro de esa misma sociedad. Toda sociedad necesita una gran fe en los propios valores, que definen la salud y la normalidad sociales y que garantizan el funcionamiento y el contacto armónico cotidianos entre las personas, en el trabajo y en el tiempo libre. Cuando esta seguridad se tambalea, proliferan no sólo la insatisfacción y las perturbaciones psíquicas sino también toda especie de actitudes sociales erróneas, como la ineptitud, la indiferencia, la negligencia, la resistencia al trabajo y a todo principio de rendimiento.
HACKER: La secular transformación aparencial de la constitución psíquica y de los caracteres es algo que se puede comprobar fácilmente, tanto en la vida diaria como en la clínica psiquiátrica. En la actualidad, no han disminuido las neurosis y otras perturbaciones mentales, pero sí se han transformado mucho en su manifestación claramente agresiva. Los llamados casos clásicos se presentan cada vez con menos frecuencia, y en cambio nos encontramos con un montón de combinaciones y formas híbridas de comportamientos sociopáticos y neuróticos, con elementos psicosomáticos y maníacos; estas combinaciones se presentaban antes con escasa frecuencia. Además, el indudable cambio que se puede observar en la moral sexual ha conducido a nuevas expectativas, de suerte que parecen también posibles y deseables unas transformaciones en otros campos de la organización social e interna.
MARCUSE: La introducción del concepto expectativa no me parece fundamentado en la teoría de Freud; además lo considero demasiado psicológico.
HACKER: La expectativa es una dimensión importante del principio de la realidad. El examen de la realidad conducido por el "yo" incluye necesariamente el conocimiento y la valoración de las posibilidades individuales y colectivas existentes. También la conciencia individual se transforma mediante progresos o regresiones sociales, técnicas y psicológico-colectivas. Los mismos hechos, y principalmente la difusión y el conocimiento de estos, son factores que transforman potencialmente la personalidad.
MARCUSE: Veo aquí una dificultad de principio. El psicoanálisis se ocupa básicamente, sino exclusivamente, de individuos. ¿Cómo se pasa de estos mecanismos individuales a unos procesos sociales? ¿Hay que creer, por ejemplo, que muchos, o la mayoría, de los norteamericanos tienen una historia familiar idéntica o semejante a la del teniente Calley, acusado de asesinato masivo y juzgado actualmente por su admitida participación en la matanza de My Lai?
HACKER: Precisamente, espero haber aportado algo a este problema exponiendo las transformaciones de la agresión. La convivencia social de los seres humanos y la educación pertinente son cosas son cosas que condicionan y exigen -por simple necesidad objetiva- ciertas leyes y normas de conducta más o menos formalizadas, al margen de que las mismas hayan nacido de la sumisión al poder, del consentimiento general o de la combinación de ambas cosas. Las leyes sociales están provistas de sanciones y tienen como resultado generalmente unas medidas que exigen y provocan la renuncia a los instintos. La formalización de la renuncia parcial a los instintos y de la promesa de satisfacción que se basa en ella se produce tanto por la exteriorización o extroyección colectiva en instituciones externas, como por la introyección en organismos internos, en el "super-yo" y en el "yo". La agresión, prohibida como delito, parece recomendable como sanción. La agresión latente, inevitablemente contenida en instancias exteriores e interiores, utilizada para la vigilancia y la limitación de la agresión, evita la violencia manifiesta; es por tanto responsable de todo tipo de estabilidad en la estructura social y de la personalidad, alimentadas también por una energía agresiva. La agresión latente es también agresión: el hecho de que se mantenga en estado latente no garantiza todavía su legitimidad. La agresión latente contenida en ciertos sistemas de dominación puede ser extraordinariamente injusta y, bajo la capa del freno a la agresión, puede caer en su ejercicio irrefrenable.
Las reglas del juego
MARCUSE: El relajamiento de las reglas del juego sociales debe producir también cambios en el "super-yo". Así, sin embargo, el descubrimiento de la moderna agresión instrumental -que es la agresión con ayuda de complicados aparatos y armas técnicas- conduce con toda seguridad a que se alivie la represión del sentimiento de culpabilidad: el sujeto de la agresión es el aparato, no el individuo, que se limita a servirse de él.
HACKER: Sí, e incluso creo que este sentimiento de culpabilidad no llega muchas veces a producirse, y por consiguiente no tiene que ser reprimido; porque mediante la previa producción en cadena de una buena conciencia, la propia agresión suele cambiar de nombre y no experimentarse ya como tal agresión.
MARCUSE: Sin duda, este argumento es cierto. Con todo, lo decisivo sigue siendo el fin al que sirve el instinto agresivo: el fin determina el "valor instintivo" de la agresión. Esto no depende tanto de las acciones en sí como de su objetivo final. Nuestro amigo Leo Löwenthal ha observado que en "La tempestad" de Shakespeare, Ferdinand es inducido a su agresiva actividad de cortar árboles. No obstante, esta actividad, agresiva como tal, cambia su sentido, puesto que sirve a un objetivo "erótico", el de construir con los troncos de los árboles caídos una casa que servirá de nuevo hogar a Ferdinand y a su novia. Este objetivo erótico justifica la acción agresiva: sirve para la creación de un ambiente placentero, que promete mayor amplitud y mayor realización vitales.
HACKER: Para aumentar el placer, habría que crear entonces una especie de dificultades, como en una carrera de obstáculos, que habría que superar. Por ejemplo, en los juegos de azar, las reglas del juego permiten crear unos obstáculos artificiales que producen temor ante la incertidumbre del desenlace; en conjunto, estos obstáculos -aunque se pierda la jugada- se consideran un incentivo agradable; aunque sólo lo son, naturalmente, cuando se gana. Puede que esto sea análogo a la situación antes comentada: al principio, un devaneo o un movimiento de evasión, que tenía como premisa la acción de saltar unas barreras internas y externas o de pasar por debajo de ellas, ha supuesto una cantidad mucho mayor de satisfacción, con la consiguiente descarga de impulsos, que la "pura" descarga de impulsos, sin obstáculos e igualmente accesible a todo el mundo, de la satisfacción impune por parte del mayor número posible de participantes. La cantidad sería inversamente proporcional a la intensidad de la satisfacción.
MARCUSE: Del mismo modo que la cantidad de bienes y servicios que ofrece una sociedad represiva restringe la liberación obtenida por la victoria sobre la escasez. La abundancia y la prosperidad son represivas en la medida en que fomentan la satisfacción de unas necesidades, satisfacción que hace necesario proseguir la lucha por la existencia. De ahí que un cambio cualitativo presuponga un cambio cuantitativo, a saber, la reducción de un desarrollo excesivo.
HACKER: El psicoanálisis describe principalmente la reducción del nivel de tensión en el organismo, la descarga instintiva y de energía, como algo placentero, y, a la inversa, considera que produce disgusto la detención de la energía instintiva al reducir las posibilidades de descarga y de expresión. No obstante, en determinadas circunstancias, también se considera un placer el aumento de excitación dentro de unas fronteras concretas. A esta categoría corresponden la búsqueda de estímulos, el deseo de excitación, las ganas de experimentar.
Agresión ofensiva y Agresión defensiva
MARCUSE: Aunque sólo como primer grado hacia el placer de una satisfacción. Posteriormente, esto condujo a Freud al concepto, mucho más vasto, del "eros" -frente al más limitado de la sexualidad-: "eros" como ocupación placentera de todo el cuerpo, así como también la ocupación libidinosa del medio ambiente, subrayada por mí, con el fin de ampliar el ámbito del "eros". Aquí no se trata ya de momentos localizados, sino de una transformación radical de la sociedad.
HACKER: ¿A qué se refiere usted en concreto?
MARCUSE: Por ejemplo, ¡la destrucción de los puestos de mando e instalaciones militares de las potencias imperialistas agresivas me parece redundar en interés del "eros"!
HACKER: El "interés erótico", ¿Justifica la destrucción de todos los centros de violencia, incluso los del bando que se defiende?
MARCUSE: Naturalmente que no. Debemos aferrarnos a la distinción entre agresión ofensiva y agresión defensiva. Por ejemplo, si un criminal armado con un hacha entra en mi casa y quiere atacar a mi mujer, no sólo tengo el derecho, sino el deber de ejercer la antiviolencia y reducirlo por la fuerza. Así, el cirujano que amputa una pierna gangrenosa actúa también al servicio de una buena causa. Esta operación no puede calificarse de agresiva, aunque la amputación de una pierna sea agresiva en sí misma.
HACKER: Con estos ejemplos cruelmente simplificadores, hace usted que todo sea efectivamente muy simple.
MARCUSE: Porque casi siempre es así de simple.
HACKER: Esto es lo que yo quisiera discutir. Creo poder demostrar que toda agresión, al margen de su justificación objetiva, tiene la tendencia a sentirse justificada de entrada por el que la lleva a cabo o por el que está sujeto a unas órdenes. Precisamente no podemos confiar en la propia experiencia, aunque parezca convincente con una evidencia inmediata.
MARCUSE: Podemos estar engañados, o puede tratarse de una simplificación, de una racionalización, invocando por ejemplo una agresión anterior, contra la que uno quería únicamente defenderse. Se trata de la evidencia de hechos y no simplemente de lo que uno siente o dice, aunque lo diga con toda sinceridad y con toda verosimilitud. Así, por ejemplo, la guerra de Vietnam es sin lugar a dudas una agresión de los norteamericanos y una defensa justificada de los norvietnamitas. Y la misma claridad existe en la injustificada agresión de la Unión Soviética para ocupar y someter a Checoslovaquia.
