A lo largo de estos años se ha preparado la candidatura de Madrid para enfrentar el proceso de selección como ciudad olímpica. Tras el último varapalo las diferentes autoridades políticas y deportivas no han cesado en su empeño de que Madrid ocupe este puesto que una vez más ha sido eliminada.
Lo que no han explicado las diferentes autoridades es el entramado de intereses que se mueven tras la celebración de esta cita olímpica. Lo que también olvidaron explicar fue el coste social de este proyecto de un profundo carácter empresarial más que deportivo
Sus beneficios
Ya son conocidas por todos aquellas repetitivas consignas sobre los “valores” que se pretenden promover cada cuatro años en la GRAN CITA OLIMPICA; pero claro, promover tantos y tantos valores no es una tarea ni fácil ni gratuita, y para ello el mundo moderno y globalizado cuenta con el TOP (The Olympic Partners/La Sociedad Olímpica) para patrocinar, promocionar, sacar beneficio y a fin de cuentas parasitar antes, durante y después los Juegos Olímpicos cada 4 años. Y, ¿quién forma parte del TOP? En esta Sociedad nos encontramos a varias de las empresas con mayor capacidad económica del mundo como por ejemplo CocaCola, Samsung o Macdonalds. Esta sociedad tiene garantizada la contratación cada 4 años y de tal forma se encarga de defender la RENTABILIDAD, el valor que a fin de cuentas se sobrepone a los demás. Pero, ¿Es el TOP, la única sociedad de empresas que va a sacar beneficios del evento deportivo? Claro que no, diferentes empresas españolas también se suman al festín, empresas como OHL, Telefonica o Accenture, repartiéndose igual que el TOP todo el abanico de servicios y productos que se utilizarán durante los juegos olímpicos y por supuesto gozando de la posibilidad de una publicidad a escala mundial ante los ojos de millones de espectadores.
Es necesario conocer que todas estas empresas no solo patrocinan los JJOO en sí, también patrocinan al COI y toda la parafernalia alrededor de las elecciones (o no) de las ciudades olímpicas. De la misma forma, para no tener pérdidas con las modernas edificaciones estas empresas “generosamente facilitan” (a cambio de unos poquitos €), ofrecen también una continuidad explotando estas instalaciones en el ámbito del deporte en la ciudad olímpica. También cabe destacar la promoción constante por parte de estas empresas hacía la obtención de voluntarios para que ayuden con las labores necesarias durante los JJOO, pudiendo de esta forma gozar de un trabajo completamente GRATUITO y por lo tanto ampliando considerablemente SUS beneficios.
Los costes sociales
Unas Olimpiadas siempre parecen cosa buena. El prestigio, el calor mediático, la práctica del deporte extendida a primicia informativa, el empleo que generan las diferentes tareas pendientes para la celebración de la cita olímpica, las mareas de voluntarios comprometidos en el supuesto beneficio que obtendrá la ciudad…
Sin embago los cuantiosos beneficios e intereses que, como vimos anteriormente, caen principalmente en manos de las principales multinacionales entrelazadas con el proyecto deportivo generan su inevitable reverso. Frente a la “euforia social” consecuencia de la tan laureada cita se produce el inevitable empobrecimiento económico y cultural de las diferentes clases populares residentes en la ciudad olímpica.
En un principio todo parece marchar bien. Durante muchos años (incluso antes de la proclamación) se aprueban millonarias que levantan instalaciones deportivas a lo largo y ancho de todo Madrid. Cuando llega el 7 de Septiembre de 2013 se vende como un gran aval de la candidatura española el haber tenido ya terminadas gran parte de las infraestructuras. Al beneficio obtenido por las obras por parte de las grandes instalaciones deportivas le acompaña la desgracia de crear una gran masa de trabajo temporal ligado a sectores muy determinados (entre ellos la construcción) que pierden su empleo al haber terminado la obra en cuestión. Por otro lado a las faraónicas construcciones y florituras levantadas para albergar el mediático circo deportivo le acompaña el profundo endeudamiento de diferentes instituciones públicas, entre ellas la del propio Ayuntamiento de Madrid.
