Monday, May 23, 2011

EL CANCER DE LOS PARTIDOS DE LA CHOPOCRACIA, TIGUEROCRACIA Y KLEPTOCRACIA DOMINICANA (PLD Y PRD) 2 PARTIDOS DE LA GLEBA DEL PAIS !!



Por: ANA JOSEFA GIL MATEO




"Arrojado de mi suelo natal por ese bando parricida que empezando por proscribir a perpetuidad a los fundadores de la República ha concluido por vender al extranjero la Patria, cuya independencia jurara defender a todo trance, he arrastrado durante veinte años la vida nómada del proscrito." -Juan Pablo Duarte y Diez

"Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones." -Juan Pablo Duarte y Diez


Tras cincuenta (50) años de la caída del régimen Trujillista es preciso replantear la democracia dominicana, pues dista mucho de ser el gobierno emanado de la voluntad del pueblo debido al establecimiento de la partidocracia que asigna el monopolio electoral a los partidos políticos, de manera muy especial a los dos partidos mayoritarios que fueron fundados con un mismo ideal por el profesor Juan Bosch, pero que lamentablemente muchos de sus miembros los han desnaturalizado con su mal proceder.

Tanto el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), como el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), por ser los dos partidos mayoritarios en cuanto a recursos asignados por la Junta Central Electoral, miembros inscritos y votos obtenidos en los torneos electorales celebrados en los últimos quince años, han venido estableciendo las reglas de juego para alternar la pelota de un equipo a otro, transfiriéndose el poder de mal gobernar el Estado, llegando inclusive a pactar con elegantes corbatas azules en contra de las masas.

Los partidos minoritarios que suman ya unos veinticinco (25) no escapan a los despropósitos políticos de esos dos colosos, pues aunque no todos sí la mayoría de ellos, cual si fueran hiedra se adhieren a la repartición del botín que se obtiene mediante la contienda electoral, que a partir del 2012 será cada cuatro años, por lo que aumentarán sus necesidades de obtener trozos de instituciones gubernamentales para no dejar morir los compañeritos que “botan el forro” en cada contienda electoral, pues estos últimos no pueden contar con los recursos que transfiere la Junta Central Electoral, ya que los mismos son gastados por casi todos estos partidos sin justificación ni documentación adecuada que los sustenten.

Son pocos hasta ahora, los presidentes o líderes de esos partidos minoritarios que mantienen su accionar y su discurso con apego a verdaderos ideales democráticos, pero se ven amenazados ante la presencia de la partidocracia ya que esta es una enfermedad degenerativa de la democracia y cual si fuera el más agresivo cáncer ya ha hecho metástasis en el sistema político dominicano al arrebatarle al pueblo su soberanía transfiriendo el poder de gobernar la República Dominicana entre el PLD y el PRD y sus respectivos aliados cual si fueran el equipo blanco contra el equipo morado apostando a quien se queda con la pelota en su cancha por cuatro años o más agravando los problemas nacionales que incrementan la desigualdad social.

La partidocracia que ha venido imperando en el país obliga a reflexionar pues las masas están saturadas. El hartazgo que tiene el pueblo dominicano de la repetición de lo mismo ante el cambio de gobernante dada la corrupción, la delincuencia, el narcotráfico, el abuso de poder que ejercen muchos de los que están en el gobierno de turno, sea morado o blanco lo conducen a preguntarse: ¿Dónde esta la verdadera opción que nos haga confiar en un real cambio? Asoma el desaliento al comprender que hay algo que ya no tiene remedio y sin saber piensan en la partidocracia, en ese cáncer aterrador que va aniquilando aquella democracia que surgió de las entrañas del pueblo al diseminar su semilla en aquel 30 de mayo de 1961 con el ajusticiamiento del sátrapa Rafael Leonidas Trujillo.

Y es que el proceso de democratización es muy complejo cuando los viejos esquemas se resisten a desaparecer. Son esos longevos pseudos generales de la política dominicana quienes han estado tirando la pelota y dirigiendo el juego utilizando títeres que se dejan colocar la banda presidencial, y que al llegar al palacio nacional son manejados por quienes hilan la corrupción; es por eso que los dos partidos políticos mayoritarios de la República Dominicana han reprobado en materia de confianza ciudadana.

Sin embargo, estos dos partidos políticos vuelven a ganar las elecciones e intercambian las posiciones al pasar de partido en el gobierno a partido en la oposición, y es tanto el consenso al que han llegado que ya ni se distingue bien cuál está en la oposición, salvo porque sus compañeritos languidecen, pues ante las declaraciones del gobernante y sus cortesanos; los de la oposición, actualmente los PRD, no emiten declaración alguna para no merecer el pseudónimo de traidor ante el atroz pacto hecho por los presidentes de ambos partidos, el Dr. Leonel Fernández y el Ing. Miguel Vargas, a quienes “los otros poderosos de la corriente partidaria contraria”, y no precisamente las bases, les han cerrado el paso para las elecciones venideras del 2012, desatando tras bambalinas una verdadera lucha de poder entre los actores principales de la partidocracia dominicana.

Ahora van abriendo el telón y dando paso a la buena imagen de unidad partidaria, ya lo hizo el PRD y comienza a hacer pinitos el PLD; pues es obvio que lo que ocupa y preocupa es mantener el poder para no dejar a un lado el patrimonialismo partidista que es lo que perciben los activistas como un medio para conseguir empleo u otros jugosos beneficios por parte del Estado tras el alegato de haber “gastado las suelas de los zapatos” para mantener o llevar al poder el partido desvirtuando así el verdadero rol a jugar por los partidos políticos al convertirlos en simples agencias de empleos o despacho para el tráfico de influencias y demás que conllevan a tener gobernantes que aún teniendo vista 20-20, no ven pero tampoco escuchan ni denuncian los casos de corrupción que afloran en sus gobiernos, salvo que sean competencias de la Agencia Norteamericana Antidrogas (DEA) se consideran “casos aislados” y lo admiten como válidos entre tantos.

El sistema político dominicano posee instituciones políticas débiles que no contribuyen a un verdadero proceso de democratización, más bien se han unificado en su mayoría para permitir la evolución del clientelismo político dejando atrás el cara a cara al sustituirlo por formas más institucionalizadas e impersonales tal cual destaca el PLD con la denominada “Nómina CB” y frente a los ciudadanos al pretender hacerles creer que las Tarjetas de Solidaridad y del Seguro de Salud son privilegios que solamente esa institución denominada Partido de la Liberación Dominicana pueden conceder a sus miembros y simpatizantes de la sociedad civil.

Y es que la metástasis de la partidocracia dominicana ha avanzado tanto que en las últimas nominaciones de candidaturas hemos visto el monopolio que ejercen los presidentes de los partidos mayoritarios para “señalar con el dedo” o excluir a ciudadanos del derecho a ser electos garantizando siempre los intereses de los grupos de poder que dominan dentro de dichos partidos, aunque hay que reconocer que algo le falló al “líder del partido morao” al intentar la jugada maestra de retener el poder a través de la propia esposa, viéndose obligado a poner en práctica el arte de la prudencia asumiendo una posición de neutralidad, de hecho no de derecho, para no convertirse en iceberg destrozado por la quilla del poderoso trasatlántico.

Ahora a Leonel Fernández sólo le resta esperar pacientemente que los cálidos vientos enfríen para fortalecerse con miras al 2016 y volver con apariencia de líder a rugir en procura de continuar ostentando el poder cuya antorcha se disputan exclusivamente el PLD y el PRD, donde el Agron. Hipólito Mejía es capaz de articular la maquinaria perredeista para aplastar con su carismática figura aún fuera del poder a Danilo Medina quien a pesar de sus esfuerzos no logra meterse en el corazón de la gente, y luego ver al nuevo presidente junto a su gabinete haciendo más de lo mismo durante cuatro años mientras esperamos que el Dr. Leonel Fernández vuelva a enconarlo para sacar del palacio nueva vez al PRD sustentando la partidocracia que carcome la democracia dominicana en detrimento del pueblo, pues hacen de todo, pero no solucionan los problemas del pueblo que los elige y en consecuencia ejercen indebidamente el poder para beneficio de aquellos, que cual si fueran plagas, pululan en ambos partidos políticos dispuestos a lo que sea con tal de continuar disfrutando de las mieles del poder.



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NARCISO ISA CONDE ES UN SUPERHOMBRE. UN GRAN HOMBRE ARISTOCRATICO




La Izquierda Revolucionaria Dominicana y latinoamericana pueden darse el lujo y el privilegio de contar entre sus miembros con un hombre entregado al bienestar y felicidad de nuestros pueblos, difundir y defender el Socialismo Científico y el Comunismo con características originales y propias, y practicar una correcta Solidaridad Internacional de la lucha revolucionaria: Narciso Isa Conde.

Ante tantos vacilantes, tránsfugas y traidores, la permanencia en la lucha política en defensa de los verdaderos y auténticos intereses de las grandes mayorías tiene su precio, respeto y admiración. Todos coincidimos en reconocer la lealtad permanente de este luchador revolucionario denunciando, enfrentando y venciendo múltiples acusaciones y posibles atentados para apagar la luz de la resistencia y combate.

Narciso Isa Conde, es un sobreviviente de la cruel y criminal cacería desatada en los azarosos 12 años por el doctor Joaquín Balaguer y el imperialismo norteamericano contra el movimiento revolucionario dominicano en las décadas del 70. Maniobras espectaculares para sobrevivir y continuar la lucha acompañan al legendario revolucionario.

En la actualidad, sus diversos compromisos políticos internacionales y sus relaciones con la insurgencia colombiana lo hacen una "presa fácil" de captura, extradición hacia Colombia y posible eliminación física por la corriente contra-revolucionaria que predomina en el poder en la hermana República de Colombia.

Narciso Isa Conde es el Coordinador del Movimiento Caamañista (MC) en la República Dominicana, y Coordinador de la Presidencia Colectiva del Movimiento Continental Bolivariano (MCB), con sede en Venezuela.

Director, comentarista y articulista político de radio, televisión y prensa escrita. Además fue invitado especial de la FARC-EP en las conversaciones de Paz celebradas por el Estado colombiano y el gobierno de turno que presidió Andrés Pastrana, con la FARC-EP, celebradas en 1998.

Es preciso destacar que cuando una delegación de la FARC-EP visitó la República Dominica, fue su anfitrión de manera pública y transparente, presentándose los visitantes en conferencias de prensas, charlas, conversatorios y contactos oficiales.

La vida de este revolucionario y comunista, se fundamenta en la defensa de los intereses de su pueblo y en la solidaridad permanente y consciente con las luchas revolucionarias de nuestros pueblos.