HACKER: ¿Cuáles son las circunstancias, sin embargo, en el conflicto árabe-israelí?
MARCUSE: Evidentemente, el caso no es tan manifiesto y resulta más difícil decidirse. Naturalmente, no existen unos criterios absolutos, aplicables en todos los casos. Pero el caso límite no puede contradecir la validez del "caso normal" ejemplar, sino sólo limitarla.
¿Qué es la agresión?
HACKER: ¿Existen al menos unos preparativos o unas escalas para la formulación de criterios diferenciadores entre violencia defensiva y agresiva? De entrada, parece plausible la contraposición. Lo que sirve a la buena causa, lo que estimula la vida y amplía las perspectivas, podrá servirse también de la agresión. Lo que destruye la vida cae bajo la denominación de violencia agresiva. Este es, precisamente, el problema que debemos resolver, aunque sea difícil hacerlo. La simplicidad engañosa impide toda posibilidad de solución. Más aún: ¿Cuáles son los criterios diferenciadores y quién hace la diferenciación?
MARCUSE: Tampoco es tan difícil decirlo. Todo lo que sirve a la vida, especialmente a una vida dichosa, es bueno. La reducción de las condiciones represivas de vida y de experiencia vital es en definitiva el objetivo de los instintos eróticos. Lo que favorece a la vida no puede ser injusto, aunque para la creación de dichas condiciones sea necesaria la realización de ciertas medidas coercitivas.
HACKER: "¿No es la vida el bien supremo?”
MARCUSE: No toda cita expresa una verdad. Incluso el estudio razonable, objetivo, científico de unos criterios presupone ciertamente un juicio de valor. La ciencia libre de valores es ideología, aunque sea ideología de mucho éxito, muy útil y muy rentable.
HACKER: ¿Acaso el juicio de valor no debería estar al final de la investigación, y no al principio de la misma?
MARCUSE: Se halla incontrovertiblemente al principio. Los datos de la experiencia adolecen de una ambigüedad objetiva, como he dicho ya en mi libro El hombre unidimensional. La razón nunca está libre de valores. He citado también una frase de Whitehead: "La función de la razón es fomentar la vida". En relación con este objetivo la razón es "la orientadora del ataque contra el medio ambiente", al que "debe el triple impulso: primero, de vivir; segundo, de vivir bien; tercero, de vivir mejor". En este sentido, vamos a tomarnos ahora una copa de vino o de whisky. ¿Lo considera usted agresivo?
HACKER: No excesivamente. Pero si yo me siento atacado, aunque sólo sea en forma indirecta y sublimada, por ejemplo en un debate, podría imaginar perfectamente que todo lo que dice y hace mi oponente podría ser interpretado por sí como algo agresivo, aunque me ofreciera comida y bebida. El juicio de valor, que decide previamente lo que es agresivo y lo que es defensivo, pasa por alto el examen objetivo de las circunstancias y las convierte en algo superfluo.
MARCUSE: Ahora da usted un sentido tan amplio a la agresión que el concepto parece perder su significado. Para usted, casi todas las expresiones de vida son agresión.
HACKER: Eso fue exactamente lo que le reprochó en su tiempo al psicoanálisis en relación con la sexualidad. Si las acciones de agarrar, de preguntar, de mirar, contienen elementos sexuales, entonces resulta que todo es sexualidad. Esta es la primera impresión que, necesariamente, debe surgir cuando, como yo intento hacerlo con la agresión, se pretende rastrear las manifestaciones ocultas, enmascaradas o llamadas de otra forma, de la agresión en sus escondrijos, en su forma latente o fría (que, por otra parte, es muy semejante a la agresividad instrumental de usted). Evidentemente, no todo es agresivo, o, en cambio, lo es mucho más de lo que suponíamos hasta ahora, sobre todo muchas de las cosas que se consideran y se presentan como freno de la agresión o como medida puramente defensiva.
MARCUSE: Entonces, habría que hacer ante todo ciertas diferenciaciones. Habría que llamar violencia únicamente a una acción agresiva de naturaleza física; la agresividad primaria es instintiva; puede ser sublimada hasta la no violencia.
Cuando dos chicos se pelean
HACKER: Dentro del concepto global de agresión existen descripciones muy diferenciadas de los fenómenos agresivos que no son en modo alguno idénticos o intercambiables, como violencia, poder, crueldad, brutalidad, sumisión, vigilancia, etc.; estas descripciones son de gran importancia. No pretendo afirmar en absoluto que estas manifestaciones diversas sean formas exclusivamente agresivas, o que todas las formas de agresión son igualmente valorables o igualmente vigentes. La cuestión de la legitimidad es ciertamente decisiva, sólo que, en mi opinión, no puede ser previamente decidida sobre la base de la inmediatez de la propia experiencia o por criterios abstractos, como la buena vida, que se prestan a la justificación y a la racionalización ideológicas, y también al enmascaramiento oratorio de casi todo.
MARCUSE: Es seguro que, en cada caso, hay que examinar y decidir muy concretamente la situación objetiva. Afirmo, sin embargo, que esto es casi siempre posible y ni siquiera resulta demasiado difícil. Naturalmente, en último término, los criterios que hay que desarrollar no son puramente psicológicos, ni pueden serlo tampoco, sino solo político y morales.
HACKER: Comparto esta opinión. De todos modos, me parece que esto esquiva la imprescindible definición de criterios y de legitimación. Sigo sin ver aún con claridad quién está legitimado, y con qué puntos de vista, para adoptar estas decisiones morales, o para exigir y provocar sacrificios en su nombre. Siempre vamos a parar a lo mismo: a la diferencia, postulada enérgica y patéticamente, pero no detectada en ninguna parte, entre una agresión justificada y otra injustificada, entre la violencia defensiva y la agresiva, entre necesidades buenas y malas.
MARCUSE: Sin duda no es lo mismo, pero, en principio, estas diferencias son perfectamente comprobables. Todo lo que sirve para la protección de los instintos vitales es mejor que lo contrario. Hay una autoridad racional. El comandante de un avión tiene todo el derecho a ejercitar plena autoridad durante el vuelo y obligar, en caso necesario, a todos los pasajeros a que se sometan a la disciplina. O bien, para poner otro ejemplo: cuando dos muchachos se pelean, es muy difícil saber quién ha empezado. Cuando, por ejemplo, el muchacho A ataca al muchacho B, que estaba tranquilamente ocupado con su juguete, resulta evidente que el muchacho A es el atacante y el muchacho B la víctima que tiene derecho a defenderse. En todos los niveles hay casos semejantes, que se pueden investigar con facilidad.
HACKER: Para seguir con su ejemplo simplificador, y por tanto desorientador: ¿qué pasa si el muchacho B, que juega aparentemente de un modo pacífico, ataca con regularidad, o al menos con mucha frecuencia -pongamos diez veces en las dos últimas semanas- al muchacho A, lanzándose de pronto e inesperadamente sobre él o tirándole una piedra? Esta situación, que queda oculta en principio para el observador atento, ¿no autorizaría al muchacho A a tomar unas medidas preventivas y justificadas de defensa, basadas en un cálculo de probabilidades nacido de su experiencia concreta?
MARCUSE: Naturalmente, en este caso no sólo sería algo justificado, sino recomendable. Sería una represión racional. Voy a poner aun otro ejemplo: un escolar que, en la clase, molesta e impide que se den las lecciones debe ser castigado. Se trata en este caso de una agresión defensiva justificada por parte de la colectividad. Por otra parte, el alumno que, con preguntas acertadas, desconcierta al mal profesor y se convierte en un factor de perturbación, debe ser protegido. En este caso, el profesor debería estar mejor informado o ser sustituido por otro.
"Estoy contra los actos insensatos de violencia"
HACKER: Siempre volvemos al mismo tema, en distintas variantes. ¿Qué haría usted, por otra parte, con el alumno que interrumpe una clase y que es, por tanto, un mal alumno?
MARCUSE: La solución sería un tratamiento psicológico individual.
HACKER: La experiencia de la criminología nos enseña que la mayoría de los delitos violentos son cometidos por una pequeña minoría, bien conocida por su tendencia a la recaída y a la reincidencia; una minoría que incluso se puede determinar de antemano con un margen de error relativamente escaso, sobre la base de unas acciones preparatorias conocidas. ¿Sería usted partidario de una detención preventiva para este grupo?
MARCUSE: La detención preventiva pertenece al arsenal del fascismo. Algo muy distinto es la "educación preventiva", observando unas medidas estrictas de precaución contra el abuso de autoridad.
HACKER: Este me parece, precisamente el problema: porque, en este caso, el uso y el abuso están tan próximos y, además -como lo demuestra nuestra conversación-, a mí no me parecen tan fácilmente diferenciables. Con el consentimiento entusiasta de la mayoría de la población, el gobierno norteamericano acaba de presentar un proyecto de ley que, ante la sospecha de un delito, prevé en general la detención preventiva en lugar de la fianza, hasta ahora habitual; existirá, por tanto, la detención preventiva antes y hasta la declaración de la culpabilidad, para evitar el peligro de repetición, que no debe ser demostrado primero en cada caso. Tales propuestas apelan a la razón y a la aspiración de la sociedad a protegerse contra los asaltos y los crímenes. Además, las apreciaciones falsas no se ponen jamás al descubierto. La persona que luego resulta inocente, o el culpable que posteriormente ha demostrado no ser reincidente, han estado encerrados "en vano". Sin duda, a la colectividad no le molesta que la violencia preceda al derecho, en lugar de ocurrir a la inversa. Sin embargo, ante el actual nivel de posibilidades de abuso, yo no estaría dispuesto a hacerme responsable de semejante riesgo de reclusión preventiva.