El Ayuntamiento de la capital aumentó su deuda en 2012 hasta los 7.429 millones de euros, en lo referente a la participación media en el presupuesto el ciudadano debería haber abonado más de 300 euros para saldar las cuentas relativas al pago de la deuda de ese año económico, muy por encima de la media del resto de ayuntamientos del país. El gasto medio por ciudadano de la capital era señalado por algunos medios de la prensa española como superior a lo que debían abonar incluso por la obtención de las diferentes prestaciones sociales básicas que el Estado y la Comunidad autónoma ofrecen a los trabajadores en forma de salario indirecto. El endeudamiento desorbitado de las instituciones públicas no es algo nuevo en las citas olímpicas. Ya las experiencias de Barcelona y Atenas demostraron que fueron los trabajadores y las clases populares de estas ciudades así como de otras partes de sus respectivos países las que tuvieron que cargar con el pago de los excesos olímpicos. Mientras las grandes corporaciones embolsaban millones con la celebración de esta cita las diferentes instituciones públicas dejarían una importante carga económica que caería sobre los hombros de la mayoría de la población.
El aumento de las partidas relativas al pago de la deuda pública suponen un proceso de empobrecimiento de la mayoría trabajadora de la población frente a una minoría oligárquica que se presenta en forma de las grandes corporaciones que promueven el “sueño olímpico”. Las partidas del gasto público estatal, autonómico y municipal representan el funcionamiento de una economía colectiva bajo la dirección de un Estado y unas instituciones públicas que responden a los intereses de la clase de los empresarios y banqueros en este país. Cuando estas partidas públicas repercuten en la mejora de la calidad de vida de las grandes mayorías populares en forma de prestaciones sociales, infraestructura pública de uso común o financiación total o parcial de necesidades para esta mayoría de la población (Costes en sanidad, educación, subvención de determinados productos de consumo…) podemos señalar que se están convirtiendo en una forma de Salario Indirecto (pues permite satisfacer las necesidades de la mayoría trabajadora, generalmente de una forma social y colectiva). Cuando el destino de estas partidas se orienta al pago de la deuda con diferentes entidades empresariales o bancarias, al fomento de la propia actividad empresarial (En forma de subvenciones o de rebajas fiscales) o al rescate bancario podemos señalar que se están convirtiendo en una forma de beneficos para empresas y bancos (Pues este dinero repercute directamente como ingresos para estas sociedades en detrimento de aumentar el salario indirecto de las mayorías trabajadoras).
Por otro lado hay que sumar la consecuencia de haber construido tantas infraestructuras pero aun ligar las mismas a una concepción elitista y excluyente del deporte. Las grandes instalaciones tienen importantes costes de mantenimiento que también tendrá que sostener el erario público. Ante esta realidad no existe una contrapartida positiva para la mayoría de la población en la que esta aproveche esas infraestructuras para extender la práctica del deporte a la mayoría de la sociedad. Por el contrario, la gran mayoría de las infraestructuras se reservan a clubes de élite, al uso de sociedades deportivas controladas en mayor o menos medida por magnates empresariales o clubes deportivos completamente endeudados con la banca. En muchas ocasiones gran parte de la infraestructura que no tiene un uso común está destinada a coger polvo o incluso a plantearse su remodelación o destrucción al paso de los años. Los trabajadores levantan una gran ciudad olímpica a la que, posteriormente, se les excluye de su uso.