Con el apresamiento ilegal, entrega acelerada y en franca violación a principios y acuerdos internacionales del ciudadano sueco, periodista defensor de los Derechos Humanos y luchador revolucionario, Joaquín Pérez Becerra, al gobierno colombiano, el presidente Hugo Chávez Frías y su gobierno continúan su acelerada carrera por alejarse de los movimientos progresistas, democráticos y revolucionarios del mundo, para abrazarse y producir un matrimonio con la contrarrevolución y los enemigos de nuestros pueblos.

El Estado colombiano, el gobierno pasado de Uribe Vélez y el actual de Juan Manuel Santos, han mostrado interés en frenar la labor revolucionaria y solidaria del dirigente político dominicano. Sus planes han sido denunciados, enfrentados y vencidos exitosamente. Persisten en sus tenebrosos planes criminales y quieren involucrar al gobierno de la hermana República Bolivariana de Venezuela.

Se podrá estar o no de acuerdo con los planteamientos políticos e ideológicos de Narciso Isa Conde, pero él tiene todo el derecho de vivir, transitar libremente y expresar su pensamiento político y su solidaridad con los pueblos en lucha.

Que no se activen las desacreditadas y medalaganarias "códigos o luces rojas" de la Interpol para coartar los derechos individuales y políticos de Narciso.

Vayan pues, mi solidaridad permanente, preocupación y fe en que el gobierno dominicano proteja la vida de un ciudadano ejemplar, montaña de dignidad y decoro y un ejemplo a seguir.

Expreso Santo Domingo.


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POR TODAS PARTES HAY DIVISION, NEUROSIS, CONFLICTO Y DESTRUCCION



Lo que el ser humano se ha hecho a sí mismo y a los otros seres humanos es realmente increíble y chocante. Por todas partes hay división, neurosis, conflicto, destrucción, confusión... Desorden interno que se expresa en desorden exterior. Nuestras sorprendentes vidas han producido la sociedad en la que vivimos. Esto lo debemos investigar, investigarlo e ir más allá del reino del pensamiento.

El pensamiento nace en la memoria. La memoria es el resultado del conocimiento y de la experiencia. Por lo tanto, el pensamiento es siempre limitado, porque el conocimiento es perpetuamente limitado, ya que no puede haber conocimiento completo acerca de nada. El pensamiento es muy limitado, y el mundo en el que vivimos, nuestra vida cotidiana, el trabajo, el ocio, las ansiedades, los temores y sufrimientos que experimentamos, son el resultado de nuestro pensar, el producto de nuestra actividad diaria.

El desorden que hay allá fuera no es distinto del desorden que hay en uno mismo, sino que más bien es un solo movimiento que sale y entra. Es como una marea que va y vuelve incesantemente. Es necesario producir orden en nuestra vida, porque sin orden no hay libertad. El orden completo, total, absoluto, no de vez en cuando o una vez por semana, sino en nuestra vida de todos los días, no sólo trae libertad: en ese orden hay amor. Una mente desordenada, confusa, en conflicto, no puede amar o percibir qué es el amor.

Es imprescindible crear un orden total, no uno orden producido intelectualmente, un orden basado en valores, resultado de presiones ambientales o que es la adaptación a cierta norma, a cierto modelo. Un orden en el que no hay división alguna como desorden, en el que jamás pueda haber desorden. Nuestra mente, que incluye el cerebro, así como nuestras respuestas emocionales, sensoras, etc. Acepta a vivir en desorden. Nuestra vida, que se basa en la mente, en sus pensamientos, emociones, experiencias, recuerdos, etc. acepta el desorden. Nuestra mente acepta el desorden neurótico, aceptamos vivir en él, nos acostumbramos a él, con el sentido de la división, de orden y desorden, con un constante ajuste. Esto es antinatural y depende de nuestros deseos, afanes y anhelos particulares, obedece a nuestra propia ambición y envidia.

Pero el orden no puede generarse desde el desorden. Si nos encontramos en desorden y tenemos el deseo de generar orden, ese mismo deseo dicta lo que el orden debe ser, mientras que si abordamos el problema des desorden queriendo averiguar cuál es su origen, entonces nuestra atención no se distrae, no se disipa en distintas direcciones intelectuales, verbales y emocionales, sino que toda nuestra atención se orienta en averiguar la causa del desorden. Para ello, debemos tener muy claro el modo como lo abordamos.

El origen del desorden es deseo, que crea división en nosotros. Dondequiera que haya división hay conflicto, y el conflicto es desorden, ya sea un conflicto menor o una gran crisis. Nuestra autocontradicción, el decir una cosa y hacer otra, el tener unos ideales y tratar siempre de amoldarnos a esos ideales, nuestro deseo de llegar a ser alguna cosa, crean el desorden. Éste surge por el pensamiento, porque el pensamiento siempre es limitado y establece la división entre lo externo y lo interno, crea el “yo” y el “tu”. El pensamiento se esfuerza por convertirse en algo que no es. Estas constantes divisiones, este devenir, contradecirse, amoldarse, compararse, imitar psicológicamente son expresiones de una causa central.

Nuestra mente y nuestra conciencia son la conciencia y la mente de la humanidad. Es preciso comprender esto pues dondequiera que uno vaya el ser humano está sufriendo, ansioso, inseguro, solitario, desesperado en su soledad, agobiado por el dolor. Psicológicamente cada uno es la humanidad, honesta separado de resto de los seres humanos. La idea de que uno es un individuo con una mente especialmente suya es un absurdo, porque el cerebro ha evolucionado través del tiempo. Es el cerebro de la humanidad, y ese cerebro forma parte de la humanidad, genéticamente, etc. Por lo tanto uno es el mundo y el mundo es uno mismo. No se trata de una idea, de un concepto o de un desatino utópico; es un hecho. Y esa mente humana se halla por completo confusa.

Pensamos que mediante la división puede haber seguridad, que podemos obtener seguridad a través de religiones, filosofías, naciones, etc., pero este aislamiento debe generar en conflicto y desdicha y, desde luego, en la división no hay seguridad alguna. Podemos levantar un muro a nuestro alrededor, pero ese muro va a ser derrumbado.

Casi todos los seres humanos piensan, viven, con el patrón establecido de que se encuentran separados de los otros, que viven aislados con sus propios problemas, sus ambiciones, sus neurosis, su particular manera de pensar. El centro de esto se encuentra en la idea de que uno está separado de los demás. Pero, aunque físicamente podamos ser diferentes, en lo interno pasamos todos por las mismas cosas, o cosas semejantes. Por lo tanto, psicológicamente no hay división. Y en tanto aceptemos la idea de que estamos separados, tendremos conflicto y, en consecuencia, divisiones, confusión y desdicha.

En tanto uno piense que está psicológicamente separado de otro ser humano, tiene que haber conflicto y desorden. Si para uno esto es un hecho, entonces podemos hacer algo al respecto. Pero si nos limitamos a hacer una abstracción de ese hecho, convirtiéndolo en una idea, entonces estamos perdidos, porque así cada uno tiene su idea particular. Pero es un hecho común a todos nosotros y del cual dependemos como seres humanos, el hecho de que mientras siga habiendo división dentro de nosotros tiene que haber conflicto, desorden y confusión. Mas nuestras mentes se encuentran muy condicionadas; durante miles de años nos hemos condicionado, por los dichos de otras personas, a pensar que estamos separados, que cada cual debe salvarse a sí mismo. Este patrón de pensamientos se repite una y otra vez, y estando tan condicionados es muy difícil aceptar algo que es verdadero, aunque evidente.

El hecho de esta división no es diferente del observador que observa el hecho. Observo la codicia, soy codicioso. Esa codicia que observo no es diferente de mí, del observador que dice “soy codicioso”. No hay división entre el observador que dice “soy codicioso” y la codicia, él mismo es la codicia. Por ello, si comprendemos esto, vemos que esta confusión, esta división no es diferente de observador que soy yo observándola, pues yo soy esta confusión, esta división. Todo mi ser es eso.

Esto es verdaderamente importante si podemos comprenderlo de una vez por todas. Si lo comprendemos, ello hará que nuestras vidas sean por completo diferentes, porque en ello no hay conflicto.

Supongamos que estamos apegados a una persona. En ese apego y en sus consecuencias hay innumerables aflicciones, celos, ansiedad, dependencia, todo lo que se deriva del apego. En ese apego hay inmediatamente división. Ahora bien, el apego, el sentimiento de dependencia, la acción de aferrarnos a alguien, no es diferente de uno mismo, es uno mismo, uno mismo es el apego. Si nos damos cuenta de eso se termina el conflicto. Es así. No es que uno deba librarse del conflicto, no es que uno deba ser independiente, desapegado; el desapego es apego, si trato de desapegarme, estoy apegado a ese desapego.

“Yo” soy eso. Por consiguiente, el “yo” es confusión. No es que me doy cuenta de que estoy confuso, ni que me han dicho que estoy confuso. El hecho es que yo, como ser humano, estoy en un estadote confusión total, soy eso. Cualquier acción que emprendo trae más confusión. Y toda la lucha para superar esa confusión, para reprimirla, para desapegarse, todo eso ha desaparecido, todo movimiento de escape ha llegado a su fin.

Llegado al punto de comprensión de que “yo soy eso” ocurre una cosa sorprendente en lamente. Antes disipaba su energía reprimiendo, intentando el modo de no estar confuso, acudiendo a cierto gurú, sacerdote o psiquiatra, y todo cuanto he hecho ha sido una disipación de energía. Pero cuando hay verdadera comprensión acerca de que estoy confuso, mi mente se halla, entonces, completamente atenta a la confusión, en un estado de atención total. Y cuando hay atención completa no hay confusión. La confusión surge únicamente cuando no estoy atento, aparece cuando hay división, que es inatención.

Donde hay atención total no hay disipación de energía. Cuando uno se pregunta “¿cómo puedo obtener esta atención total?”, eso es un desperdicio de energía. Cuando unote que donde hay confusión, ésta se origina en la inatención, entonces esa inatención misma ya es atención.

Ahora, con esta intensa atención, podemos ver el miedo, el placer, el sufrimiento, etc. Es importante estar libres del miedo. La mente jamás ha estado libre del miedo. Podemos disimularlo, reprimirlo, no estar conscientes de él, o podemos estar tan hechizados por el mundo exterior que jamás nos demos cuenta de nuestros miedos profundamente arraigados. Donde hay miedo no hay libertad, no hay amor. El miedo sólo introduce oscuridad en nuestra mente y en nuestra vida. Aquí no nos referimos al miedo neurótico, sino al miedo en sí, pero cuando comprendemos la raíz del miedo desaparece el miedo a algo en particular.

Es posible vivir sin una conclusión, sin una imagen propia. Mientras tenga esa imagen seré perpetuamente herido. Es posible no ser herido en absoluto, es decir, tener una mente inocente, incapaz de sentirse herida. Es imprescindible averiguar si uno puede vivir así su vida cotidiana, sin una sola imagen y, por lo tanto, sin ser herido jamás, lo que implica no estar nunca en conflicto, no establecer nunca divisiones psicológicas. Uno debe examinarse en su vida diaria para ver si es posible vivir de esa manera.