MARCUSE: El riesgo parece pertenecer a la historia de la humanidad, mientras dicha historia siga siendo la historia de la explotación y de la opresión. Estamos en la esfera de una terrible moral doble: pensamos poco en las hecatombes de seres humanos provocadas por los gobernantes para conservar su poder, pero nos volvemos terriblemente sensitivos cuando se trata de la violencia de un régimen verdaderamente revolucionario, seriamente preocupado por acabar con la miseria y la explotación. Estoy contra los actos insensatos de violencia (por idealistas que sean sus motivos) que sólo sirvan al sistema establecido. En la Historia, el terror sólo ha sido eficaz cuando lo ejercían grupos que ya estaban en el poder. El terror individual se pierde. Los más nobles anarquistas no tuvieron eficacia social. Por el contrario, los jacobinos, o Hitler y Stalin, tuvieron una eficacia tremenda, una vez que se hicieron en el poder.
HACKER: ¿Cómo se consigue, no obstante, el acceso al poder o la toma del poder? ¿Imagina usted que la creación del nuevo tipo de hombre, no agresivo, se puede conseguir de otra forma que sea la más encarnizada agresión en un período de transición que será, por lo menos, muy arriesgado?
MARCUSE: El hombre que se distinga del tipo actual, el hombre realmente satisfecho, realmente libre, que es la aspiración de la rebelión de los jóvenes, no vendrá únicamente a partir de la rebelión de los jóvenes, no vendrá únicamente a partir de las entusiastas ideas de los estudiantes; esto es evidente. La transformación real está en manos de la clase obrera, una clase que en la actual situación de los Estados Unidos no es revolucionaria, porque la prosperidad económica hace que no esté dispuesta a participar en acciones revolucionarias. Esto, sin duda, no siempre será así. Un Estado capitalista, con su prosperidad y su pleno empleo, es inimaginable a la larga. Las contradicciones internas del sistema, es decir, la contradicción entre la riqueza social disponible y su lamentable utilización debe conducir tarde o temprano a las crisis profetizadas por Marx, que acaban creando las premisas revolucionarias o, si las cosas van mal, también las premisas para el fascismo. En cualquier caso, la transformación radical es resultado de un largo proceso cuyo protagonista son las masas.
HACKER: Ernst Bloch distingue entre explotación y opresión, por un lado, que se reducen en los estados occidentales del presente, y ofensa y desposesión de todo derecho, por otro lado, que han aumentado si cabe. ¿Cree usted que el sentimiento de injusticia, que va unido nuevamente a unas esperanzas de cambio real y posible, bastará para la creación de una situación revolucionaria de amplias perspectivas?
"La revolución no debe ser necesariamente agresiva"
MARCUSE: Es difícil decirlo. En definitiva, el bienestar general representa también una satisfacción real y no sólo un sucedáneo. Sea como fuere, las potencias dominantes son muy sensibles y toman precauciones para que las personas y grupos a quienes dominan se mantengan sistemáticamente en estado de desinformación y de estupidez, por ejemplo a través de los mass media. Sin embargo, esto no le va a servir siempre al capitalismo occidental. Ciñéndonos a la tesis de Marx, el margen de beneficio de los empresarios debe caer tan pronto como la carga de los costos sobre los consumidores haya alcanzado sus límites. Es una contradicción clásica del sistema capitalista: todos los intentos de forzar la situación amenazan la supervivencia del sistema. No existe en la historia un solo sistema que perdure indefinidamente, lo que no deja de ser un pobre consuelo, en la situación actual. Lo que no tiene sentido en ningún caso es la acción voluntarista, que crea mártires innecesarios, en una situación poco madura para estos actos revolucionarios.
HACKER: Admite usted, por consiguiente, que las condiciones de un cambio radical no consisten tan sólo en unos factores económico-materiales, sino también en unos valores que hasta hoy se han infravalorado calificándolos de psicológicos, de elementos superestructurales. Mi opinión es que los sentimientos de desposesión o de impotencia constituyen unos factores reales muy papables.
MARCUSE: Esto es cierto, sin duda. Pero el monopolio de hecho de los medios de comunicación de masas contrarresta la evolución de la ciencia. Por esta razón considero decisiva la intervención de los procesos de comunicación. Las fuerzas progresivas deberían intentar penetrar en el mercado de los periódicos, para tener parte en el manejo de los medios de comunicación. En el caso hipotético de un dominio total de dichos medios, es probable que la conciencia de las masas pudiera ser transformada decisivamente en un plazo de tres semanas.
HACKER: Es probable que unas semanas no bastaran, pero un dominio total de años sobre todos los medios de comunicación -persiguiendo las tácticas exclusivistas agresivas contra los que piensan de otra forma, que serían idénticas a la práctica totalitaria- permitiría obtener probablemente los resultados deseados. Pero esto no me parece deseable ni realizable.
MARCUSE: Es probable que no lo sea. De todos modos, no deberíamos considerar la alternativa reforma-revolución como una contradicción cuyos dos términos se excluyan. Como hegeliano, pienso que los cambios cuantitativos de ciertas proporciones pueden conducir a una transformación cualitativa.
HACKER: Estoy plenamente de acuerdo; tampoco existe una contradicción inmediata entre evolución y revolución, por el simple hecho de que la transformación revolucionaria, como amenaza o utopía, puede representar una posibilidad evolutiva, un motivo de evolución. Sin embargo, la revolución no debe ser necesariamente más agresiva o más violenta que el quantum de violencia latente, instituida, que se utiliza para poner o para mantener en marcha el proceso que recibe el nombre de evolución.
MARCUSE: Exacto. Existen sin duda contrarrevoluciones y sistemas políticos muy violentos para impedir la revolución y anticiparse a ella. En el Brasil, por ejemplo, un sistema político cada vez más brutal impide que se impongan unas justas aspiraciones revolucionarias con todos los medios violentos y de propaganda, por no hablar de las pérdidas en vidas y en felicidad humanas. La negación de la libertad, y de su misma posibilidad, tiene como equivalente la concesión de la libertad absoluta allí donde ésta consolida a la opresión. No sólo los medios y los fines sino las mismas fuentes instintivas son distintas en la violencia y la antiviolencia; hay que atenerse a esta diferencia.
"El criterio es lo que afirma a la vida"
HACKER: Quisiera conocer más cosas en concreto sobre los criterios de esta diferencia. Principalmente sobre lo que usted llama "valor instintivo"; porque hoy, gracias a los desarrollos psicológico y técnico, se ofrece quizá por primera vez la oportunidad histórica de que no sólo nos sometamos a las reglas del juego social o nos resistamos a ellas sino de que participemos también en el proyecto de estas reglas del juego.
MARCUSE: Ahí reside, no obstante, una contradicción. No se puede prescribir cómo deben organizarse los hombres libres; si lo hicieran de acuerdo con unas prescripciones previas, ya no serían libres. De todos modos, la práctica del dominio de la naturaleza nos enseña que debemos admitir ciertas presiones objetivas como condiciones previas de la libertad: no la dominación de las personas, sino la administración de las cosas.
HACKER: Este no me parece un criterio concluyente; porque, en definitiva, las cosas existen para su propietario, son protegidas y defendidas por quienes las administran y las poseen, como si fuesen partes de sí mismos. Y para tener acceso a las cosas, habría que excluir primero agresivamente a las personas, las cuales se han identificado con las cosas de un modo habitual o fetichista. Esto conduce de nuevo, a través de un breve rodeo, a la situación ya esbozada del dilema de decisión.
MARCUSE: Las decisiones importantes nos son arrebatadas sin duda por las potencias y las fuerzas económicas que no tienen nada de anónimo y son perfectamente identificables. Yo tengo la opinión de que una renuncia no calificada a toda violencia nos condena a la indefensión política, pero conviene hacer matizaciones en este aspecto. Por desgracia, existe algo así como un mal menor, que debemos escoger en determinadas situaciones históricas, para conjurar o evitar un mal mayor.
HACKER: Hemos vuelto al punto de partida: ¿Cómo es posible que una persona como yo -faltándome, como al parecer me falta, el acceso a unos fundamentos de decisión de inmediata evidencia- pueda reconocer lo que es una agresión buena o mala, justa o injusta? No quiero que me comprenda usted mal: naturalmente pronuncio unos juicios de valor muy delimitados y tengo unas ideas muy concretas sobre unos desarrollos y unas medidas buenas o malas (o al menos, mejores o peores). Tengo mis convicciones, respondo de ellas, las defiendo y creo en ellas, a veces muy intensamente y sin limitación. Sólo que, por razones psicológicas y de psicología social -que naturalmente también a mí me afectan-, desconfío de la experiencia seudoinstintiva de la inmediatez. Como hombre que actúa, creo en ciertas cosas y creo saber lo que debo hacer y lo que debo omitir; como hombre capaz de conocimiento, debo ser consciente de que, a pesar de mis sentimientos y convicciones, no siempre estoy perfectamente informado sobre el tiempo, el lugar y la forma en los que una renuncia a un impulso, un sacrificio, una acción violenta son o no son legítimos, o parte de un mal menor. Lo mismo ocurre con la pregunta sobre los criterios.
MARCUSE: Entonces mi definición volverá a parecerle demasiado filosófica. Sólo puedo repetir una cosa: el criterio es lo que afirma la vida, lo que sirve al desenvolvimiento de unas facultades humanas, de una felicidad y una paz para los hombres. No conozco otra definición mejor, ni tengo, simplemente, la inteligencia para darla.
HACKER: Puede que hoy no haya nadie suficientemente inteligente; se trata de provocar y multiplicar esta especie de inteligencia en el futuro al servicio de la información de vida a la que esta conversación agresiva ha servido; y hallar, o inventar, así eficaces alternativas a la violencia y posibilidades de salvación.