Así pues podemos afirmar que el aumento de la deuda de las diferentes entidades públicas supone el empobrecimiento colectivo de la mayoría trabajadora en beneficio del ensanchamiento de los beneficios de las grandes corporaciones y multinacionales de la oligarquía interesada en el sueño olímpico. Al destello engañoso del trabajo temporal y la promesa del beneficio de la ciudad por las grandes obras faraónicas le sigue el agujero de la millonaria deuda pública, el regreso al paro de todos estos trabajadores y la presencia fantasmagórica de grandes gigantes de cemento que, lejos de servir para que la mayoría de la población trabajadora de las ciudades puedan acceder libremente al deporte se reserva únicamente para clubs de élite y una minoría privilegiada. El dicho popular del “Pan para hoy y hambre para mañana” nunca había cobrado tanto sentido.
Nuestra alternativa: Contra la ciudad olímpica exijamos una ciudad deportiva para la mayoría
Desde el Partido del Trabajo Democrático no nos resignamos a lanzar una crítica sobre la situación actual, sino que nos vemos en la firme necesidad de proponer una alternativa a la actual circunstancia de un mundo deportivo que se ve obligado a capitular ante los intereses de los grandes monopolios internacionales.
En la actualidad el deporte se somete a los dictados de las grandes corporaciones y multinacionales transformándose en una mercancía. El proyecto Olímpico es sólo una de estas manifestaciones más evidentes, las mismas se repiten en otro tipo de eventos como las diferentes competiciones internacionales deportivas o la misma organización nacional de estas competiciones. En sus diferentes formas particulares y en diferentes graduaciones el deporte siempre intenta ser transformado en mercancía y para ejercerlo hay que recurrir a patrocinio de sociedad empresariales que permitan a los equipos competir al más alto nivel.
Frente a este modelo de “Deporte-Mercancía” nosotros proponemos un modelo fundado en el acceso del deporte para la mayoría de la población. Desde el Partido del Trabajo Democrático comprendemos que el deporte es una actividad de realización personal y colectiva que debe ponerse al servicio y disfrute de la mayoría de la sociedad. Diferentes colectivos y expertos, generalmente asociados al mundo de la medicina y la salud, han identificado el deporte como una actividad que debería ser practicada por todo ser humano para poder tener una vida fisicamente plena (La Organización Mundial de la Salud define la salud como un bienestar físico, mental y social). Entendemos el deporte como una necesidad fundamental para desarrollar un ser humano pleno y defendemos que debe estar al alcance de toda la sociedad para que pueda desarrollarse. Rechazamos las aspiraciones de los grandes monopolios de convertir esta necesidad para la mayoría de la población en una mercancía y en un objeto de beneficio que sólo repercuta en un puñado de oligarcas.
Como consecuencia de nuestra propuesta del deporte como derecho y necesidad accesible a todo el mundo desde el Partido del Trabajo Democrático defendemos un nuevo modelo de ciudad deportiva que pueda cumplir este objetivo.
Frente a los modelos de ciudad deportivas para el beneficio privado nosotros defendemos la construcción de un modelo de ciudad deportiva para la mayoría de la sociedad. Esto quiere decir que la articulación de los proyectos deportivos respondan al objetivo de garantizar el acceso al deporte por parte de la gran mayoría trabajadora y popular de nuestras ciudades
En primer lugar proponemos que toda la infraestructura deportiva existente o que se construya pase a ser de titularidad social y se sitúe bajo control popular. No nos basta la titularidad pública para que los ayuntamientos paguen los costes de mantenimiento mientras reducen los salarios indirectos de la mayoría trabajadora. Nuestra propuesta pasa porque la gestión, organización, construcción y funcionamiento de los centros deportivos esté bajo control popular, se realice mediante el control de los trabajadores y clases populares de los diferentes barrios que son los que deben beneficiarse de las instalaciones. También deben participar en la organización y gestión de la política deportiva aquellas organizaciones y sociedades del deporte y la salud que organicen a expertos, deportistas e intelectuales de este mundo que trabajen para llevar acabo esta tarea. Los centros deportivos deben situarse bajo la lógica de la satisfacción de las necesidades de la mayoría, y para eso es necesario constituir órganos de control democrático por parte de la mayoría. Ya basta de que entidades empresariales y bancarias o entidades públicas con políticos colocados a cargo de grandes corporaciones impongan al pueblo para qué se empleen los recintos deportivos.
