Vivimos en una sociedad atravesada y desgarrada por profundas y terribles contradicciones. A pesar de que una buena parte de los hombres y mujeres que forman parte de la sociedad venezolana y mundial no se han dado cuenta aún de ello (o no quieren quizás darse cuenta de ello), vivimos en un mundo donde pocos gobiernan a muchos, donde un puñado de capitalistas y latifundistas, se apropian gratuitamente de la mayor parte del fruto del trabajo de las masas obreras y campesinas. La vida bajo el capitalismo es una permanente batalla diaria por el sustento, una batalla que deben realizar todos los días los oprimidos de la sociedad, por alcanzar las condiciones mínimas para sobrevivir, una batalla que cada día más deja de ser netamente económica para pasar a hacer una lucha política tenaz contra la burguesía y sus medios de dominación.
Sin embargo, tal ha sido el impacto de los medios de dominación de la burguesía sobre los pueblos, sobre todo de sus aparatos ideológicos, tales como la educación oficial y los medios de comunicación, que ha logrado la disociación de millones de personas que no desean sentirse parte del pueblo, de las masas trabajadoras, y siguen repitiendo consciente e inconscientemente las mentiras y falsas consignas de la burguesía, sirviendo así a sus mecanismos de dominio que los aislan y alienan del conglomerado explotado.
A pesar de ello, como consecuencia de las propias contradicciones del sistema capitalista que tienden a conducir a la sociedad a períodos de crisis cada vez más graves y profundas, sus efectos sobre la población se hacen cada vez más visibles, devastadores y terribles, como el caso de Grecia donde la edad de jubilación ascendió a 73 años, o en España donde el desempleo general supera el 20% y el juvenil 50%, lo que genera como consecuencia un despertar de las masas trabajadoras que durante años estuvieron en su mayoría aletargadas frente al sistema, generando movilizaciones cada vez mayores y poderosas de las masas obreras contra el capitalismo, no sólo en Grecia o España sino en todo el mundo, como hemos podido ver en Egipto, Túnez, Chile, Gran Bretaña, el resto de Europa y del mundo árabe, e incluso hasta en los EEUU.
En el caso de nuestro país, como consecuencia de esas contradicciones, que se reflejaron concretamente en décadas de la más cruda miseria y opresión para nuestro pueblo, la clase trabajadora venezolana y el pueblo oprimido en su conjunto despertaron también del letargo político al que estuvieron sometidos durante décadas, para comenzar a tomar con ambas manos las riendas de su propio destino como pueblo, iniciándose así, el período histórico que ha sido denominado como la Revolución Bolivariana.
Es en este contexto histórico que decimos que Bolívar y Zamora han despertado en nosotr@s para continuar la lucha que ellos encabezaron siglos atrás contra los opresores, opresores que a diferencia de aquellas épocas, lo único que han cambiado es el disfraz con el cual se nos presentan, pero sin embargo, no han cambiado casi nada en lo que respecta a la esencia de su explotación sobre el pueblo.
La lucha que actualmente está librando la clase trabajadora contra la burguesía venezolana cada vez que organiza un sindicato revolucionario y clasista en una empresa, o cada vez que ocupa una fábrica cerrada para ponerla a producir bajo control de l@s trabajador@s, así como la lucha que libran l@s trabajador@s estatales cada vez que organizan un sindicato o un consejo de trabajador@s a fin de luchar contra el sabotaje promovido por la burocracia contrarrevolucionaria e implementar el control obrero sobre la administración y producción o sobre el proceso de trabajo en general, es una continuación de las luchas que libraron Zamora y del ejército campesino revolucionario contra los antiguos latifundistas, usureros y empresarios de la época, así como la lucha de Bolívar y del ejército popular independentista contra esclavistas, latifundistas y contra el imperio español. Todas estas luchas son simplemente fases históricas de una única lucha, la lucha de clases entre opresores y oprimidos, la lucha de las masas trabajadoras por expropiar a quienes diariamente han expropiado durante siglos el fruto de su sudor y esfuerzo, a fin de poner tales riquezas al servicio de toda la sociedad y no de un puñado de parásitos.
A pesar de que como planteamos arriba, millones de trabajador@s a nivel mundial no se consideran parte de la clase obrera, es importante destacar que todos y todas las que devengamos un salario, que vendemos nuestra fuerza de trabajo a un patrono y que no poseemos otros medios de producción ni herramientas de trabajo más que nuestra propia fuerza de trabajo y preparación técnica, somos todos obreros; ya sea que laboremos de conserjes, vigilantes, ingenier@s, oficinistas u otr@s, todos generamos la riqueza que hace posible la existencia de la sociedad, ya sea en forma de dinero o de bienes y servicios, a cambio de lo cual recibimos una parte muy pequeña en forma de salario.