Friday, October 12, 2012

LEAN ESTOS ARTICULOS DEL MOVIMIENTO POR LA ORGANIZACION SOCIALISTA DOMINICANA DEL ESCRITOR MARXISTA DOMINICANO LIC. GABRIEL ATILIO


—Movimiento Por la Organización Socialista Dominicana—




¿Qué es el MPOSD?

El movimiento Por la Organización Socialista Dominicana (MPOSD) es una propuesta de Partido y entidad política voluntaria de militantes revolucionarios, que reivindica las mejores tradiciones de lucha de los obreros socialistas de los Pueblos del mundo. 

El MPOSD es una propuesta para la construcción de un  partido de la clase obrera en el territorio de la Nación dominicana donde se organizarán sus elementos más conscientes y que constituye el embrión de su vanguardia. Trabajamos para organizar el movimiento revolucionario en República Dominicana que impulse un proceso de acumulación de fuerzas en la lucha por la democracia obrera y el socialismo. 

Desde ya, nuestra propuesta de Partido lucha  por el derrocamiento de la dictadura capitalista mediante una revolución que arranque el poder político y económico a su principal clase social: la gran burguesía para asegurar la victoria de la revolución socialista en nuestro país. 

La construcción de la sociedad socialista no será posible sin la instauración de un régimen de poder controlado por los trabajadores, en que el proletariado se convierta en la clase  dirigente durante todo el período de transición al socialismo, es decir: La Dictadura del Proletariado. Este poder, esta dictadura, expresa la incorporación de la inmensa mayoría de la sociedad en las tareas políticas, mediante su participación directa en las tareas del Estado y de su administración.

El MPOSD considera que la instauración del Socialismo  en el territorio dominicano será objetivo fundamental de la vanguardia proletaria, de la cual nuestro Partido procura ser su motor, su aparato organizativo, su maquinaria centralizadora: por la realización y consolidación de una revolución  social anti  capitalista y por cuanto antiimperialista, pronunciándose por la unidad de todas las fuerzas laborales que conforman la clase de los trabajadores  sobre la unidad política en un programa común, sobre la base del reconocimiento de todos los derechos de los trabajadores, donde no se conceda espacio para la discriminación por raza, color de piel, orientación sexual, género, origen étnico o incapacidades físicas. 

Creemos en el principio de la  autodeterminación de los pueblos pero también luchamos por la unidad voluntaria de todos los pueblos libres del mundo. 

























El Partido Revolucionario Democrático Dominicano














.

Thursday, October 11, 2012

LEAN ESTE ANALISIS MARXISTA CIENTIFICO SOBRE LAS ELECCIONES DEL 20 DE MAYO DEL 2012, ANTES Y DESPUES, ESCRITO POR EL MARXISTA DOMINICANO ATILIO GABRIEL, Y VEAN VARIOS VIDEOS DE MUSICA ROCK SOCIALISTA PARA PODER ELEVAR LAS PASIONES REVOLUCIONARIAS Y PODER DESTRUIR A LAS MAFIAS CAPITALISTAS Y LADRONAS QUE TIENEN APARTAMENTOS "EL PROGRESO"




República Dominicana antes y después de las elecciones 2012.


La marcha ininterrumpida hacia 1996-2012. (Primera parte)

  Ha terminado la temporada electoral dando paso a la transición de mando  en el Estado y ahora se turna en la silla del palacio, el señor Danilo Medina, candidato, supuestamente ganador de las elecciones del 20 de mayo. Durante todo el período electoral, y como es común cada cuatro años, los partidos del sistema movilizaron a las masas y estas les siguen. Les siguieron, porque todavía mantienen las esperanzas de que las promesas de campaña serán cumplidas en algún momento, cosa natural en un país como el nuestro en donde la movilización de las masas, por parte de los partidos poderosos se hace a fuerza (no solo de propaganda) sino también del gasto de recursos económicos que se usan para corromper a los votantes con prebendas que junto a la lluvia de promesas de solución a sus principales problemas, van desde el regalo de dinero en efectivo, comida en fundas y hasta combustibles para sus vehículos o motocicletas. Todo esto en aras de estimular a la población a acudir a depositar el voto por el partido de la Casta social que controla el Poder; cosa que también hace el partido que brega por recuperarlo.

  Pero el resultado electoral no debió sorprendernos, ya que independientemente de quién ganara las elecciones, las cuestiones esenciales sobre la calidad de vida de los trabajadores dominicanos, la calidad en su educación y la cuestión de los servicios públicos, seguirían tratadas de soslayo y de igual manera, dejadas en la misma vía, sin cambio alguno. Muchos entendimos que el resultado que se obtendría en las elecciones, beneficiaría únicamente al Partido de la Liberación Dominicana PLD, súbdito al servicio del Gran Capital Extranjero, que no aceptaría en modo alguno un resultado negativo en su contra y por tanto contra los intereses de la clase social que los instruye. Esto es así porque el PLD es una organización política aliada e incondicionalmente leal y protectora de los intereses de la Burguesía Nacional que es a su vez socia, y de enorme compromiso con las transnacionales e instituciones financieras como son el Fondo Monetario Internacional FMI, Banco Mundial BM y Banco Interamericano de Desarrollo BID. En este particular, y para reforzar lo que acabo de decir, es importante recordar que el saliente presidente de la República (Leonel Fernández) declaró en la víspera de la Huelga General del Lunes 11 de Julio del 2011 que el gobierno ‘se hallaba de rodillas’ ante las autoridades monetarias del FMI. Esto hay que darlo por hecho ya que ha sido aducido por el jefe de Estado, y de ello deducimos que es el PLD quien desde el Poder del Estado garantiza la estabilidad política y económica (no del país, hablando en términos generales en referencia a las mayorías que lo pueblan) si no de los negocios que hacen los Grandes Señores del Capital foráneo quienes en tiempos de crisis capitalista, históricamente, se benefician de los países pequeños y de capital dependiente como lo es la República Dominicana.
  
