La más burda encerrona tendida al pueblo
Por: RAFAEL PERCIVAL PEÑA | 9:55 PM
Los hechos toman cuerpo, se agitan y van perfilando una existencia siempre al filo del riesgo y la aventura, desde que el fraude alcanzó su logro y diezmó la justeza de una esperanza democrática en todo el que habita en esta isla. Será un camino de peligro en dos vías, para los mediocres, los ambiciosos, los oportunistas y los depredadores del Estado de su vida cómoda y de opulencia. La imposición y la consolidación de una dictadura legalizada tras la ilegalidad tendrán su fruto. La conmoción causada no tiene vuelta atrás. No está descartada la posibilidad… Después de lo acontecido. El pasado 20 de mayo hubo hombres grandes que se convirtieron en enanos y hubo hombres enanos que se convirtieron en hombres grandes. A ellos la nación les debe mucho.
Con el jueguito de ir a votar institucionalizamos la dictadura. Algunos pusieron un huevo grande de avestruz entre los dos bandos enfrentados. Este pleito no fue sólo de ustedes, ni de ningún grupo, es de todos. De estos últimos, deseo hablar. La dictadura estuvo encubierta tras bastidores hasta el 20 de mayo pasado. Ellos jamás saldrán del poder por vías electorales, el que piense eso es un iluso e ingenuo. Hablar de ley electoral y de partido es totalmente ridículo en estos momentos. Las agallas faltaron, eso es lo que tenemos que hablar: “A mí nadie me hace coca”. Le quitamos el velo a la democracia, apañada desde mucho tiempo, y el lodo del fondo salió a relucir; no pudieron camuflagear el fraude. Todo el mundo lo vio, lo tocó, lo saboreó, lo olió y lo sintió.
El jueguito democrático es una farsa, para que el poder establecido mantenga a la población entretenida y controlada, ofreciéndole respiros electorales esporádicos, para mantenerla alejada de la vía de la insurrección, la única expedita vía que queda latente para el derribo de lo ilegítimo en el futuro. La conspiración es una de la alternativa. No la encubrimos, mucho al contrario, hablaremos de ella en todos los escenarios disponible. La construcción colectiva de un destino supone asumir una responsabilidad a la medida de la historia. De otra manera es la anarquía, la represión, el surgimiento de partidos divididos, trivializados lo que va a emerger... y florecer. Y ningún líder cualquiera que sea su valor político, histórico, humano puede sustituir a la voluntad sagrada de este pueblo.
Los desdentados, los excluidos, los que no tienen voz, lo que no son capaces de articular tres palabras continuas, los analfabetos que le damos de lado. Pero tienen un corazón pletórico de valor y enfrentaron a todo el poder del sistema represivo. Sólo ellos deseaban tener una ilusión a media por un país más justo, más equitativo, más igualitario. Sus esperanzas se desvanecieron por instrucción de las componendas de los de arriba y los extranjeros que se hicieron cómplice de esto. A tiempo intervinieron cuando se cocinaba desde el mismo centro de gravedad de la “bestia” la fermentación de la “Toma de la Bastilla”. Hemos aprendido la lección: El golpe enseña. Jamás nuestra nación se había cocinado en horno de piedra, una sublevación con tanto arraigo en las tres clases sociales. La tecnología jugó un rol preponderante. Se activó la alarma, encendieron la luz y nos enseñó una lección. Ellos lo que se confabularon no tienen el poder absoluto. Por el momento fuimos desarticulados.
Los de arriba, los que tenían mucho que perder, temblaron en su interior. Por primera vez se demostró que su poder era fáctico. El sudor lo destilaban por el cuero de sus glándulas sudoríficas y apestaban. Se demostró lo débil que era el sistema y su “status quo”. Pero también la pantomima de la diáspora del liderazgo político se siente a legua. Las Charreteras ajadas, pasiones desbordadas, uniformes desgarrados, funcionarios asustados tras las rejas, bicornios desplumados, el voto, la democracia, las elecciones se fueron al carajo. Este ensayo no pasará desapercibido. La guerra interna dentro de las FFAA es caldo de cultivo en su composición y sus características en cada rincón de cuartel del territorio nacional.
El pueblo lo asimiló de una forma tal en su exasperación para una experiencia del futuro inmediato. El abuso de los recursos del estado, la complacencia de los privilegios de los sueldos de los funcionarios, las botellas protegidas en las embajadas es parte del lodo y el miasma que arrastran en su estercolero del chiquero de barrio, en el cual ellos viven en su opulencia desmedida y nos tienen aparentemente acostumbrados. La provocación es inmensa y luce que no cambiarán del riel donde han trajinado. No se han atrevido a celebrar en grande, saben de la provocación inmensa que sería darle ese trago amargo a los desvalidos que no tuvieron voz, ni voto en las negociaciones de aposento. El sistema tocó fondo. Y ustedes lo saben muy bien.
Todo el mundo aceptó como bueno y válido los resultados, pero no la mugre del pueblo. En la componenda de la famosa exhibición, no hubo excepción. Eso fue lo bueno: Del golpe a la astilla del partido del sistema. Ellos arreglaron a su conveniencia la carga del burro antes de cruzar el río. Pero no notaron, ni por un momento, ni se detuvieron a mirar hacia atrás el desorden esparcido por doquier. Las heces quedaron a flote. Con que derecho realizaron tan desaguisado acto. ¿Quién le dio esa potestad? La compraron en una bodega de un burdel de motel. O, no ustedes son las dirigencias del poder político que decidió el futuro de nuestro país. Tanto el presidente y su segunda al mando electos, falsificaron la firma de Dios, tuvieron el tupé, la cachaza de falsear sus tesis de grado en las universidades donde cursaron. ¿A quién le creo? La maña, la trampa, el engaño, el arreglo de aposento campea por sus fueros. Hemos gratificado el engaño, la mentira el fraude.
En estos políticos de turno, corruptos, y porque no decir, proteger a la familia del adversario es parte del tinglado del concierto en la desazón que exhibirán en el acapárate de la México con doctor Delgado. Santificado por la ribera del Potomac. Un gobierno enclenque salido de la trampa y el fraude, auspiciado y sustentado por la clase política de turno. Miles de dominicanos fueron traicionados, miles de dominicanos hicieron lo que tenían que hacer y defendieron a sus riesgos el destino de la nación. La fiebre queda en la sábana. No se han dado cuenta. Para llegar hasta allá, en el 2016, el camino es tortuoso y bastante largo. Por último, tengo una gran admiración por la gallardía y el valor del grupo de poder de este régimen, que sin reparo alguno perpetuaron este fraude descomunal con austera laceración del látigo desgarrador, la cual hizo gala de demostración de agallas, lo felicito.
Todo le salió a la perfección en el ridículo proceso electoral santificado por los de arriba y los cómplices extranjeros. No demostraron cobardía alguna, mucho al contrario le sobró determinación, y firmeza. Reciban mis más cálidas felicitaciones… Porque no siento ningún respeto por ustedes. Dios le llene de bendiciones. Nos veremos en el fragor para exorcizar este mal encumbrado.
El autor es general (r) de las Fuerzas Armadas.
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