Ahora bien, dentro de la lucha de clases, la burguesía trata siempre de acercarse a los propios dirigentes de la clase trabajadora, a fin de engañarles y comprarles, siendo éstos al final víctimas de la avaricia heredada del sistema, que terminan colocándose también el disfraz de la burguesía, repitiendo muchas veces sus peores prácticas. Todo esto lo realiza la burguesía con el fin de tener sus propios agentes políticos dentro de nuestras propias filas revolucionarias, como un mecanismo más sutil de dominación de la clase obrera.
He allí una de las contradicciones políticas esenciales de nuestro proceso revolucionario: La existencia de una burocracia contrarrevolucionaria que posee todavía un fuerte liderazgo frente al movimiento popular revolucionario, y que sin embargo, no apoya un programa de cambios y transformaciones verdaderas y radicales de nuestra sociedad actual, que plantee como tareas esenciales, la abolición del estado burgués como aparato de opresión de la clase obrera por parte de la burguesía, y su substitución por un estado construido sobre la base de los consejos de trabajador@s, verdaderamente democrático y al servicio de las mayorías oprimidas, así como también, la socialización de la propiedad de los latifundios, de la industria y de la banca, a fin de ponerles al servicio de la construcción de una economía socialista bajo control de la clase trabajadora, que satisfaga las principales necesidades de nuestro pueblo, y contribuya a lograr para éste la mayor suma de felicidad posible.
Dicha burocracia, es la misma que le cierra cada vez más las puertas al pueblo en las instituciones, que sabotea el funcionamiento de las misiones, que hace más lentos los procesos de trámite para la ejecución de políticas gubernamentales que son imprescindibles para el bienestar de nuestras comunidades, que desvía recursos para proyectos sociales de salud, alimentación o infraestructura, que persigue y acosa al movimiento obrero organizado dentro del estado, que le tiende la mano a la derecha cuando habla de revolución, en fin, que sabotea descaradamente al proceso revolucionario jugando a su derrota y buscando hacer un daño enorme a la gestión de nuestro Camarada Presidente Hugo Chávez.
Por todo lo expuesto arriba, nosotr@s, l@s trabajador@s que formamos parte del Movimiento por el Control Obrero de la Gran Caracas, conscientes de nuestro papel en la historia, y por lo tanto, conscientes de que es necesario dotar de un programa de lucha revolucionario al movimiento popular, así como de construir espacios para la dirección colectiva del proceso revolucionario que hagan frente al ala reformista y burocrática de la dirigencia de nuestra revolución, hemos tomado por obligación trabajar arduamente en la construcción colectiva de tales espacios, que nos permitan articular las distintas luchas de los trabajadores y trabajadoras de distintos ministerios, instituciones estatales, fábricas y demás empresas en una sola lucha, a fin de promover la unidad del movimiento obrero y la movilización cada vez más masiva de la clase trabajadora y el pueblo todo en la lucha por la construcción del socialismo.
En ése sentido DECLARAMOS:
- Basta de precarización del trabajo juvenil y del adulto mayor, la tercerización e inestabilidad laboral.
- Contra la discriminación por raza genero o edad de cualquier trabajador o trabajadora.
- Basta de persecuciones, acoso laboral, amedrentamiento contra l@s trabajador@s que se organizan en sus centros de trabajo. l@s trabajador@s tienen plenos derechos a organizarse, ya sea en sindicatos, comités de prevención y salud laboral y/o en consejos de trabajador@s.
- Contra la discriminación por orientación sexual, identidad de género y/o expresión de género.
- Apoyo total a las luchas de mujeres y hombres por sus derechos a la crianza de sus hij@s en edad inicial y la extensión de los periodos de lactancia materna.
- Basta de cerrar los medios de comunicación del Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP) a la difusión de las luchas de la clase obrera contra la burocracia y contra la manipulación sobre la noticia de las luchas obreras que hace el sector privado.
- Contra la discrecionalidad del Ministerio del Trabajo en relación con los conflictos laborales del sector público.
- Por una nueva y revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo y la Ley Especial de Consejos de Trabajador@S
- Basta del sicariato por parte de patronos privados y uso de los organismos de fuerza pública e inteligencia contra la clase obrera.
- Nuestra defensa del internacionalismo proletario, en ése sentido apoyamos todas las luchas de la clase obrera contra la burguesía y su aparato represivo de estado en cualquier lugar del planeta.
- Nuestro total apoyo al camarada Presidente Hugo Chávez frías de cara a la misión 7 de octubre.
¡NI BUROCRACIA NI CAPITAL! ¡MÁS SOCIALISMO Y MÁS REVOLUCIÓN PARA VENCER EL 20 de Mayo!
¡TODO EL PODER PARA LA CLASE OBRERA!
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