Por Claudio Antonio Caamaño Vélez
claudiocaamano@gmail.com / @claudiocaamano
Últimamente he estado leyendo la Colección de Estudios Sociales del Prof. Juan Bosch. Excelente material. Me sorprende lo lejos que están nuestros actuales gobernantes de las ideas de quien dicen ser discípulos. En estos momentos de luchas sociales y luchas políticas es importante conocer bien en qué bando está uno y por qué está luchando. Dice el Prof. Bosch: "los luchadores que no comprenden verdaderamente por qué luchan son fáciles de engañar y de derrotar". Las luchas sociales y políticas son invariablemente luchas de clases.
La clase social a la que alguien pertenece no se determina por el dinero que esta gana o el nivel de vida que lleva, si no por el lugar que esta ocupa en las relaciones de producción. Las clases sociales son dos: los dueños de los medios de producción (capitalistas o burgueses), y los que venden su fuerza de trabajo (obreros o proletarios). Para entender mejor esto pondré un ejemplo: en una sucursal bancaria tanto la gerente como la que sirve el café forman parte de la misma clase social.
Me explico, aunque al terminar la jornada una se irá en un lujoso vehículo y la otra se irá en carro-publico, ninguna es dueña del banco, solo disponen de sus cuerpos y su tiempo, es decir, venden su fuerza de trabajo. En un caso una fuerza monetariamente más valorada que en el otro, pero ambas venden su fuerza de trabajo, esa es la relación de producción que ocupan. ¿Qué importa esto? Las luchas de clases son el motor de los acontecimientos históricos. Si no tomamos conciencia de clase, que es saber a qué clase pertenecemos y lo que eso implica, entonces estaremos dando tumbos sin poder ver el objetivo y cambiar nuestra realidad.
El actual sistema político es servil de la clase explotadora (capitalista o burguesa), y por ende sus políticas (entiéndase leyes, proyectos, planes de desarrollo, etc.) van dirigidas, aunque no lo notemos a simple vista, a beneficiar esa clase, y lógicamente en perjuicio de la clase explotada. En un próximo escrito explicaremos mejor esto último. Por el momento me gustaría dejar claro que los que ocultan esta verdad lo hacen con el propósito de que los que sufren las consecuencias de esta lucha de clases nunca lleguen a comprender por qué razón son explotados."
En mi anterior artículo, titulado “Lucha de clases: más que un concepto pasado de moda” iniciamos a abordar el tema de la lucha de clases y la importancia de saber a cual se pertenece y lo que eso implica, es decir: tomar conciencia de clase. Quedé en explicarles cómo el actual sistema político es servil de la clase explotadora (capitalista o burguesa), y cómo eso perjudica a la clase explotada (obrera o proletaria). Es importante haber leído el anterior escrito para entender éste.
El sistema político actual está protagonizado por personas que proceden de la clase proletaria (que no posee medios de producción), pero que renegando ese origen se han puesto al servicio de la clase burguesa (los dueños de los medios de producción), lo cual los convierte en desclasados, o, dicho de otro modo, traidores de su clase. También están los que, procediendo de la clase explotadora, han tomado un discurso demagógico para ganar el favor de la clase a la que inclementemente explotan. Expongo esto para dejar claro algo: el sistema político actual representa los intereses la burguesía.
¿Qué importancia tiene esto? Mientras más bajo sea el poder adquisitivo de la población, más barata será la mano de obra que los capitalistas tendrán en sus empresas y mayores sus beneficios. Para decirlo de otro modo, la miseria del pueblo es parte de la rentabilidad de la clase explotadora. Si el salario mínimo fuera de 25 mil pesos (en consonancia con la canasta básica), muchas de sus empresas quebrarían, tampoco podrían tener sirvientas, choferes, niñeras, etc., pues tendrían que pagarle “mucho”.
La clase proletaria desea (y lucha por) un país con más justicia social, en el cual la brecha social (diferencia económica) entre ricos y pobres no sea tan grande. Pero es precisamente esa gran brecha la que permite a la clase burguesa una gran cantidad de privilegios, a los que no está dispuesta a renunciar, y que se esfuerza por mantener. Lo que los obreros luchan por destruir, los burgueses luchan por perpetuar. Ahí está la lucha de clases. Más adelante les hablaré de cómo el desarrollo del turismo, de las zonas francas y de las infraestructuras viales responde a intereses de la clase capitalista y no de la clase proletaria, contrario a que usualmente nos proyecta de la propaganda de los gobiernos del actual sistema político.
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