Hemos aceptado el análisis como parte de nuestra vida, y si no podemos analizarnos a nosotros mismos acudimos a un profesional. En el proceso del análisis están presentes el analizador y lo analizado. Pero el analizador es, en realidad, lo analizado. Hemos creado, pues, una división artificial entre el analizador y lo analizado, pues en verdad, el analizador es lo analizado. De manera que hay un error fundamental en el proceso del análisis. Y, en este proceso del análisis empleamos el tiempo, días, meses, años, jugando el juego de enriquecernos mutuamente según nuestros propios y peculiares modos, financiera, emocionalmente y demás.

La ofensa y la adulación son la misma cosa. Ambas son formas diferentes de heridas psicológicas. Me adulan, eso me agrada y el adulador se convierte en mi amigo. Por lo tanto, esa es otra forma de estimular la imagen.

Debemos saber qué significa atender, porque sólo siendo atentos podemos resolver el problema de las heridas psicológicas. Es necesario saber atender con totalidad, con pasión, con una atención completa en la que no existe un centro desde el cual atendemos. Cuando existe un centro desde el que se atiende se crea una división ficticia, que sólo existe en nuestra mente, entre el observador y lo observado.

Es necesario darse cuenta de todo sin preferencia alguna, mirar sin optar, sin juzgar; simplemente mirar. Si podemos vivir así, sólo observando, sin juzgar, en esa observación no hay observador. Tan pronto interviene el observador empieza el prejuicio, el agrado y el desagrado. “Prefiero esto, no me agrada aquello…”, y tiene lugar la división. La atención existe únicamente cuando no hay una entidad que dice “estoy atendiendo”. Comprender esto es de una importancia vital. Gracias a que hay atención, cuando existe un darse cuenta libre de toda preferencia, de todo juicio, cuando tan sólo hay observación, vemos que ya no volvemos a ser heridos, y que las heridas del pasado han sido eliminadas. Pero apenas interviene el observador, este queda herido.

Cuando hay atención completa no hay heridas psicológicas, aunque a uno le insulten. Al conceder una atención completa no hay herida psicológica pasada, presente o futura, porque no existe entidad alguna que este observando. Comprender esto es esencial, porque mientras haya división tiene que haber conflicto. Al abordar la cuestión del miedo, del placer, del dolor, de la muerte, es muy importante ver que, en tanto que exista una división entre el pensador –el observador, el experimentador- y el pensamiento, es inevitable que haya conflicto, fragmentación y, por ello, desintegración. Es necesario observar la Vida, observarlo todo en un estado de percepción alerta, de atención completa. Y cuando luego, observamos con atención total la imagen que tenemos de nosotros mismos, nos encontramos que… no hay imagen alguna.

Cuando no hay imagen, ni representación mental, ni conclusión de ninguna clase, la relación entre dos seres humanos es la apropiada. Actualmente, nuestras relaciones se basan en la división. El ser humano acude a su centro de trabajo, donde es brutal, codicioso y ambicioso; después llega a su casa y dice: “querida, qué hermosa eres”. Este es sólo un ejemplo de que existe contradicción en nuestra vida, y por eso nuestra vida es una batalla constante. Por ello no hay una relación apropiada.

Tener una verdadera relación humana es no tener imagen, ni representación ni conclusión alguna. Y esto es bastante complejo, porque tenemos recuerdos. Pero podemos ser libres con respecto a los recuerdos que guardamos de los incidentes del ayer. Todo esto está implicado en la verdadera relación.

La relación entre dos seres humanos que no tienen imágenes la descubriremos si no tenemos imagen alguna. Eso significa vivir en la vida cotidiana sin conflicto, vivir sin división alguna, sin guerra. Eso puede ser amor.



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Sunday, May 22, 2011

LOS HUMANOS SOMOS EL MUNDO, EL MUNDO ES LO QUE SOMOS TODOS



Somos el mundo, el mundo es lo que somos todos, el mundo no está separado de uno mismo. Hemos creado este mundo, el mundo de la violencia, de las guerras, de las divisiones religiosas, del sexo, de las ansiedades y de la absoluta falta de compasión. Casi la totalidad de los seres humanos de esta tierra sufrimos, nos sentimos ansiosos, inseguros y con miedo respecto de todas las cosas. El mundo es uno mismo y uno mismo es el mundo, somos el mundo. Al darnos cuenta de esto como un hecho fundamental vemos que nuestro problema es un problema global. No es mi problema o el problema de otro hombre o mujer, es un problema humano. Es el problema de uno que, como ser humano, está viviendo en un mundo que se desintegra.


En el mundo psicológico, en el mundo espiritual no existe la autoridad. Una de las causas de que el ser humano y la sociedad se desintegran es que somos seguidores. Aceptamos la autoridad espiritual, aceptamos al intermediario, al sacerdote, al psicoanalista como nuestro guía en las cuestiones del espíritu. Nos volvemos incapaces cuando nos abandonamos a otro para descubrir acerca de nosotros mismos. Al parecer, no podemos investigarnos y examinar muy atentamente la totalidad de la existencia humana, qué somos cada uno de nosotros. Examinando e investigando, sin autoridad alguna, tan sólo libertad para examinar: aquí se describe la verdadera relación.


Una de las causas básicas de desintegración y de sufrimiento es la absoluta falta de un espíritu religioso. Espiritualidad, religión, significan acumular toda la energía para ver e investigar la Verdad. Significa descubrir, dar con ese estado de la mente o conciencia en el que existe la Vedad no inventada por el pensamiento. En el ser humano falta moral, sentido del orden. No del orden conforme a un modelo, conforme a la conveniencia del entorno o respecto a alguna religión o forma de pensamiento, sino un orden que adviene cuando comprendemos la naturaleza del desorden. Y esta moral no es algo abstracto, sino que es algo lleno de vida.

La Vida es relación, relación entre uno y las demás personas, animales y cosas; y comprender la relación es comprenderse a uno mismo y a la totalidad de la Vida. Este mundo en desintegración es nuestra mente. Uno es la esencia de la sociedad; es, en sus relaciones, la base de la sociedad. Y cuando no existe una adecuada y verdadera relación hay desintegración, dolor. La relación es la base de nuestra existencia, la base de nuestra sociedad, y a menos que haya una comprensión profunda de esto y una transformación de esa relación, no podremos seguir avanzando en el descubrimiento de uno mismo y de lo que es la Verdad. Por eso, esta es la base sólida sobre la cual debemos permanecer: la comprensión de nuestra relación con todo.

Es indispensable descubrir qué significa tener una relación verdadera, adecuada. Existen muchos niveles de relación entre uno y todo lo demás: en el nivel físico, en el sexual, en el intelectual, en el sentimental... y en todos estos niveles uno debe relacionarse apropiadamente. Si no se comprende claramente la naturaleza de la relación y no se vive de segundo en segundo es totalmente inútil realizar ninguna acción, porque entonces, esta acción es inapropiada o se convierte tan sólo en un escape inútil. A no ser que uno establezca la relación adecuada entre uno mismo y otro, siendo esa la base misma de toda existencia, el tratar de vivir religiosamente se convierte en una evasión respecto de lo real, y eso conduce a toda clase de resultados neuróticos y destructivos.

La realidad de la relación que tenemos unos con otros es que cada persona tiene una imagen de la otra, y la relación que existe entre los seres humanos es una relación entre dos imágenes, entre dos representaciones mentales. Estas representaciones mentales, imágenes o conclusiones son recuerdos, recuerdos que cada uno ha reunido, almacenado en el cerebro. Y amos reaccionan el uno con respecto del otro conforme a esas imágenes. Y no sólo se construyen imágenes de los demás, sino también de uno mismo. Por lo tanto, no son relaciones reales, apropiadas, y por eso hay siempre división y conflicto. Y éstos generan la herida psicológica: la imagen ha sido herida.

Existen heridas psicológicas pasadas, que sucedieron en la infancia y si no obramos inteligentemente recibiremos heridas en el futuro. A lo largo de toda la vida lo hieren a uno y, por sentirse uno herido, levanta un muro alrededor de sí mismo para resistir, para que no lo hieran más. Y cuando levantamos un muro alrededor de nosotros mismos tiene lugar la división y el conflicto, como ocurre entre razas, religiones y filosofías. Es una ley: donde hay división hay conflicto.

Cualquier forma de comparación hiere, toda imitación y conformidad hiere, no sólo verbalmente, sino en lo profundo. Y cuando uno está herido, desde esa herida hay violencia. Pero existe la posibilidad de que a uno no lo hieran jamás, aunque esto no significa construir ningún muro, sino vivir sin resistencia alguna.

La imagen que uno se ha formado de sí mismo es un producto de la sociedad, la educación y el medio. Estos factores han formado la imagen propia en uno mismo. “Uno” es esa representación mental, esa imagen, el nombre, la forma, las características, la idiosincrasia, etc. Y esa imagen ha sido herida. Tengo una conclusión acerca de mí, que soy esto o aquello, y cuando esa conclusión se ve perturbada me siento herido. De aquí surgen la herida y el dolor psicológicos.

EL HOMBRE ORDINARIO SIENTE UNA PROFUNDA ANGUSTIA, UNA GRAN SENSACION DE SOLEDAD

El hombre ordinario siente una profunda angustia, una gran sensación de soledad. Tiene miedo de ella y para intentar escapar busca seguridad, placer y poder –tanto en las cosas como en las ideas y en las personas. Y esa búsqueda es la causa de la confusión, el dolor y la desdicha en las relaciones y, por ello, en el mundo.

Cualquier forma de escape respecto de este vacío y de esta angustia interna se vuelve sumamente importante, porque encubre el propio vacío y angustia y, en consecuencia, el ser humano se aferra con desesperación a ella, a la manera en la cual huye. Y por proteger esta manera en la que se evaden de su propia angustia vital están dispuestos a pelear, a destruirse unos a otros. Ningún escape respecto de este sentimiento de vacío resolverá el problema sino que, por el contrario, genera más confusión. Por ello debemos darnos cuenta de los escapes.

Todos los escapes se encuentran en el mismo nivel, no hay escapes espirituales y escapes materiales. Todos son en esencia similares, y si uno se da cuenta que la mente está escapando todo el tiempo de este problema central de la angustia, si es capaz de vivenciar la propia angustia sin condenarla ni temerla, da el primer paso hacia su disolución: enfrenarse al hecho sin juzgarlo, sin condenarlo, sin darle un nombre. Cuando se le da un nombre a un hecho se le juzga y se le condena. Se le dice a esta vivencia que es angustia, soledad, muerte, y esas palabras implican condena y resistencia. Y al condenar y al resistir no se comprende el hecho.