En segundo lugar debe adaptarse toda la infraestructura pública existente y la de nueva construcción a una política de plena inclusión. Para ello el acceso al deporte debe situarse en cada barrio de cada ciudad y asegurar la movilidad y conectividad para que todo el mundo pueda acceder a estar infraestructuras sin dificultades. El acceso a las mismas debe ser plenamente gratuito y no debe excluir a ningún colectivo social. Para que esto pueda llevarse a cabo es necesario adaptar estas infraestructuras para el acceso y uso por parte de los colectivos de discapacitados. La oferta deportiva debe ser variada e incluir un elenco deportivo rico y novedoso. Además deben asegurarse las infraestructuras que aseguren el pleno acceso y utilización tanto de hombres como mujeres, evitando la segregación y fomentando actividades colectivas dónde se desarrolle la dinámica del deporte mixto. También deben asegurarse infraestructuras y ofertas deportivas variadas que se adecuen a las necesidades por edades, para ello es muy importante que cada centro cuente no sólo con la cobertura deportiva sino también con la cobertura médica necesaria. A todo esto es muy importante recoger las reivindicaciones de los deportes de las minorías de nacionalidad extranjera residentes en nuestro país para, en la medida de lo posible, fomentar estos deportes no sólo para que estos colectivos lo practiquen, sino también fomentando que el resto de vecinos puedan conocerlo y disfrutar de él.
En tercer lugar proponemos que estos espacio deportivos rehuyan de la lógica mercantil, individualista y aislada del actual modelo mercantil del gimnasio. Entendemos que los espacios deportivos deben ser espacios de socialización. No sólo a la hora de practicar el deporte sino también a la hora de organizar la propia infraestructura y el funcionamiento de los centros. Aquí radica la importancia de que la mayoría trabajadora y popular participe en la organización, gestión y dirección de estos centros deportivos y en la elaboración de una política deportiva estatal. En la organización de la satisfacción de las necesidades las y los trabajadores y clases populares fraguan vínculos de colaboración, cooperación y solidaridad. Construyen políticamente su independencia de clase y forjan las bases de una Nueva Sociedad. La colaboración entre las personas en organizar y dirigir las instalaciones así como en la práctica del deporte se articula como un elemento fundamental en la solidifcación de nuevas formas de socialización. Funcionando de esta manera desterramos la concepción de la competitividad deportiva fundada en la superación individual para sustituirla por la concepción de la socialización deportiva fundada en la superación personal y colectiva: mejorar nuestras capacidades personales a la vez que ayudamos a mejorar al conjunto de la sociedad en sus carencias y, a la vez, esta nos aporta lo que nos falta.
Alrededor de estos tres ejes desde el Partido del Trabajo Democrático aspiramos a construir un nuevo modelo de ciudad deportiva para una Nueva Sociedad. Para transformar la actual realidad sólo podemos confiar en la capacidad de la lucha por parte de la gran mayoría trabajadora y popular. Por eso mismo desde el Partido del Trabajo Democrático hacemos un llamamiento y animamos a construir formas de resistencia y lucha frente a esta nueva agresión de los grandes monopolios, ahora en forma de proyecto olímpico, a la mayoría trabajadora y popular.
Por todo esto desde el Partido del Trabajo Democrático trabajaremos en todo aquel movimiento popular que se enfrenten a la realización del proyecto olímpico en Madrid o en cualquier otra ciudad de nuestro país defendiendo abiertamente estos tres ejes de nuevo modelo deportivo con el objetivo de que los beneficios de unos pocos no pesen más que nuestros derechos como clase trabajadora.
No comments:
Post a Comment