Para analizar el resultado electoral del 20 de Mayo y exponer mejor la conclusión a que he llegado es necesario dar marcha atrás para echarle de nueva vez, un vistazo al viejo calendario de nuestra historia reciente. Pero comenzaré diciendo que la conclusión a que he llegado está fundamentada principalmente en las cuestiones que tienen que ver con los intereses de las clases sociales y sus distintos estratos, que son naturalmente los motores de toda lucha política: que la clase dominante de la República Dominicana y quienes velan por sus intereses, que en primera instancia, sus guardianes son en el momento actual la cúpula del PLD—deduzco que este Partido y sus aliados interesados, no podían permitirse un rompimiento con quienes garantizan sus privilegios de estrato social de clase; privilegios que a costa de los Trabajadores dominicanos les permiten disfrutar a sus más altos componentes. Por cuanto es de observarse desde el contexto de la política general, que esta organización en el Poder, se ha convertido en el muro más firme que ha conocido la Historia de la República Dominicana respecto al grado de poder político y económico que ha acumulado para sí misma. Además, la unidad dentro del partido oficial y su cohesión orgánica, hace lucir a simple vista, que su poder es inamovible, y pese a que sabemos que esto no es cierto, todos sus elementos combinados, son un muro de contención social en términos políticos, constituido por demás en una camisa de fuerza para la sociedad y también para ciertos grupos de protesta que se hallan actuando al margen de la realidad histórica, algo que sigue sucediendo, precisamente, porque éstos, no han logrado comprender las cuestiones de clase predominante en la situación política. 
El muro social y divisorio, que ha tendido la clase poderosa entre ella y las masas proletarias dominicanas, es una creación planificada por quienes ostentan el poder oculto detrás de esa barrera sociopolítica; es parte de un tejido de proporciones muy complejas desde donde se manejan las cuestiones socioeconómicas que determinan las actividades humanas de toda índole en el país. Dicho muro, alzado dentro de todo el conjunto de la sociedad, es fortificado desde el aparato de Estado burgués y apuntalado y reforzado constantemente mediante la cooptación, la corrupción y el fraude, tres elementos fundamentales para facilitar la gobernabilidad en países atrasados de desarrollo desigual como lo es la República Dominicana. 


  
Sin embargo ha de notarse que en este período el estado general de cosas da visos de cambios en la subjetividad de las masas populares; hay señales claras de convulsiones sociales que se derivarán de la crisis capitalista mundial y de la insostenibilidad de la política económica que hasta ahora ha mantenido al Estado dominicano, pese a la crisis mundial del capitalismo, en pleno funcionamiento. Y para lograr entender mejor cómo y cuándo llegó la República Dominicana a la situación general en que se halla actualmente, tendremos que remontarnos a El Gran salto histórico ocurrido en el devenir político de la República al momento de la muerte de Trujillo y reconocer que la dialéctica y el materialismo histórico han jugado su papel especial como fundamento de todo el proceso de evolución histórica dentro de las condiciones sociales de la Nación. Tras la muerte del Tirano, el camino por el que ha transitado la sociedad dominicana en su conjunto, hasta su arribo al momento actual, ha seguido su curso sin interrupción, tanto en lo político como en lo económico y también en lo cultural. Ese curso histórico, por supuesto, no ha marchado siempre en línea recta, pero por curvilínea que haya sido su trayectoria, nos ha colocado en donde nos hallamos hoy. 

  Los intereses imperialistas siempre han jugado y jugarán un papel determinante en toda la Isla, pero con las transformaciones socioeconómicas ocurridas en la República de Cuba durante los primeros años de su proceso revolucionario, la clase dominante estadounidense, tomó con ambas manos la cuestión dominicana, poniendo como prioridad el desmantelamiento del gobierno de los Trujillo, que en su efecto, suscitó cambios sociopolíticos, marcando una nueva época, que con cuya apertura se puso  en marcha un trabajo meticuloso en todos los órdenes y renglones sobre la actividad política y económica de la nación, con la intención de instalar una democracia a hechura norteamericana con el único propósito de establecer un nuevo orden económico en una República, que en mi propia opinión, hoy se le puede conferir un Status de Colonia Ilustrada del Capital Financiero Mundial. 



Bipartidismo.

  La cuestión del control del Estado dominicano ha estado siempre sujeta al escrutinio imperialista y desde allá se propusieron llevar al país hasta el punto en donde se halla hoy; esto en lo referente a éstas tres condiciones fundamentales: lo económico, lo político y como el todo, lo sociocultural. La política económica es el motor que determina las condiciones sociales de todo país, así como el nivel económico define las condiciones sociales de los países y sus sociedades. Pero ninguna de estas dos condiciones,  pueden administrarse dentro del caos social o la anarquía. De aquí que el Bipartidismo en la Democracia Burguesa, o sea en el sistema representativo, constituye una necesidad vital para la clase gobernante como elemento de fuerza. Esto fue comprendido y aceptado por la Burguesía dominicana hace mucho tiempo bajo el adoctrinamiento de sus Jefes y maestres de Washington DC. Y en este sentido han avanzado muchísimo y no han desmayado un segundo, con tal de alcanzar dicho objetivo: la construcción de un sistema basado en dos partidos como mecanismo principal de coerción social. Podemos decir que dicho propósito ha sido ya conquistado puesto que el susodicho sistema partidista existe y funciona como una especie muy peculiar que yo defino como Sistema Bipartidista Ilustrado, que es con el que ahora chocamos de frente; es decir: un sistema que funciona en base a dos Partidos políticos mayoritarios que se han convertido en los soles de la Política Nacional, contando también a todos los elementos de un liderazgo prostituto que orbita a su alrededor, y que con sus elementos orgánicos simulan actuar como partidos políticos. Entre estos últimos, es útil hacer mención del Partido Reformista Social Cristiano PRSC, partido Fuerza Nacional Progresista FNP y el degenerado Partido de los Trabajadores Dominicanos PTD.

  Sin embargo, esto no quiere decir que esta situación prevalecerá para siempre, que no cambiará; que se mantendrá inerte, estática; que no surgirían otras fuerzas políticas a consecuencia del desgaste de las organizaciones tradicionales y de la larga crisis económica que parece agudizarse con cada día que pasa. Un elemento de relevancia histórica es el sistema de Partido único instalado por Rafael Trujillo durante su dictadura. Este caso puede ser demostrativo dentro de este particular, y lo menciono como un ejemplo ilustrativo, que por cuya complejidad, es digno de comparación, pues, ni siquiera el unipartidismo de aquélla época impidió la actividad política que aunque esta se llevara a la práctica a nivel clandestino y en El Exilio era la chispa de la oposición y de combate contra la dictadura. Habiendo sido así, tampoco es posible que el Sistema Bipartidista Ilustrado de hoy, sea un obstáculo insalvable que impida el surgimiento de organizaciones con potencial de crecimiento numérico; organizaciones y entidades políticas, que en un determinado momento, las masas, comenzarían a mirar hacia ellas. 



La profundización de la crisis económica va preparando por sí misma el camino para el surgimiento de un nuevo liderazgo político en esta Era de decadencia capitalista. Y a partir de este punto y seguido, empezaré ha subrayar algunos elementos históricos dados, que a mi entender, son necesarios mencionar y lo haré en orden cronológico, pero de arriba hacia abajo, esperando que puedan servir de apuntalamiento para las conclusiones a que he llegado, dado que la nueva situación política demanda de un análisis previo para las acciones ulteriores que en lo adelante debemos tomar:

1-Estimado lector: un hecho que no podemos ignorar, es El Pacto Por la Democracia concebido entre el PLD y el PRSC durante la campaña electoral de Segunda Vuelta en 1996. Dicho acuerdo marcó el punto más alto del proyecto de construcción e instauración de la Democracia Burguesa en la República Dominicana, independientemente, y pese a que muchos hacedores de opinión sigan sosteniendo que el acuerdo a que llegaron estas dos organizaciones tenía como propósito único cortar de sesgo el avance del señor José F. Peña Gómez, quien se perfilaba ganador de esos comicios electorales. En  mi opinión, atajar a Peña Gómez no era la cuestión de fondo puesto que no era una cuestión personal, individual o de grupos, aunque se usaran los grupos para tal propósito—sino una cuestión ligada íntimamente a los intereses de clase, enlazados por un proceso que tuvo su inicio la noche del 30 de Mayo de 1961, y que por consiguiente halló continuidad con la expulsión de los Trujillo del país, la expropiación de sus bienes y la entrega por parte del Consejo de Estado que gobernaba al país hasta Febrero del año 1963 del poder civil del Estado al PRD en la persona del profesor Juan Bosch.