Dar nombre al hecho crea el centro del “yo”, y el “yo” es soledad, angustia, separación y vacío. El “yo” sólo son palabras y, con ellas, el desarrollo de un proceso de aislamiento. En todas nuestras relaciones, en todos los esfuerzos que hacemos en la vida, estamos siempre aislándonos, y este aislamiento conlleva sufrimiento. Y sin comprender todo el proceso de la mente, son su separación y aislamiento, no se puede comprender y solucionar la angustia, el sufrimiento.

Pero cuando se ve y se comprende todo esto, sin nombrar, sin juzgar, sin desear hacer algo con respecto a ello, la angustia se convierte en algo por completo diferente. Uno entra entonces en un estado que va más allá de sí mismo, en un estado de creación, de vida.

El hombre inferior sólo es un simple resultado de influencias asociales, religiosas, económicas, hereditarias, climáticas... Pero cuando se comprende todo el proceso de la mente, entonces, al liberarse uno de él, surge una soledad exenta de toda influencia. Ahora, la mente y el corazón ya no están moldeados por los acontecimientos externos o las experiencias internas. Únicamente cuando existe esa soledad creativa es posible encontrar lo real. Pero una mente que se aísla a causa del miedo sólo puede experimentar angustia, y una mente así jamás podrá ir más allá de sí misma.

Pero la mayoría de seres humanos no tiene consciencia de sus escapes. Están tan condicionados, tan acostumbrados a los escapes, que los toma por realidades. Pero si se vieran con claridad verían cuan solos, angustiados y vacíos son bajo la cubierta superficial de los escapes. Apenas conscientes de ese estado, lo disimulan constantemente con diversas actividades, ya sean artísticas, sociales, religiosas o políticas. Pero esa angustia sólo puede disiparse mediante la comprensión, por eso debe ser comprendida.

Para comprender uno tiene que darse cuenta de estos escapes, y cuando se comprendan los escapes uno será capaz de enfrenarse con la angustia y el sufrimiento. Entonces se observará que la angustia no es diferente de uno mismo, que el observador es lo observado. En esa vivencia, en esa integración, en esa unidad del pensador y del pensamiento, desaparecen esa angustia y ese sufrimiento.




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LA REFORMA DEL MEDIO EN EL QUE VIVIMOS


Aquellos que desean reformar la sociedad deben saber que no se puede crear un medio apropiado. El medio en el que vivimos es creado, toda esta estructura humana ha sido creada por los temores humanos, los anhelos, las esperanzas, los deseos, los logros. Ahora bien, no se puede crear un medio perfecto, porque cada ser humano está creando, conforme a sus fantasías y deseos, nuevas series de condiciones.

Pero si una persona tiene una mente en la que ha florecido la inteligencia, puede abrirse paso a través de todos los diferentes medios falsos y, por consiguiente, estar libre de la conciencia del “yo”, la conciencia del “yo” en el sentido de lo mío, que es resultado del medio.

A fin de cuentas, cada cual cree de una manera diferente lo que para él sería un medio perfecto. Cada cual necesita un medio perfecto que lo satisfaga, que no le genere conflicto interno alguno. Por esto no puede haber un medio perfecto. Pero si hay inteligencia, entonces el medio carece de valor, nada significa, porque en tal caso la inteligencia está libre de las circunstancias, funciona en plenitud.

La cuestión no es si podemos crear un medio perfecto, sino más bien cómo despertar esa inteligencia que estará libre del medio, ya sea este imperfecto o perfecto. Podemos despertar esa inteligencia cuestionando todo el valor de cualquier medio en el que nuestra mente esté atrapada. Entonces vemos que estamos libres de cualquier medio en particular, porque estamos viviendo de manera inteligente, no deformados, falseados, moldeados por el medio.

Esto no significa que no debamos luchar, pero no tenemos que dar por sentado la virtud de la lucha. Hay que saber que existe una manera natural de hacer las cosas, una manera espontánea, sencilla, suave, sin esa agresiva, viciosa virtud.

Antes que nada, a fin de luchar, debemos saber contra qué estamos luchando. Tiene que haber una comprensión fundamental, no una comprensión de lo secundario. Ahora somos conscientes de lo secundario, por eso combatimos, por eso deseamos reformar, modificar, transformar, sin cambiar fundamentalmente toda la estructura de la vida humana. Seguimos queriendo proteger la consciencia del “yo”, la cual es la falsa reacción al medio; queremos proteger eso, y sin embargo queremos transformar el mundo. En otras palabras, queremos tener nuestra propia cuenta bancaria, nuestras propias posesiones, queremos resguardar este sentido de “lo mío” y “lo tuyo”.

Lo que uno tiene que hacer es averiguar si está tratando con lo fundamental o simplemente con lo superficial. Y lo superficial existirá mientras nos estemos ocupando tan sólo en modificar el medio a fin de aliviar el conflicto. Es decir, deseamos seguir aferrados a la conciencia del “yo”, a “lo mío”, pero deseamos no obstante modificar las circunstancias a fin de que no generen conflicto en ese “yo”.

Eso es un pensamiento superficial, y de tal pensamiento debe emanar, naturalmente, una acción superficial. Mientras que si pensamos de manera fundamental, esto es, si cuestionamos el medio en sí, entonces estamos actuando fundamentalmente y, por ello de forma perdurable.

Y en esto hay éxtasis, hay un júbilo del que ahora nada sabemos porque tenemos miedo de obrar fundamental y adecuadamente.




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LA NECESIDAD DE UNA REVOLUCION MENTAL


Una clase completamente distinta de moralidad y de conducta, y una acción que surja de la comprensión de todo el proceso del vivir, son una necesidad urgente en nuestro mundo de crisis y de problemas que constantemente aumentan. Tratamos de abordar y resolver estos problemas mediante métodos políticos y de organización, mediante reajustes económicos y otras diversas formas.

Pero ninguna de estas cosas resolverá jamás las complejas dificultades de la existencia humana, aunque puedan ofrecer un alivio transitorio. Todas las reformas, por extensas y aparentemente duraderas que sean, son en sí mismas la causa de posterior confusión y nueva necesidad de reformas. Sin comprender toda la complejidad del ser humano, las simples reformas producirán sólo la confusa exigencia de más reformas. Así, las reformas no terminan nunca y, en ninguna parte se encuentra una solución fundamental.

Las revoluciones religiosas, políticas, económicas o sociales tampoco son respuesta, porque han producido tiranías espantosas o la simple transferencia de poder y autoridad a manos de un grupo diferente. Tales revoluciones jamás son la salida para la confusión y el conflicto en que vivimos. Pero hay una revolución que es por completo diferente y debe ocurrir si tenemos que emerger de la inacabable serie de ansiedades, conflictos y frustraciones en que estamos atrapados. Esta revolución tiene que comenzar no con teorías e ideaciones que, a la larga, demuestran ser inútiles, sino con una transformación radical en la mente misma. Una transformación semejante sólo puede tener lugar mediante una educación correcta y el total desarrollo del ser humano. Es una revolución que ha de ocurrir en la totalidad de la mente, y no sólo en el pensamiento.

El pensamiento, después de todo, es sólo un resultado y no la fuente, el origen. Tiene que haber una transformación radical en el origen mismo y no una mera modificación del resultado. Hoy en día, nos entretenemos con los resultados, con los síntomas. No producimos un cambio vital desarraigando los viejos métodos de pensamiento, liberando a la mente de las creencias, tradiciones y hábitos. Es en este cambio vital en el que estamos interesados, el cual sólo puede originarse en una correcta educación.

La humanidad vive en un espejismo. Éste es como una bruma o niebla en la que el ser humano divaga, distorsionando todo lo que ve y todo aquello con lo que hace contacto. Esta bruma le impide ver claramente la vida o las condiciones que lo circundan tal como esencialmente son. Al ser humano le engañan las apariencias, y no conoce o se olvida de lo que ocultan.

Por el contrario, concienciarse es tomar consciencia de la realidad, del universo que le rodea a uno mismo. A través de esta realidad, el ser humano se descubre a sí mismo y las relaciones que tiene con los demás. La consciencia del ser humano es su gran realidad dentro del Universo en el que vive. La consciencia supone todo lo que el ser humano es y hace. Mediante ella somos capaces de ver a los demás, al Universo y a nosotros mismos. Por la consciencia lo miramos todo como en un espejo, accedemos al conocimiento de las cosas, reflexionamos sobre ello y obramos adecuadamente. Por ella nos descubrimos a nosotros mismos, aunque siempre hay algo más que descubrir, siempre nos podemos conocer mejor. Al mismo tiempo, la consciencia, que es respeto y amor, nos permite vivir la unidad conservando siempre la propia identidad. Nos sentimos parte del Universo y capaces de transformarlo, de unirlo más a nosotros mismos para hacerlo más humano.

El ser humano adquiere consciencia de sí mismo en la medida en que le conocen y aman las demás personas. El hijo se va haciendo consciente en la medida que le conocen y aman sus padres. Esta consciencia que adquiere una persona es la de quien vive insertado en la materia, en un cuerpo y en un universo, que es la prolongación de su cuerpo. Es la consciencia que adquiere alguien que necesita alimentarse, vestirse, abrigarse bajo un techo, hacer movimientos, etc.

Como consecuencia, en la medida en que el ser humano se enfrenta con ese Universo, en la media que hay una resistencia a ser conocido por sí mismo y en que se transforma a sí mismo y se asume, se va haciendo más consciente. Este encuentro con el Universo va siempre ligado a las relaciones con los demás. Y no es una tarea exclusiva de uno mismo el concienciarse, el tomar consciencia, sino que es una tarea de todos. En la medida en que uno es más consciente, puede ayudar a los demás a serlo también y al contrario.

El ser humano puede llegar a estar casi inmerso o absorbido por la realidad en la que vive, sin tener la capacidad para otras tomar perspectivas, con el fin de verla con claridad y superarla. La toma de una consciencia crítica frente a la realidad, mediante la reflexión de todo lo que se vive, es un elemento esencia en el proceso de la toma de consciencia.

Después de haber visto, analizado y llegado a la visión global de la situación, la consciencia quiere ir más allá, quiere crear una nueva realidad. Entonces se llega al momento en el que se proyectan los objetivos y se diseñan las acciones que se deben realizar para realizar el cambio.

La toma de consciencia permite siempre al ser humano una reflexión crítica sobre la realidad en la que se desenvuelve y, por la propia forma de ser de la consciencia, le impulsa a superar las situaciones. Lleva a reflexionar sobre la nueva realidad que hay que construir y la manera de conseguirlo.




EL SIGNIFICADO DEL MEDIO EN EL QUE VIVIMOS LOS HUMANOS


http://www.proyectopv.org/1-verdad/significadomedio.htm

El ser humano vive en conflicto, en una profunda falta de armonía. Pero es inútil que la mente trate de buscar una solución para el conflicto en sí. Cuando buscamos una solución, un modo de disolver el conflicto –y a la par toda la carga de sufrimiento que conlleva- sólo tratamos de sustituir todo eso colocando en su lugar una nueva serie de ideas o bien procurando escapar por completo del conflicto.

