Existen evidencias claras que apuntalan a que Felipe Calderón, además de usurpador y narco (documentadísimo en el libro "Los señores del narco", de 496 páginas, de editorial Grijalbo, de la autoría de la valiente periodista Anabel Hernández) tiene problemas de alcoholismo. Quizás la más trascendente es la carta íntima (hecha pública en 2009 por el semanario Proceso) que Carlos Castillo Peraza (panista de siempre, fallecido en 2000) le envió en noviembre de 1997, donde expresamente le indica su preocupación por saber que todas las noches salía "muy bien servido" de las oficinas del partido (col. Roma, D.F.).
Y luego se ofende por que le dicen "borracho". Los ofendidos somos los 112 millones de mexicanos que debemos aguantar su fascismo, estupideces y corruptelas.
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Y luego se ofende por que le dicen "borracho". Los ofendidos somos los 112 millones de mexicanos que debemos aguantar su fascismo, estupideces y corruptelas.
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