2-Desde el mismo momento (si no antes) en que Juan Bosch tomó posesión del gobierno, su derrocamiento era inminente y que dicho sea de pasada, vino a ser sólo un ensayo democrático al estilo de los de Washington con miras al proyecto de construcción democrático-representativo. En este primer intento se instituyó un gobierno que nació paralítico, pues el  mismo no logró avanzar proporcionalmente, hallándose desde el primer momento navegando entre dos aguas: de un lado, los intereses de clase de la Oligarquía Nacional, el Clero y la Burguesía Comercial dominicana y del otro lado, las demandas de las masas populares que anhelaban cambios más profundos en su nivel de vida y derechos ciudadanos. Los rumores de Golpe de Estado estuvieron siempre a la orden del día, ya que Juan Bosch no tenía control del poder, no pretendía hacer un gobierno autoritario. De aquí que entonces su investidura y autoridad se reducía a lo meramente formal, como es natural, pero con la agravante de su renuencia a obedecer ya que quienes gobiernan son siempre las clases adineradas del país; que en este caso específico se amparaban en el Ejército dictatorial, la Iglesia y Washington. Durante la corta vida de su gobierno Juan Bosch se negaba a reprimir a las masas y ha perseguir a las organizaciones de la Izquierdas. De aquí que Washington necesitaría otro súbdito suyo en la casa de gobierno de la República Dominicana. La convulsión social del momento a nivel local y las condiciones políticas en el orden internacional, demandaban de una acción contundente de una parte o de la otra y dicha acción vino como Orden de la Casa Blanca: derrocar el gobierno democráticamente electo y poner en marcha el Plan B.




3-Con la Insurrección guerrillera del movimiento revolucionario 14 de Junio 1J4 el movimiento progresista de Izquierda sufrió un duro revés y con ello el movimiento de masas, pues la reacción  de su liderazgo ante el consumado Golpe de Estado auto asestó un golpe históricamente demoledor a su Organización, quedando ésta casi destruida tras la pérdida de sus mejores elementos humanos incluyendo a su líder el Doctor Manolo Tavarez Justo. No obstante a esto, el levantamiento guerrillero de Diciembre fue un factor  determinante para el nuevo curso histórico, puesto que pese a su derrota, la Troika golpista entró inmediatamente en una crisis que la afectó orgánica y políticamente; situación que añadido a ella, muchos otros elementos políticos no de menos importancia, aceleró el proyecto de Washington para normalizar a su manera las cosas en República Dominicana. Pero el poder de las masas y su acción espontánea puede mucho y no espera por decisiones de unos cuantos que estarían en el supuesto de actuar desde arriba y provocar situaciones, sino que ocurre a la inversa: la incapacidad de los de arriba suscita la presión desde abajo; y siendo así, las masas proletarias de la ciudad de Santo Domingo dieron al traste con el Triunvirato golpista el 24 de Abril de 1965 dando pie a la Revolución de Abril que más adelante, vino a ser derrocada por la reacción amparada en la invasión militar norteamericana de Mayo de 1965, enclave donde se fulminó de un golpe el avance revolucionario de las masas dominicanas sufriendo éstas el golpe final que fue asestado en las negociaciones que sostuvieron los líderes de la Guerra de Resistencia con el Invasor Extranjero, con los sectores más conservadores y por ende con los elementos más reaccionarios de la sociedad dominicana. Las negociaciones, se convirtieron en sí, en un interregno que: en el terreno de la guerra preparaba el camino para que los de Washington encontraran el hombre ideal, el líder adecuado y capaz para poner en marcha el Plan B. Esa figura fue la del señor Joaquín Balaguer quien no titubeó un minuto mientras se disponía a cumplir la tarea que se le encomendaba; aquélla misma tarea, que el Profesor Juan Bosch se había negado llevar a cabo, consistente, nada más y nada menos, que en detener el movimiento de masas, descabezar a las organizaciones de los trabajadores, de los estudiantes, y de los campesinos: partidos políticos, sindicatos, y organizaciones juveniles; además de los distintos frentes estudiantiles, juntas campesinas y otras. 

4-Con el ascenso del señor Joaquín Balaguer al control del Estado, se enterraría toda posibilidad de retorno a la democracia de 1963, pues ya no existía un 1J4 que aunque estuviese limitado a sus ideas democrático-progresistas jugó un papel político determinante en el período previo al del Balaguer de 1966. El 1J4 era una organización de masas de gran importancia en 1963, que constituía para entonces la Tercera fuerza política del país, por tanto, unido a sus ideas progresistas se colocó a la vanguardia de la lucha por la defensa de las conquistas obreras y populares de 1962-1963.  Esta organización adoptó decididamente un discurso, en cierto sentido, agresivo en defensa del gobierno democrático y hay que aceptar que sólo el 1J4 pudo haber sido la entidad que evitaría el Golpe de Estado; solo era necesario que Juan Bosch armara a ese Partido y lo convirtiera en el brazo armado de su gobierno convirtiéndolo en sus milicias de autodefensa. Pero Juan Bosch no era un revolucionario de este tipo, por cuanto ignoraba la importancia de un Catorce de Junio armado para la protección de su gobierno en vez de tratar de disuadir por las buenas a su enemigo principal que eran, en conjunto, la Oligarquía Nacional, El Clero Católico y la Burguesía Comercial dominicana.



5-A partir de junio de 1966, la Segunda fase del proyecto imperialista de instauración democrático-burgués marchó en línea recta, sin interrupciones, viento en popa, hasta 1978. Culminó allí, sólo cuando el denominado ‘peligro comunista’ había pasado ya; es decir, cuando el señor Joaquín Balaguer había concluido satisfactoriamente y en beneficio político de los de Washington la tarea que éstos pretendían fuese llevada a cabo por el gobierno de 1963. Durante los Doce Años de Balaguer, la Izquierda había sido hostigada hasta su lamentable reducción. Bajo la presión política de aquél momento de nuestra historia, y dadas las condiciones sociales donde actuaba la Izquierda, ésta se escindió progresivamente, lo cual vino a jugar un papel ventajoso para el enemigo cuyo trabajo se agilizaba con la guerra de facciones y de grupos dentro de las organizaciones de la Izquierda. A la salida de Balaguer como ente principal de control dentro del Estado, todas las condiciones estaban dadas para la Tercera fase del Plan. Veamos: a) Una Izquierda debilitada hasta el extremo; b) la inexistencia de una tercera fuerza política competitiva; c) Juan Bosch había dejado el PRD; d) el último reducto de resistencia armada había caído en Febrero de 1973 con el asesinato del Coronel Francisco A. Caamaño por parte del Ejército Nacional; d) el PRD en 1978 llevaba un hombre de la Burguesía Nacional (Liberal) como candidato presidencial, el señor Silvestre Antonio Guzmán Fernández. Tan lejos fueron las cosas a parar, que incluso, se legalizó el Partido Comunista Dominicano PCD,  que a cambio había dado apoyo a la reforma agraria impulsada por el gobierno de Balaguer. En resumen: ya Juan Bosch, había dejado de ser un peligro político, pues al dejar el PRD no podía movilizar a las masas, que es a lo que más le teme la clase burguesa; el coronel de abril, Francisco Caamaño Deñó había sido asesinado y añadido a todo esto, no existía un Tercer Partido. En conclusión, visto en retrospectiva, históricamente la República Dominicana viene siendo gobernada por dos Partidos desde cuando desapareció el sistema de Partido único de Trujillo y con el desmembramiento del 1J4 en 1963, esta perspectiva sería dilatada hasta 1986, cuando el PLD surge como Tercera fuerza.

6-Durante los ocho años de gobierno del PRD (1978-1986) el proceso de Industrialización y modernización de los medios industriales y estructurales de producción, la creación de infraestructura y medios de comunicación: por ejemplo, vías de transporte y modernización de la producción agropecuaria, sufrieron una parálisis enorme en parte a efecto del proyecto de privatizaciones de las empresas estatales que para entonces tomaba forma en el país mediante las políticas económicas neoliberales capitalistas que entraban en curso con el proyecto de reforma agraria impulsado por el gobierno de Joaquín Balaguer y seguido del primer acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional firmado por el gobierno del señor Salvador Jorge Blanco. [Recordemos que la intervención económico-financiera del FMI en el país dio lugar a la explosión social de 1984]. Las políticas económicas neoliberales implementadas entonces, y las condiciones impuestas por el FMI, dieron lugar a un descontento general que culminó abriendo las puertas para el retorno al frente del Estado de Joaquín Balaguer y su renovado Partido Reformista; organización que tras una fusión con el viejo Partido Revolucionario Social Cristiano adoptaría el nombre de Reformista Social Cristiano PRSC. 