Por lo general, se encuentra una solución al conflicto, una salida, pero no se resuelve el conflicto, tan sólo se tapa o se desplaza mediante la sustitución de unas circunstancias ambientales por otras. Pero esto también provocará un conflicto posterior.

El conflicto es el resultado del medio que nos rodea, y si examinamos nuestras vidas veremos que éstas se hallan continuamente deformadas, falseadas, moldeadas por el conflicto. El medio está moldeando nuestras vidas, y en esta deformación no hay inteligencia. Podremos vivir inteligentemente únicamente cuando comprendamos al medio que da origen al conflicto. La mente se halla atrapada en el conflicto, por esto debemos averiguar la causa del conflicto en sí, lo cual implica investigar el significado del medio en el que vivimos.

El medio son las circunstancias ambientales, las condiciones que han sido impuestas, el escenario creado por las condiciones económicas, por la dominación, la explotación y la opresión política, por la religión, por la sociedad, por las diferencias de clase; el medio son los vecinos, los compañeros, la familia... El medio, toda esta estructura humana, ha sido creado por los temores humanos, por los anhelos, las esperanzas, los deseos, los logros... El ser humano está creando constantemente el medio, y lo hace conforme a sus fantasías y deseos; continuamente crea nuevas series de condicionamientos.

El “yo”, el sí mismo, es el resultado de ese medio. Y el conflicto puede existir únicamente entre el medio y el resultado de ese medio, el “yo”. Casi nadie se da cuenta de este conflicto, de esta batalla continua, el conflicto entre el propio “yo”, que no es sino el resultado, y el medio mismo.

Sólo a través del sufrimiento, por la intensidad y la agudeza del dolor y de la falta de armonía, nos volvemos conscientes del conflicto. Pero el sufrimiento no puede conducir al ser humano a la plenitud, únicamente puede despertar en la mente una gran intensidad. Y cuando la mente es aguda, comienza a cuestionar el medio, las condiciones, y en ese cuestionamiento funciona la inteligencia. Sólo esa inteligencia conduce al ser humano a la integridad y a la plenitud de la Vida y a conocer el significado que tiene el dolor. La inteligencia comienza a funcionar por la agudeza del sufrimiento, cuando la mente y el corazón ya no escapan a través de las numerosas vías de escape que tan hábilmente nos hemos creado y que, en apariencia, son razonables y legítimas. Pero, mientras siga habiendo un escape no afrontamos ni resolvemos el conflicto. Por eso, nuestro sufrimiento sólo sirve para acumular ignorancia. Pero sólo cuando la inteligencia funciona plenamente se diluye la causa del conflicto.

Cada vez que el ser humano necesita comprender el medio en el que vive surge el conflicto. El medio hace surgir el conflicto, y mientras no comprendamos el medio y nos limitemos a buscar sustitutos para esas condiciones estaremos evadiendo un conflicto y cubriéndonos con otro. Pero si en ese sufrimiento agudo que acompaña al conflicto comenzamos a cuestionarnos el medio en el que vivimos, la inteligencia funcionará de manera natural y comprenderemos el verdadero valor de ese medio. Hasta ahora, la mente se ha identificado con el conflicto, con el medio, con las evasiones y, por ello, con el sufrimiento –o sea, que decimos “yo sufro”. Mientras que en ese estado de sufrimiento agudo, en esa intensidad del sufrimiento en la que no hay escapes, la mente misma se vuelve inteligencia.

En tanto estemos buscando soluciones, sustituciones, autoridades para la causa de superar al conflicto y para su alivio, hay identificación de la mente con lo particular. Mientras que la mente ve e investiga en ese estado de sufrimiento intenso en el que se han bloqueado las vías de escape, entonces la inteligencia despierta y funciona natural y espontáneamente.

Pero casi todas las mentes se han desnaturalizado tanto que no se dan cuenta de que están buscando soluciones, escapes, mediante sus maravillosas teorías. Razonan perfectamente, pero su razonamiento se basa en la búsqueda de escapes, y son por completo inconscientes de todo esto. Son mentes que carecen de inteligencia, porque cuando hay inteligencia el medio carece de un verdadero valor, pues nada significa, porque entonces la persona inteligente está libre de las circunstancias, y funciona en plenitud.

La mente debe descubrir la causa del conflicto mediante la agudeza del pensamiento y, por consiguiente, mediante el cuestionamiento de todo lo que el medio ha establecido respecto de nosotros mismos. Al cuestionar todo ello veremos que surge la inteligencia, que es espontánea y que no puede ser adquirida ni cultivada. Ahí se encuentra la semilla de la percepción alerta, de la que brota la consciencia, la inteligencia y el buen obrar sobre el medio.




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EL HOMBRE SOCIALISTA SUPERIOR, Y LA PLEBE CAPITALISTA INFERIOR ESCLAVOS DE LOS CELULARES, DE LAS TARJETAS DE CREDITOS Y DEL PLD Y EL PRD

Duarte: Un verdadero superhombre aristocrata de espiritu !!



Los hombres dominicanos caamañistas-socialistas son superiores y son los que tienen que superarse siempre a sí mismo. Son los aristócratas del espíritu del pais. Estirpe de hombres superiores, hombres con independencia y con don de mando, almas de elevado linaje. Hombres de conocimiento, sabios, honestos, verdaderamente piadosos y virtuosos. Espíritus libres, muy libres que poseen la fuerza y el placer de la voluntad, la voluntad de autodominio. Viven la espiritualidad más elevada y saborean los sentimientos de la gran autosuperación, del silencio y de la soledad.

Desconfían por naturaleza de lo nuevo mientras respetan el antiguo conocimiento, la vieja tradición.

Para que el hombre socialista-caamañista superior exista son necesarios muchos sufrimiento y muchas transformaciones, por ello deben tener una vida siempre peor y más dura. Sólo así crecen hasta aquella altura lejana, donde se encuentra aquel verano con fuentes frías y silencio bienaventurado, donde está su altura y su patria, un lugar demasiado alto y abrupto para la chusma.

Egoístas, en su egoísmo creadores, y lo hacen con la cautela y previsión de la embarazada. Creadores en su interior de un ser superior, de lo que nadie ha visto aún con sus ojos, el fruto, el hijo: eso es lo que su amor entero protege, cuida y alimenta.

Muchas amargas muertes tiene que haber en las vida de estos hombres superiores. Para ser el hijo que vuelve a nacer el creador mismo tiene que ser también la parturienta y los dolores de la parturienta. A través de cien almas han recorrido su camino, y a través de cien cunas y dolores de parto. Muchas son las veces que se han despedido, conocen todas las horas finales que desgarran el corazón.

El superhombre-caamañista-socialista es el sentido de la tierra: permanecen fieles a la tierra y no creen a quien les habla de esperanzas sobreterrenales. Aprecian al cuerpo y aprecian la tierra, medios para la nueva creación.

Para hundirse en su ocaso y sacrificarse no buscan una razón detrás de las estrellas: sino que se sacrifican a la tierra para que ésta llegue alguna vez a ser del superhombre. Viven para conocer, y quieren conocer para que alguna vez viva el superhombre. Y quieren así su propio ocaso.

Cogen su pesada carga y ascienden hasta la cumbre, hacia el desierto, para tentar al tentador. De sus pasiones surgen sus virtudes y alegrías, virtudes que terminarán con el hombre.


LA PLEBE CAPITALISTA QUE USTEDES VEN EN EL ACROPOLIS MALL, BELLA VISTA MALL Y EN LOS CENTROS COMERCIALES DE SANTO DOMINGO, ESCLAVIZADOS POR LA TELE-BASURA DOMINICANA, POR COLOR VISION, POR EL CONSUMISMO NEOLIBERAL DEL PLD Y DEL PRD

La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso.

El hombre dominicano peledeista y perredeista capitalista común y corriente es algo así como un gusano y debe ser superado. Pobreza, suciedad y un lamentable bienestar definen al hombre común, moderación y mezquindad que claman al cielo. Es un montón de enfermedades que se extiende por toda la Republica Dominicana.

Siempre abandonan el trabajo que supone lograr conocimiento debido a lo arduo y frío que es: el hombre mediocre necesita calor. Son un rebaño sin pastor, pues aunque tenga pastor éste pertenece siempre al mismo rebaño. Son seres sin derecho a beber del conocimiento pues su maldad lo corrompe.

Ruina de hombre, pulgón inextinguible, hombre ruin, cómodo, tipo pequeño que todo lo empequeñece, fragmentos de hombre, hombres incompletos. Son espíritus estrechos, prisioneros, encadenados, rebaño. La plebe no sabe lo que es grande, lo que es pequeño, lo que es recto y honesto: ella es inocentemente torcida, ella miente siempre.

Los capitalistas del PLD y del PRD creen que puede existir hombres superiores, que no existen el hombre superior, que ¡todos somos iguales!, que ante Dios todos somos iguales!



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AMERICA LATINA ES UNA SOCIEDAD ARISTOCRATICA QUE PRODUCE HOMBRES SUPERIORES COMO HUGO CHAVEZ, EVO MORALES Y DANIEL ORTEGA






Toda elevación del tipo "hombre" ha sido hasta ahora obra de una sociedad aristocrática -y así lo seguirá siendo siempre: es ésa una sociedad que cree en una larga escala de jerarquía y de diferencia de valor entre un hombre y otro hombre y que, en cierto sentido, necesita de la esclavitud. Sin ese pathos de la distancia que surge de la antigua y arraigada diferencia entre los estamentos, de la permanente mirada a lo lejos y hacia abajo dirigida por la clase dominante sobre los súbditos e instrumentos, y de su ejercitación, asimismo permanente, en el obedecer y el mandar, en el mantener a los otros subyugados y distanciados, no podría surgir tampoco en modo alguno aquel otro pathos misterioso, aquel deseo de ampliar constantemente la distancia dentro del alma misma, la elaboración de estados siempre más elevados, más raros, más lejanos, más amplios, más abarcadores, en una palabra, justamente la elevación del tipo "hombre", la continua "auto-superación del hombre", para emplear en sentido sobremoral una fórmula de moral.

Ciertamente: no es lícito entregarse a embustes humanitarios en lo referente a la historia de la génesis de una sociedad aristocrática (es decir, del presupuesto de aquella elevación de tipo "hombre"-): la verdad es dura. ¡Digámoslo sin miramientos de qué modo ha comenzado hasta ahora en la tierra toda cultura superior! Hombres dotados de una naturaleza todavía natural, bárbaros en todos los sentidos terribles de esta palabra, hombres de presa poseedores todavía de fuerzas de voluntad y de apetitos de poder intactos, lanzáronse sobre razas más débiles, más civilizadas, más pacíficas, tal vez dedicadas al comercio o al pastoreo, o sobre viejas culturas marchitas, en las cuales cabalmente se extinguía la última fuerza vital en brillantes fuegos artificiales de espíritu y de corrupción.