7-Con el regreso de Joaquín Balaguer al  frente del Estado, el proyecto democrático-burgués redundado en estas líneas entraba ya en la Cuarta fase del Plan y con ello ascendía finalmente a la cúspide. ¿Por qué significó esto un ascenso a la cúspide? Primero, porque Balaguer venía con tonos de un Demócrata pulido, de ideas abiertas y reconciliadoras. Segundo, porque el PRD histórico pasaba a la oposición ocupando asientos en El Senado y en la Cámara de Representantes (Diputados). Tercero, porque una tercera fuerza política había emergido y ocupaba puestos en la Cámara de Representantes con un Bloque de Diputados progresistas. Esta fuerza se hallaba constituida por el Partido de la Liberación Dominicana PLD que entonces se denominaba a sí mismo como un partido Marxista, siendo este el primer Partido en ocupar el lugar de Tercera fuerza política con poder de intervención decisiva en las cuestiones políticas del Estado desde el poder legislativo, lo cual es precisamente lo que es algo de lo que hace falta ahora cuando el PRD se debate entre la vida y la muerte y con un PLD donde hay visos de descomposición orgánica. Creo que si consideraríamos alguna coyuntura favorable para una “nueva alternativa política”, esta subyace en el descalabro progresivo del PRD y la proclividad al fraccionamiento dentro del oficialismo y el PLD.

8-Y por último, una vez concluido el primer cuatreño de los últimos 10 años del PRSC en el poder, su gobierno volvió a la carga autoritaria, puesto que cuyo liderazgo pretendió perpetuarse nuevamente en el poder. En 1989, el PRD se desintegró tras una guerra de tendencias de magnitudes jamás vistas en un Partido dominicano, dando paso al alto crecimiento electoral del PLD, por supuesto de manera automática, mecánica, a consecuencia del impase histórico del PRD y de su desbanda orgánica.  En 1990 el PLD ganó las elecciones producto de la decisión de las masas, que cansadas de la guerra sin cuartel dentro del PRD y de los afanes del PRSC de retomar el autoritarismo como medio de seguir atados al poder, depositaron su confianza en el programa de aquél Partido, al cual veían (a falta de una dirección revolucionaria) como un ente de alta moral. Sin embargo, el PRSC se mantuvo al frente del Estado mediante la fuerza, la intimidación y el fraude electoral técnico. Visto en retrospectiva, en lo referente a Juan Bosch y sus aspiraciones a retornar a la presidencia de la República, este nuevo fraude en su contra, colocó el sello final al Golpe de Estado de 1963. Tras este resultado, Juan Bosch no volvería jamás a la presidencia y su nuevo Partido, el “partido de la liberación dominicana” PLD, degeneraría para llegar al poder en 1996 donde se da comienzo al período histórico que acaba de concluir el pasado 20 de mayo de 2012. Del otro lado, es de mucho valor comentar, que el desastroso gobierno del señor Salvador Jorge Blanco (PRD 1982-1986) fue la causa principal que puso impedimento a la llegada al poder del señor José Francisco Peña Gómez y su camarilla del PRD en 1994-1996, pues, la Burguesía no pondría en riesgo su estabilidad económica y control político logrado durante la nueva administración Balaguer-PRSC. Y como veremos más adelante, el hecho de que el señor Danilo Medina vaya a ocupar las oficinas presidenciales a partir del 16 de Agosto de este año 2012, es también producto directo de la misma cautela con que actúa la clase capitalista en el país con respecto al cambio de administraciones, especialmente, cuando esta podrían ocurrir a nivel de la sustitución de partidos políticos en la administración de sus bienes, pues cada partido se halla íntimamente ligado a estratos de clases opuestas entre sí. La clase poderosa, no olvida el desastre ocurrido en el sector financiero nacional (entiéndase Banca Privada) a finales del 2003. Esto, en parte, le costó las elecciones del 2012 al señor Hipólito Mejía y al PRD de hoy. 




El período de 1996-2012.

Este ha sido un lapso de tiempo de enorme significancia para la historia de la República Dominicana. Durante estos últimos 18 años el país ha evolucionado significativamente en todos los sentidos elevando sus condiciones sociales a otras esferas. Esa evolución política, económica y cultural, ha tocado significativamente a todos los componentes sociales, elevando la capacidad adquisitiva de una minoría que en números es hoy sumamente más alta y equilibrada que en el período 1961-1978, 1982-1996 y 1996-2000; esto último, en el contexto de gobernabilidad, control de la política económica y por tanto, del aumento numérico de los nuevos ricos. 

  Si observamos con cuidado esas condiciones, unida a ellas se halla el funcionamiento institucional, que a mi entender, lo hace a la perfección; pero no nos daremos cuenta de ello si no sabemos identificar con claridad en favor de quiénes está destinada la eficiencia y la funcionalidad de las instituciones estatales y sus mecanismos legales y también por quiénes han sido creadas las instituciones y puesto en moción sus mecanismos de funcionamiento. Para no ir muy lejos, mencionaré la institución electoral, mecanismo democrático de la burguesía, que se usa para aferrarse al Poder apoyándose en la práctica del fraude electoral, que dicho sea de pasada, en la República Dominicana, ya no se ejecuta de la misma forma o manera en que se hizo por décadas. La abolición del fraude electoral violento se ha transformado en fraude electoral técnico, el cual sólo puede llevarse a efecto con la consolidación de dos polos de poder electoral y por ende de convocatoria. Esos dos polos son hoy en día el PRD y el PLD, que al consolidarse como únicas organizaciones de Poder instrumentadas por la Clase Política, son los mecanismos del fraude electoral técnico por haber sido capaces de arrastrar hacia su seno a los demás partidos que hoy han dejado competir con independencia, sino que solo se esfuerzan por su propia existencia como grupos tránsfugas. En otras palabras: su política oportunista del pasado, los ha transformado en grupos meramente existencialistas, que se hacen llamar Partidos político aliados.

  La sistematización de bipartidismo Ilustrado por la clase poderosa en la República Dominicana ha funcionado a la perfección para su beneficio y en favor de sus aliados extranjeros. Debe notarse que la desaparición de los partidos políticos que en el pasado reciente participaron con candidaturas independientes comenzó primero con la desaparición de los movimientos municipales y provinciales que llevaron en su momento y por mucho tiempo candidaturas locales. Luego, este fenómeno tocó los nervios de la columna vertebral de los partidos emergentes, lo cual influyó bastante en que los resultados electorales se den casi de inmediato en favor del candidato de uno de los dos grandes partidos, pues, he de darse por hecho que al no haber competencia está claro el camino para el supuesto ganador. De aquí que la Dictadura de la Democracia Burguesa, ahora funcione en la República Dominicana sin los tantos tropiezos que con que lo hacía en el pasado, cuales eran un factor innegablemente necesario para el proyecto de instauración y consolidación de la misma. 

Dependencia económica.

  La República Dominicana, es un país económicamente dependiente del capital financiero Internacional; por tanto, la estabilidad democrática es una necesidad para los aliados locales del capital foráneo y en ello se hallaba la necesidad de una transformación de economía industrial y agroindustrial a una economía de servicios, modelo económico que tomó ímpetu con la llegada al poder del PLD, cuando ya las bases para este fenómeno estaban sentadas. La economía local, transformada en una actividad de servicios al cliente ha suplantado la competitividad productiva por la pretendida capacidad de consumo y la expansión del mercado internacional hacia los países atrasados, que es en donde finalmente se distribuyen para la venta de la mercancía excedente, de la producción y manufactura. Debemos entender que el arribo del PLD al poder vino a ser una pieza más de Plan que se venía implementando paso por paso desde la caída de los Trujillo. Y debemos reconocer que este Plan, elaborado adrede, ha funcionado cabal y efectivamente y que para revertir sus efectos causados es necesaria una perspectiva política de lucha basada en un análisis teórico y también crítico en todos los aspectos de la política, en sus rasgos y aspectos principales y los elementos actores, como son las cuestiones de la Organización política, la ideología de clase y las cuestiones del Programa. 

  Como ya he dicho: teniendo como fundamento el pilar de la Dictadura de la Democracia Burguesa del Sistema Bipartidista Ilustrado que domina todos los estamentos sociales, debemos elaborar una estrategia alrededor de la creación de un nuevo liderazgo; un liderazgo inexistente hasta ahora pero que debe construirse desde abajo poniendo una perspectiva de Luchas de Clases desde sus raíces. La democracia actual en la República Dominicana funciona abiertamente y por más desdén y apatía que se muestre hacia su Dictadura por parte de grupos que se autodenominan radicales y que actúan como focos izquierdistas, tendremos que adoptar una actitud sobria hacia la participación y actividad política a seguir. Por consiguiente, la prioridad es construir las organizaciones que servirán de herramienta de lucha a través del apoyo y fortalecimiento de las ya existentes, especialmente los sindicatos; interviniendo en los movimientos populares, obreros y estudiantiles y propagando las ideas ideológico-programáticas que nos ayuden explicar las raíces de los problemas que afectan a las masas proletarias del país y del mundo. La toma del poder y por ende del control político no se logrará organizando al margen de las bases orgánicas que ya existen y en esto incluyo que no se podrá construir una estructura orgánica sólida y de clase, ideológicamente educada, al margen de nuestra historia; una estructura que pueda sobrevivir las presiones políticas que vienen y el tiempo que estas duren. 

  Hay que tener en claro que la Dictadura democrático-burguesa funciona en detrimento de las mayorías, pero que funciona a cabalidad para esa minoría que controla obedientemente el poder en favor de los capitalistas (“inversionistas extranjeros”) que se han instalado con la anuencia de los capitalistas locales y sus sirvientes de la Pequeña-Burguesía política, en los países atrasados lo cual puede conjugarse como otra especie de Colonización Ilustrada basada en el colaboracionismo político local, que por instancia, en la República Dominicana ha mantenido su auge mayor, partiendo del regreso de Joaquín Balaguer al frente del Estado en 1986. Sin embargo, esto no quiere decir que no debemos aprovechar al máximo posible el espacio que nos ofrece la Dictadura Ilustrada de la Democracia Burguesa y abrirnos paso entre las juventudes estudiantiles y los Trabajadores con el propósito de educar ideológicamente a todos aquellos hombres, mujeres, especialmente a los jóvenes que buscan respuestas a las cuestiones políticas, sociales y económicas que los afectan a diario. Asumir esta tarea es una cuestión voluntaria, pero necesaria y responsable a la vez, puesto que va en procura de la formación de los cuadros revolucionarios capaces de liderar las luchas de masas que vienen.

La Era de las privatizaciones.

  Durante el paso por la Era de desarrollo industrial, en la República Dominicana se libró una lucha intensa entre los señores capitalistas extranjeros y las clases adineradas nacionales por la búsqueda de una definición clara sobre las políticas económicas y de distribución de la producción local. Durante la época del auge industrial, la República Dominicana, pudo tomar en ciertas formas, medidas económicas independientes, aunque las mismas fuesen tímidas y limitadas por sus proporciones, pero pudo verse en ellas cierto tipo de autoridad político-económica. Esas medidas y decisiones estuvieron basadas en cierta capacidad de exportación que por entonces existía que fueron llevadas efecto a través del control por parte del Estado de las empresas confiscadas y nacionalizadas consecuencia del desmantelamiento del régimen de los Trujillo. Pero cuando ocurrió la llegada del PLD al poder, el país había entrado ya en la época de las privatizaciones, fenómeno que no ocurre solo en la República Dominicana, sino que es resultado del modelo capitalista neoliberal y la política globalizadora del libre mercado y del libre cambio. A mi juicio, creo que el proceso de privatización tuvo sus comienzos con la reforma agraria impulsada por Joaquín Balaguer a finales de su Dictadura de los Doce Años. Las reformas agrarias sólo fomentan la tenencia privada de la tierra, aumentando el número de propietarios; por cuanto, la solución al problema del latifundio, no se resuelve con la repartición de la tierra, sino, nacionalizándolos.

  Todo el proceso histórico que hemos señalado brevemente arriba enrumbó las políticas económicas a la fase culminante de la privatización de la propiedad pública. En nuestro particular caso, es a partir del año 1996 cuando se dio comienzo formal a este proceso privatizador; un proceso que marcaría el inicio para un nuevo proceso de conversión de la economía local en una economía basada, como ya dije arriba, en los servicios al cliente, con lo que hemos arribado a un punto, donde todo el capital que circula es producto de ese tipo de política económica neoliberal que se basa principalmente en el sector privado, el empleo informal y la economía de consumo, lo cual puede conjugarse como consumo contra producción y explícitamente en: consumo de los productos importados a cambio de materia prima, lo que ha dado espacio para el surgimiento del alto nivel de delincuencia que se experimenta hoy; que es a su vez el resultado de la falta de empleos formales, la pérdida de competitividad social sobre la producción y la merma de la participación activa y productiva de los pequeños productores que en esencia tienen una significancia enorme con respecto al equilibrio social entre el campo y la ciudad y por ende en la participación económica a nivel local. Este fenómeno, retroactivo en nuestro caso, es consecuencia directa de las políticas de economía de consumo basada en las importaciones de los productos del excedente de la producción extranjera e incluso de la manufactura de productos extraídos de la materia prima sacada de los mismos países que consumen los productos importados. 

  Este cuadro, halla su base fundamental en las políticas de entrega y de libre mercado impulsadas desde las oficinas de control del proyecto globalizador. En otras palabras: la internacionalización global de la compra, venta y consumo, oferta, demanda, y finalmente la recolonización en forma ilustrada de los países atrasados, que lleva al Estado a manejar todos sus gastos públicos con fondos obtenidos de los grandes prestamistas internacionales; por ejemplo, del FMI, del BM, etcétera, etcétera. La decadencia en el sector industrial dominicano ha dejado un resultado nefasto en todo el país tanto en lo referente a su economía nacional, como en la capacidad de producción para fines de exportación, afectando la calidad de vida de los trabajadores y contribuyendo al aumento del desempleo, elevando con ello una influencia cultural paralizadora de la creatividad independiente ante la malversación de la mente de las juventudes que son bombardeadas por la propaganda de consumo. 

  Las influencias y la intervención directa de las instituciones foráneas en la economía han colocado la producción local al borde de la bancarrota, pues la dependencia del Estado de los préstamos monetarios ha puesto los recursos naturales en manos de las transnacionales, como efecto primario de una deuda externa que sobrepasa los 23 Mil Millones de dólares. Por ejemplo, el desarrollo del turismo extranjero ha suprimido el turismo local, sirviendo de elemento de coerción de la libertad de ocio saludable y disfrute de los atractivos naturales del país por parte de los Trabajadores dominicanos. El impulso de la economía de servicios al cliente a dado como consecuencia que los pequeños agricultores de las áreas costeras hayan sido engañados con la venta casi forzosa de sus pequeñas propiedades inducido a ello por autoridades locales en contubernio con el gobierno central. 

  También, han sido expulsados paulatina y gradualmente los pequeños pescadores, que sacaban su sustento diario de las aguas costeras. ¿Entonces, qué es lo que deducimos de este cuadro de cosas? En primer lugar que todo intento de hacer política de cambios en el orden general de las cosas, se logrará, sólo partiendo del conocimiento y del tratamiento político-ideológico de la cuestión económica, teniendo en cuenta la necesidad del análisis en perspectivas de la evolución e involución de la producción en el país, para encontrar una explicación concreta a las raíces de los problemas políticos y de intereses de clase que colocaron a la República Dominicana en los últimos 18 años en donde se halla hoy. 

  De aquí la necesidad de estudiar las condiciones económicas, políticas y socioculturales de los períodos anteriores para comprender mejor los resultados que ulteriormente hemos obtenido de ellos y arrancar con una perspectiva que subvierta las formas ambiguas de hablar, de actuar y de intentar hacer política. En segundo lugar, hay que analizar cuál ha sido la actitud de las masas en cada uno de los períodos que brevemente he comentado entre líneas para tratar de comprender mejor la cuestión del liderazgo político, que en términos generales, el mejor intencionado, y tal vez el más honesto, ha actuado, sin duda, al margen de la evolución e involución política que nos ha colocado en la situación en que nos toca actuar en este período. 

  De hecho: es imprescindible analizar sobriamente el momento actual y las condiciones políticas subjetivas del mismo. Pero sin comprender primero las causas, no podremos reprimir los efectos en el momento en que las cosas tomen un giro distinto, lo cual podría ocurrir en cualquier momento; giro que puede tomar  forma de movilizaciones espontáneas dentro de algunos sectores de entre masas, si no en todos.

Atilio,

Agosto 13-2012.