La casta aristocrática ha sido siempre al comienzo la casta de los bárbaros: su preponderancia no residía ante todo en la fuerza física, sino en la fuerza psíquica -eran hombres más enteros (lo cual significa también, en todos los niveles, "bestias más enteras".

A riesgo de descontentar a oídos inocentes yo afirmo esto: de la esencia del alma aristocrática forma parte el egoísmo, quiero decir, aquella creencia inamovible de que a un ser como "nosotros lo somos" tienen que estarle sometidos por naturaleza otros seres y tienen que sacrificarse a él. El alma aristocrática acepta este hecho de su egoísmo sin ningún signo de interrogación y sin sentimiento alguno de dureza, coacción, arbitrariedad, antes bien, como algo que seguramente está fundado en la ley primordial de las cosas: -si buscase un nombre para designarlo diría: "es la justicia misma". En determinadas circunstancias, que al comienzo la hacen vacilar, ese alma se confiesa que hay quienes tienen idénticos derechos que ella; tan pronto como ha aclarado esta cuestión de rango, se mueve entre esos iguales, dotados de derechos idénticos, con la misma seguridad en el pudor y en el respeto delicado que tiene en el trato consigo misma, -todo astro es un egoísta de ese género-: se honra a sí misma en ellos y en los derechos que ella les concede, no duda de que el intercambio de honores y derechos, esencia de todo trato forma parte asimismo del estado natural de las cosas. El alma aristocrática da del mismo modo que toma, partiendo del apasionado y excitable instinto de corresponder a todo que reside en el fondo de ella.

Inter pares (entre iguales) el concepto de "gracia" no tiene sentido ni buen olor; acaso haya una manera sublime de dejar descender sobre sí los regalos desde arriba, por así decirlo, y beberlos ávidamente cual si fueran gotas: mas el alma aristocrática carece de habilidad para ese arte y ese gesto. Su egoísmo se lo impide: en general mira a disgusto hacia "arriba", -mira, o bien ante sí, de manera horizontal y lenta, o bien hacia abajo: -ella se sabe en la altura.

La soberbia y la náusea espirituales de todo hombre que haya sufrido profundamente -la jerarquía casi viene determinada por el grado de profundidad a que pueden llegar los hombres en su sufrimiento-, su estremecedora certeza, quelo impregna y colorea completamente, de saber más, merced a su sufrimiento, que lo que pueden saber los más inteligentes y sabios, de ser conocido y de haber estado alguna vez "domiciliado" en muchos mundos lejanos y terribles, de los que "¡vosotros nada sabéis!"...esa soberbia espiritual y callada del que sufre, ese orgullo del elegido del sufrimiento, del "iniciado", del casi sacrificado, encuentra necesarias todas las formas de disfraz para protegerse del contacto de manos importunas y compasivas y, en general, de todo aquello que no su igual en el dolor. El sufrimiento profundo vuelve aristócratas a los hombres, separa. Una de las formas más sutiles de disfraz es el epicureísmo, así como una cierta valentía del gusto, exhibida a partir de ese momento, la cual toma el sufrimiento a la ligera y se pone en guardia contra todo lo triste y profundo. Hay "hombres joviales" que se sirven de la jovialidad porque, merced a ella, son malentendidos: -quieren ser malentendidos. Hay "hombres científicos" que se sirven de la ciencia porque ésta proporciona una apariencia jovial y porque el cientifismo lleva a inferir que el hombre es superficial: -quieren inducir a una falsa indiferencia. Hay espíritus libres e insolentes que quisieran ocultar y negar que son corazones rotos, orgullosos, incurables: y a veces la necesidad misma es la máscara usada para encubrir un saber desventurado demasiado cierto. -De lo cual se deduce que a una humanidad más sutil le es inherente el tener respeto "por la máscara" y el no cultivar la psicología y la curiosidad en lugares falsos.

Lo que más profundamente separa a dos seres humanos son un sentido y un grado distintos de limpieza. De nada sirven toda honradez y toda recíproca utilidad, de nada sirve toda buena voluntad del uno para con el otro: en última instancia se está siempre en lo mismo -"¡no pueden olerse!" El supremo instinto de limpieza sitúa a quien lo tiene en el aislamiento más prodigioso y peligroso, com si fuese un santo: pues la santidad es cabalmente eso -la espiritualización suprema del mencionado instinto. Una cierta consciencia de una indescriptible plenitud en la felicidad del baño, un cierto ardor y una cierta sed que empujan constantemente al alma a salir de la noche y entrar en la mañana, a salir de lo turbio, de la "tribulación", y entrar en lo claro, lo resplandeciente, lo profundo, lo sutil: -esa inclinación, en la misma medida en que distingue -es una inclinación aristocrática- también separa.

La compasión propia del santo es la compasión por la suciedad de lo humano, demasiado humano. Y hay grados y alturas en los que la compasión misma es sentida por él como contaminación, como suciedad.

Entre las cosas que tal vez le resulten más difíciles de comprender a un hombre aristocrático está la vanidad: se sentirá tentado incluso a negarla incluso allí donde otra especie de hombre cree asirla con ambas manos. El problema para el hombre aristocrático consiste en representarse unos seres que buscan despertar acerca de sí mismos una buena opinión que ellos mismos no tienen de sí -y por lo tanto, tampoco "merecen"-, y que posteriormente creen, sin embargo, en esa buena opinión.

Esto le parece al hombre aristocrático, por un lado, algo tan falto de gusto y de respeto para consigo mismo, y, por otro, algo tan barrocamente irracional que le gustaría concebir la vanidad como una excepción, y en la mayoría de los casos en que se habla de ella, la pone en duda. Dirá, por ejemplo: "Yo puedo equivocarme sobre mi valor y, por otro lado, exigir, sin embargo, que mi valor sea reconocido también por otros exactamente tal y como yo lo establezco, -pero eso no es vanidad (sino presunción o, en los casos más frecuentes, eso que se llama "humildad" o también "modestia"). O también: "Yo puedo alegrarme, por muchas razones, de la buena opinión de los demás sobre mí, acaso porque los honro y amo y me alegro de cada una de sus alegrías, acaso también porque su buena opinión confirma y refuerza en mí la fe en mi propia buena opinión, acaso porque la buena opinión de los otros, incluso en los casos en que yo no lo comparta, me es útil o promete serlo, -pero nada de esto es vanidad".

De manera forzada, especialmente con ayuda de la ciencia histórica, es como el hombre aristocrático tiene que formarse la idea de que, desde tiempos inmemoriales, en todas las capas populares dependientes de alguna manera el hombre vulgar era sólo aquello que valía: -no estando habituado de ningún modo a establecer valores por sí mismo, el hombre vulgar ni siquiera a sí mismo se atribuía un valor distinto del que sus señores le atribuían (el auténtico derecho señorial es el de crear valores). Sin duda habrá que considerar como consecuencia de un atavismo enorme el hecho de que, todavía ahora, el hombre ordinario continúe aguardando siempre una opinión acerca de sí, y luego se someta instintivamente a ella: pero no tan sólo, en modo alguno, a una "buena" opinión, sino también a una opinión mala e injusta (piénsese, por ejemplo, en la mayor parte de las autoapreciaciones que las mujeres crédulas aprenden de sus confesores, y que en general el cristiano crédulo aprende de su Iglesia).

De hecho, ahora, merced a la lenta aparición en el orden democrático de las cosas ( de su causa, la mezcla de sangre entre señores y esclavos), el impulso originariamente aristocrático y raro de atribuirse un valor a sí mismo y a "pensar bien" de sí se verá adelantado y se extenderá cada vez más: pero ese impulso tiene en todo momento contra sí una tendencia más antigua, más amplia, arraigada más básicamente, -y el fenómeno de la "vanidad" esa tendencia más antigua predomina sobre la más reciente.

El vanidoso se alegra de toda buena opinión que oye acerca de sí mismo (totalmente al margen de todos los puntos de vista de la utilidad de esa opinión,y prescindiendo asimismo de que se verdadera o falsa), de igual modo que sufre por toda opinión mala: pues se somete a ambas, se siente sometido a ellas, merced a aquel antiquísimo instinto de sumisión que en él se abre paso. -El "esclavo" que hay en la sangre del vanidoso, residuo de la picardía del esclavo -¡y cuanto "esclavo" perdura aún ahora, por ejemplo, en la mujer!-, ése es el que intenta llevarnos engañosamente a tener buenas opiniones sobre él; es asimismo el esclavo el que luego se prosterna enseguida ante esas opiniones, como si no las hubiera producido. -Y dicho una vez más: la vanidad es un atavismo.

Un hombre que aspire a cosas grandes considera a todo aquel con quien se encuentra en su ruta o bien como un medio, o bien como una rémora y obstáculo, -o bien como un lecho pasajero para reposar. Su peculiar bondad, de alto linaje, para con el prójimo sólo es posible cuando él está en su altura y ejerce dominio. La impaciencia, así como su consciencia de haber estado condenado siempre a la comedia hasta aquel momento -pues incluso la guerra es una comedia y sirve de ocultación, de igual modo que todo medio sirve de ocultación a una finalidad-, le echan a perder todo trato humano: esa especie de hombre conoce la soledad y todas las cosas venenosísimas que la soledad tiene en sí.

Tenemos que darnos a nosotros mismos nuestras pruebas de que estamos destinados a la independencia y al mando; y hacer esto a tiempo. No debemos eludir nuestras pruebas, a pesar de que acaso sean ellas el juego más peligroso que quepa jugar y sean, en última instancia, sólo pruebas que exhibimos ante nosotros mismos como testigos, y ante ningún otro juez.

No quedar adheridos a ninguna persona: aunque sea la más amada, - toda persona es una cárcel, y también un rincón. No quedar adheridos a ninguna patria, aunque sea la que más sufra y la más necesitada de ayuda, - menos difícil resulta desvincular nuestro corazón de una patria victoriosa. No quedar adheridos a ninguna compasión: aunque se dirigiere a hombres superiores, en cuyo raro martirio y desamparo un azar ha hecho que fijemos nosotros la mirada. No quedar adheridos a ninguna ciencia: aunque nos atraiga hacia sí con los descubrimientos más preciosos, al parecer reservados precisamente a nosotros. No quedar adheridos a nuestro propio desasimiento, a aquella voluptuosa lejanía y extranjería del pájaro que huye cada vez más lejos hacia la altura, a fin de ver más cosas por debajo de sí: - peligro del que vuela. No quedar adheridos a nuestras virtudes ni convertirnos, en cuanto totalidad, en víctimas de cualquiera de nuestras singularidades, por ejemplo de nuestras "hospitalidad": ése es el peligro de los peligros para las almas de elevado linaje y ricas, las cuales se tratan a sí mismas con prodigalidad, casi con indiferencia, y llevan tan lejos la virtud de la liberalidad que la convierten en un vicio. Hay que saber reservarse: ésta es la más fuerte prueba de independencia.

Para los fuertes, los independientes, los preparados y predestinados al mando, en los cuales se encarnan la razón y el arte de una raza dominadora, la religión es un medio más para vencer resistencias, para poder dominar: un lazo que vincula a señores y a súbditos y que denuncia y pone en manos de los primeros las consciencias de los segundos, lo más oculto e íntimo de éstos, que con gusto se sustraería a la obediencia; y en el caso de que algunas naturalezas de esa procedencia aristocrática se inclinen, en razón de una espiritualidad elevada, hacia una vida más aristocrática y contemplativa y se reserven para sí únicamente la especie más refinada de dominio (la ejercida sobre discípulos escogidos o hermanos de Orden), entonces la religión puede ser utilizada incluso como medio de procurarse calma frente al ruido y las dificultades que el modo más grosero de gobernar entraña, así como limpieza frente a la suciedad de todo hacer política. Así lo entendieron, por ejemplo, los bramanes: con ayuda de una organización religiosa se atribuyeron a sí mismos el poder de designarle al pueblo sus reyes, mientras que ellos mismos se mantenían y se sentían aparte y fuera, como hombres destinados a tareas superiores y más elevadas que las del rey. Entretanto la religión proporciona también a una parte de los dominados una guía y una ocasión de prepararse a dominar y a mandar alguna vez ellos, se las proporciona, en efecto, a aquellas clases y estamentos que van ascendiendo lentamente, en los cuales se hallan en continuo aumento, merced a costumbres matrimoniales afortunadas, la fuerza y el placer de la voluntad, la voluntad de autodominio. A ellos les ofrece la religión suficientes impulsos y tentaciones para recorrer los caminos que llevan hacia una espiritualidad más elevada, a saborear los sentimientos de la gran autosuperación, del silencio y de la soledad: ascetismo y puritanismo (fariseísmo) son medios casi ineludibles de educación y ennoblecimiento cuando una raza quiere triunfar de su procedencia plebeya y trabaja por elevarse hacia el futuro dominio. A los hombres ordinarios, en fin, a los más, que existen para servir y para el provecho general, y a los cuales sólo en ese sentido les es lícito existir, les proporciona la religión el don inestimable e sentirse contentos con su situación y modo de ser, una múltiple paz del corazón, un ennoblecimiento de la obediencia, una felicidad y un sufrimiento más, compartidos con sus iguales,y algo de transfiguración y embellecimiento, algo de justificación de la vida cotidiana entera, de toda la bajeza, de toda la pobreza semi-animal de su alma. La religión y el significado religioso de la vida lanzan un rayo de son sobre tales hombres siempre atormentados y les hace soportables incluso su propio aspecto, actúan como suele actuar una filosofía epicúrea sobre personas dolientes de rango superior, produciendo un influjo reconfortante, refinador, que, por así decirlo, saca provecho del sufrimiento y acaba incluso por santificarlo y justificarlo. Quizá no exista ni en el cristianismo ni en el budismo cosa más digna de respeto que su arte de enseñar aun a los más bajos a integrarse por piedad en un aparente orden superior de las cosas y, con ello, a seguir estando contentos con el orden real, dentro del cual llevan ellos una vida bastante dura y, ¡precisamente esa dureza es necesaria!

Un hombre que dice: «Esto me agrada, esto yo me lo apropio y quiero protegerlo y defenderlo contra todos»; un hombre que puede sostener una causa, cumplir una decisión, guardar fidelidad a un pensamiento, retener a una mujer, castigar y abatir a un temerario; un hombre que tiene su cólera y su espada, y al cual los débiles, los que sufren, los oprimidos, también los animales, se allegan con gusto y le pertenecen por naturaleza, en suma, un hombre que por naturaleza es señor, — cuando un hombre así tiene compasión, ¡bien!, ¡esa compasión tiene valor! ¡Qué importa, en cambio, la compasión de los que sufren, ¡O de los que incluso predican compasión! Hay hoy en casi todos los lugares de Europa una sensibilidad y una susceptibilidad morbosas para el dolor, y asimismo una repugnante incontinencia en la queja, un enternecimiento que quisiera adornarse con la religión y con los trastos filosóficos para parecer algo superior, — existe un verdadero culto del sufrimiento. La falta de virilidad de lo que en tales círculos de ilusos se bautiza con el nombre de compasión es lo primero que, a mi parecer, salta siempre a la vista. — Hay que desterrar con energía y a fondo esta novísima especie del mal gusto; y yo deseo en fin que, para combatir esto, la gente se ponga en el corazón y en el cuello el buen amuleto del «gai saber», — la «gaya ciencia», para aclararlo a los alemanes.



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LOS MCDONALDS, EL BLUE MALL, EL ACROPOLIS, LOS ELEVADOS, LOS TUNELES, EL METRO SON PORQUERIAS QUE NO SIRVEN PARA NADA

ESTE PAIS ES UN INFIERNO EN LA TIERRA COMPARADO CON CUBA. YO NO ENTIENDO COMO AQUI CREEN QUE ESTE PAIS ES MEJOR QUE CUBA. UN PAIS QUE NO TIENE LUZ ELECTRICA, AGUA PARA BAñARSE, Y SALARIOS DE 6000 PESITOS MENSUAL QUE NO DAN NI PARA LA COMIDA DE 1 DIA TIENE QUE SER UN INFIERNO EN LA TIERRA.

LO QUE PASA ES QUE LOS DOMINICANOS SON TAN PAREJEROS Y TAN VANIDOSOS, QUE ESA VANIDAD Y ARROGANCIA LES IMPIDE ADMITIR SU REALIDAD DE LA VIDA DE PORQUERIA, IGNOMINIA Y SUFRIMIENTOS QUE PADECEN LA MAYORIA DE LOS DOMINICANOS.

HASTA GENTE CON TITULO UNIVERSITARIOS, PREPARADOS MENTALMENTE CREEN QUE EL MALL ACROPOLIS, EL BLUE MALL, LOS ELEVADOS Y EL TREN-METRO SON PRUEBAS DEL DESARROLLO DE LA REPUBLICA DOMINICANA.

PERO LA REALIDAD ES OTRA, LA REALIDAD ES QUE LOS ELEVADOS, LAS CARRETERAS MODERNAS, LOS TUNELES, EL METRO-TREN Y DEMAS OBRAS FISICAS NO APORTAN EN NADA AL DESARROLLO DE NUESTRO PAIS. AL CONTRARIO TODAS ESAS OBRAS NOS HAN VUELTO MUCHO MAS POBRES, PORQUE SON OBRAS HECHAS CON PRESTAMOS DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL. Y TAMBIEN PORQUE NO ELEVAN LA CALIDAD DE CADA DOMINICANO, NO APORTAN A LA FISIOLOGIA, A LA SALUD, A LA EDUCACION Y A LA DIETA DE LOS DOMINICANOS.

NI BAJAN LOS NIVELES DE POBREZAS EN LOS BARRIOS SUPER-POBRES DE NUESTRO PAIS, NI CURAN LOS APAGONES, NI BAJAN LOS NIVELES DE DELINCUENCIA.

LO QUE PODRIA DESARROLLAR A NUESTRO PAIS ES LAS NECESIDADES BASICAS, UNA DIETA ALTA EN PROTEINA, Y MAS BAJAS EN CARBOHIDRATOS, PARA QUE LOS DOMINICANOS SEAN MAS FUERTES FISICAMENTES, EL AGUA EN LAS LLAVES, LA LUZ ELECTRICA, ACCESO A DOCTORES Y A SERVICIOS MEDICOS, SALARIOS A LA PARA CON LA CANASTA BASICA, Y SEGURIDAD CIUDADANA (EL PODER SALIR A LA CALLE SIN QUE TE MATEN)

PERO EL BLUE MALL, EL ACROPOLIS, LOS ELEVADOS, LOS TUNELES, EL METRO SON PORQUERIAS QUE NO SIRVEN PARA NADA, NO CURAN LOS APAGONES, NI VAN A SACAR A LOS DOMINICANOS DE LA VIDA DE PORQUERIA QUE SE LLEVA EN NUESTRO PAIS !!

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Sunday, May 15, 2011

EL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ FRIAS ES UN SUPERHOMBRE. UN GRAN HOMBRE QUE LA NATURALEZA HA ALUMBRADO Y MODELADO CON GRAN ESTILO

El Presidente Hugo Chavez Frias es un Superhombre. Un gran hombre que la naturaleza ha alumbrado y modelado con gran estilo !!


Que es un gran hombre, un hombre que la naturaleza ha alumbrado y modelado con gran estilo? En primer lugar, toda su obra tiene una larga logica, dificil de ser comprendida a causa de su largueza. En consequencia engaña, tiene una capacidad de dispersar su voluntad por todos los campos de la vida y de despreciar toda materia mezquina y arrojarla lejos, aun cuando estas materias fueran las cosas mas bellas, y mas divinas del mundo. Segundo: es mas frio, mas duro, menos escrupuloso y tiene menos miedo de la opinion, le faltan las virtudes anejas a la estimacion y al ser estimado, y sobre todo, lo que forma parte de las virtudes del rebaño. Si no puede dirigir, se queda solo, y entonces sucede que mira con malos ojos muchas cosas de las que se encuentra en su camino. Tercero: no quiere un corazon que participe, sino criados, instrumentos. En las relaciones con los hombres tiene siempre a utilizarlos. Sabe que es incomunicable, y usualmente no lo es, aunque lo parezca. Cuando no se habla a si-mismo, tiene puesta una careta. Prefiere mentir a decir la verdad, para mentir hace falta mas espiritu y mas voluntad. Hay en el una soledad inaccesible al elogio y a la censura, una juridiccion suya propia que no tiene instancia superior a ella.

El gran hombre resulta naturalmente esceptico (con eso no quiero insinuar que deberia actuar como tal) aceptando que la grandeza consista en querer una cosa grande y los medios indispensables para conseguirla. La libertad de toda clase de convicciones forma parte de la fuerza de su voluntad. Asi se conforma a todo despostimos ilustrado, el que ejerce toda gran pasion. Una pasion de este genero toma la inteligencia a su servicio, tiene el valor de utilizar tambien medios siniestros, obra sin escrupulos, crease convicciones a las que tiene derecho, pero a las que no se sujeta. La necesidad de fe, de algo absoluto en el si y en el no, es una prueba de debilidad, y toda debilidad es una debilidad de la voluntad. El hombre de fe, el creyente es forozamente un gusano, una especie de hombre pequeño. Por ello resulta que la libertad de pensamiento, o sease la incredulidad como instinto, resulta hasta cierto punto una condicion preliminar de la grandeza.

El gran hombre siente poderio sobre un pueblo, sus coincidencias temporales con un pueblo o con una epoca, este engrandecimiento de si mismo como causa y voluntad suele ser mal entendido como si fuese altruismo. El grande hombre se siente impulsado a buscar medios para comunicarse, todos los grandes hombres son creadores de semejantes medios. Quieren forjarse a si mismos en el seno de grandes comunidades, quiere dar una sola forma a lo multiple y discordante, les excita la vinculacion con el caos.

El gran hombre mal entendido. Hay un amor de esclavos que se sujeta y cede, que idealiza y se engaña. Hay un amor divino que desprecia y ama y transforma, que eleva a la criatura amada. Hay que admitir aquella enorme energia de la grandeza para formar, para forjar al hombre futuro, mediante la educacion, y por otra parte mediante la destruccion del pesimismo y la negatividad, y no se debe perecer por el dolor que se produce y porque nuestros semejantes no existan aun.


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HEINZ DIETERICH ANALIZA EL VIRAJE HACIA LA DERECHA DEL GOBIERNO VENEZOLANO

http://redroman.blogspot.com/2011/05/heinz-dieterich-analiza-viraje-politico.html



1. Hugo Chávez en la contrainsurgencia latinoamericana


En entrevista concedida al diario El Tiempo de Bogotá, el Ministro de Defensa de Colombia, Rodrigo Rivera, proporciona la clave de interpretación para el caso de Joaquín Pérez Becerra. Para destruir a las FARC, dice Rivera, hay que “cerrar cualquier posibilidad de lo que se llama salida política a esta confrontación”. Eso se logra “por el camino de la cooperación internacional”. “El caso de Joaquín Pérez es verdaderamente rutilante… La inteligencia de la Policía…logra establecer que viajaría a Venezuela. Y de forma resuelta, sin vacilaciones, el gobierno de Venezuela, en un tema coordinado con el presidente Chávez directamente, nos ha respondido enviándolo a Colombia. Y nos han dicho que frente a cualquier información como esta que les demos, ellos van a responder de la misma manera”.


La esencia de la información de Rivera es estremecedora: Santos no quiere una paz negociada en Colombia, sino la destrucción militar de la guerrilla. Tal fin requiere la cooperación del gobierno venezolano. Chávez ha aceptado jugar ese papel.

2. Chávez acepta la reimposición de la Dotrina Monroe

La entrega de Becerra es solo la punta del iceberg de la macabra alianza grancolombina entre Santos y Chávez. La esencia de la política actual de Chávez consiste en que acepta el restablecimiento de la Doctrina Monroe en la Patria Grande, negociando, a cambio, su permanencia en el poder. Desde hace tiempo atrás trata de reconciliar su futuro político con la burguesía nacional (caso Samán), la latinoamericana (Santos, Lobo) y su amo y brazo armado internacional, la Casa Blanca. Esta estrategia se asemeja estructuralmente a la política de appeasement (reconciliación) de Gadafi, quién creyó equivocadamente que podía llegar a un modus vivendi con el imperialismo, después de su fase radical-nacionalista; aunque en Venezuela la situación no ha avanzado todavía a la fase de ingobernabilidad abierta, como en Libia.

3. El costo político del appeasement

La entrega de Becerra al régimen colombiano fue, por lo tanto, una decisión consciente y deliberada de Chávez, congruente con su política de reintroducción de la Doctrina Monroe, a cambio de su futuro político. Lo que él y su equipo subestimaron groseramente, fue el alto costo político que este nuevo sometimiento a Washington iba a tener en la Izquierda mundial. Confiando en su alto prestigio y el poder nacional y global de sus aparatos de propaganda, pensó que el secuestro y la extradición de Becerra pronto iban a ser olvidados. Consignó entonces a dos de sus funcionarios incondicionales, pero altamente incompetentes, el damage control como dicen los gringos: al canciller Nicolás Maduro y al Ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra.

4. Maduro e Izarra

Ambos funcionarios, al dar la cara, metieron la pata. El jefe de la diplomacia venezolana dijo en su habitual lenguaje bravucón que, “No estamos sometidos ni estaremos sometidos al chantaje de nadie, ni de la ultraizquierda ni de la ultraderecha”. A la luz de la estrecha cooperación de Miraflores con la pareja Obama-Santos –quienes no son más que reencarnaciones perfumadas de George W. Bush y Álvaro Uribe– en el restablecimiento común de la Doctrina Monroe, la afirmación de Maduro es simplemente patética.

Más patético aún es el caso de Andrés Izarra, jefe de propaganda del gobierno “bolivariano”, cuya principal aportación a la “Revolución bolivariana” ha consistido en llenar Telesur con “ineptos, contrarrevolucionarios en el amplio sentido de la palabra” (Aram Aharonian), que malograron lo que debía ser un samán de la comunicación mundial, en un bonsái.

El control del daño político del escándalo lo hizo Izarra, amante de los hoteles de seis estrellas en la Ciudad de México, con el estilo que le caracteriza a él y a gran parte de los funcionarios de la Nueva Clase Política “bolivariana”: imponiendo la censura a los medios estatales, amenazando a sus empleados y movilizando a la sección venezolana de ese elefante blanco, que se conoce como la Red de “Intelectuales en Defensa de la Humanidad”, con un comunicado llorón que pide solidaridad a los revolucionarios internacionales.

No lo va a lograr, porque es un intento contra la verdad. Y la verdad es que esta extradición —a diferencia de la entrega de vascos exiliados a la policía franquista de Aznar y el contubernio de funcionarios subalternos en los secuestros políticos de guerrilleros colombianos en Caracas— representa una nueva calidad: el fin de la fase progresista del gobierno de Hugo Chávez y su retorno a la normalidad burguesa en América Latina. Y esa normalidad es y ha sido, neocolonial y monroeista.

5. Aparece Chávez

Ante el fracaso de sus subalternos aparece finalmente el Presidente Chávez (30.4.). En el Teatro Teresa Carreño, reivindica su responsabilidad en la decisión de deportar al periodista y sigue con la bravuconería cantinesca de Maduro: “A mí nadie me va a estar chantajeando, ni de la extrema derecha ni de la extrema izquierda”. No hay explicación de lo sucedido. Solo el perenne intento de acallar con la autoridad. Pero, esta vez no convence. El lenguaje corporal de muchos delegados es claro. Desaprueban el vil acto monroeista de su Presidente.

6. ¿Qué hacer?

Obama tiene que decidir, si le conviene mantener a un Chávez debilitado en el Palacio de Miraflores, que garantice el petróleo y la reimposición de la Doctrina Monroe, o si prosigue con la agenda de los fascistas del PNAC (Project for the New American Century) —que ha adoptado— para sustituirlo. Chávez tendrá que pensar en una nueva estrategia de sobrevivencia, ahora que su proyecto de reacomodo con el imperialismo ha sido revelado.

La Izquierda en general no ha querido entender y aceptar el brutal cambio en la política del proceso venezolano. Y, de verdad, causa un profundo dolor ver que esa gran oportunidad de cambio se disipa. Sin embargo, el deber de todo revolucionario e intelectual crítico es la comprensión de la realidad, por dolorosa que sea. Y, comparado con la tragedia del Socialismo soviético, en cuya construcción y defensa perdieron la vida más de 30 millones de personas, la actual crisis de la “Revolución bolivariana” no justifica una tristeza inmovilizadora o una parálisis de la moral de transición anticapitalista y antimonroeista.

La lección del grupo de Gorbachev en la destrucción de la Unión Soviética es que ante el viraje de una élite estatal, la causa popular solo puede salvarse por la temprana y consciente intervención de las masas organizadas. Esta es la situación de la “Revolución Bolivariana” después de la entrega de Becerra.

Por:
HeinzDieterich
Fecha de publicación: 01/05/11



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Friday, May 13, 2011

SI SURGE UNA OPCION DE IZQUIERDA LOS RICACHONES DEL PAIS VAN A REACCIONAR CON SANGRE Y VIOLENCIA !!



Estimados amigos:

En la mayoria de los paises de America Latina, las mayorias de la gente ha vivido en una situacion demasiado incomoda. Asi mismo es la Republica Dominicana. Este es un pais donde las mayorias de la gente vive en condiciones deplorables. Donde las mayorias de los dominicanos pasan un calor del diablaso, en escuelas publicas no ventiladas, transporte publico sin ventilacion. Donde la mayorias de los empleados del sector privado y publico viven en casas y apartamentos incomodisimos, y donde sus actividades diarias son demasiado estresantes, como bajas condiciones laborales y el transporte publico dominicano es de los peores del mundo, tienen que cojer un transporte publico incomodisimo, con una incomodidad del diablo, con un solaso caribeño que te quema hasta el alma, con una sed del diablo ya que los empleados dominicanos ganan tan poco dinero, que el dinerito que ganan no les da ni siquiera para tomarse una Cola Cola en sus dias normales de trabajo.

Necesitamos una Revolucion Democratica en la Republica Dominicana, lo mas pronto posible, para acabar con el hambre, la sed, el calor del diablo y el sufrimiento que pasan los dominicanos. Y desde mi punto de vista que yo he observado de la sociedad en la Republica Dominicana es que existe una profunda division de clases, muy poca clase media, y una gran, inmensa pobreza tanto cultural como social y una clase dirigente oligarquica estructurada en el poder en base a sus poderio economico y a su raza.

Esta es una sociedad de profundos criterios racistas, alimentados tal vez por sus propios ancestros, de España y Europa y otros que denostan al criollo esclavizandolo sin pudor. Yo era miembro del Club Casa de España y de varios Club Sociales de la elite dominicana, he estado en sus fiestas, y en sus reuniones, en los clubes sociales y fiestas de la derecha dominicana. Y yo se como la derecha dominicana se comporta. Es odiosa, racista, violenta, anti-cristiana, immoral, perversa, diabolica con todas clases de patrones de conductas heredadas de España (El Haiti de Europa). No crean que los Españoles son desarrollados. España es mucho mas atrasado que Mexico.

Y tenemos que estar firmes ante la derecha dominicana, en contra de la oliagarquia y la clase media dominicana que en su mayoria ni siquiera dominicanos son, son extranjeros, immigrantes robandose la riqueza nuestra.

Y yo se que si aqui surge una nueva opcion de poder como el MIUCA con el Dr. Guillermo Moreno a la cabeza o algun constitucionalista dominicano como el General Percival, Ivan Rodriguez la derecha-dominicana no dara marcha atras sin derramar sangre ya que como su actitud animal demuestra saben que el cambio social se avecina y tratan por todos los medios de ahogarlo en sangre. Por eso considero que un enfrentammiento con la derecha-dominicana no debe suceder. Estas gentes estan animalizados por conceptos mentales que deben de desechar y adoptar otros en un proceso pautado sin contemplaciones, pero deben de tener su oportunidad. La Revolucion debe revolucionarlos a ellos en su pensamiento primero y luego en sus acciones.



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