Existen dos tipos de memoria, la psicológica y la factual. Se hayan siempre relacionadas entre sí, por lo que no están bien definidas. Es un hecho que la memoria factual es imprescindible para poder vivir, por ejemplo, necesitamos acordarnos de las partes de una máquina para poderla montar, pero ¿es necesaria la memoria psicológica?
Si observamos vemos que conservamos los recuerdos que son agradables y evitamos y desechamos los que son desagradables.
Vemos también que la mente es toda ella memoria. La mente es producto del pasado se basa en el pasado, el cual es memoria, condicionamiento. Ahora bien, con esa memoria nos enfrentamos a la vida. La vida nos pide que nos enfrentemos constantemente a nuevos retos, el reto de la vida es siempre nuevo y nuestra respuesta está siempre condicionada por lo viejo, porque la memoria es producto del pasado ¿Qué ocurre entonces? Absorbo lo nuevo, no lo comprendo y la experiencia de lo nuevo se haya condicionada por el pasado. Así pues, tenemos una comprensión parcial de lo nuevo, jamás tendremos una comprensión completa. Sólo cuando la comprensión de cualquier cosa es completa, esa comprensión no deja cicatriz alguna en la memoria.
Nuestras experiencias previas actúan como una barrera para la comprensión del nuevo reto. De modo que seguimos cultivando y fortaleciendo la memoria. Sin llegar a comprender lo nuevo: la propia vida. Jamás afrontamos el reto de la vida completamente, sólo cuando seamos capaces de afrontar el reto de una manera nueva, fresca, sin que intervenga el pasado, el reto nos entregará sus frutos, sus riquezas.
Toda nuestra civilización se basa en fortalecer la memoria ¿qué nos proponemos con eso? ¿por qué es tan importante la memoria? Por la sencilla razón de que no sabemos vivir total e íntegramente en el presente. Usamos el presente como un medio con vistas al futuro, por lo que el presente carece para nosotros de importancia. Debido a que vamos a llegar a ser esto o aquello o voy a llegar aquí o allí, jamás tenemos una comprensión completa de nosotros mismos y la comprensión de nosotros mismos y de lo que somos aquí y ahora no requiere el cultivo de la memoria. Por el contrario, la memoria es un obstáculo para la comprensión de lo que es.
No se si habéis notado que un sentimiento nuevo viene cuando la mente no se haya atrapada en la red de la memoria. Existe un intervalo entre dos pensamientos, entre dos recuerdos, y cuando ese intervalo puede ser mantenido, entonces, desde ese intervalo, surge un nuevo estado del ser, un estado que ya no es memoria. De modo que la experiencia con memoria y la experiencia sin memoria son dos estados diferentes, es decir.
Nosotros conservamos recuerdos y cultivamos la memoria como un modo de continuar. El "yo", lo mío, se vuelven muy importantes en tanto existe el cultivo de la memoria. Y como casi todos estamos compuestos de el "yo" y lo mío, la memoria juega un papel importantísimo en nuestras vidas.
Si observamos, veremos que en ese intervalo entre dos pensamientos y entre dos sentimientos existe una libertad extraordinaria respecto del "yo" y de lo mío. Ese intervalo es intemporal, está fuera del tiempo.
La memoria es tiempo, la memoria crea el ayer, el hoy y el mañana. La memoria de ayer condiciona el hoy y por lo tanto moldea el mañana. O sea, el pasado, a través del presente moldea el futuro. Hay en marcha un proceso de tiempo es cual es creado por la voluntad de devenir.
La memoria es tiempo y mediante el tiempo esperamos alcanzar un resultado. "si me dan tiempo llegaré a ser el gerente..." y con la misma mentalidad decimos: "alcanzaré la realidad", "me acercaré a Dios". Por consiguiente debo contar con el tiempo a fin de realizarme, lo cual implica que debo cultivar la memoria. Fortalecer la memoria mediante las prácticas o la disciplina para llegar a ser algo o alguien, para lograr las cosas, para progresar.
Así, por mediación del tiempo esperamos alcanzar lo intemporal. Por medio del tiempo esperamos obtener lo eterno. ¿Es eso posible? ¿Es posible atrapar lo eterno en la red del tiempo, atraparlo por medio de la memoria, la cual pertenece al tiempo? ¿Es posible atrapar la grandeza de la vida en la memoria y en el pensamiento?
Lo intemporal puede existir únicamente cuando cesa la memoria, que es el "yo" y lo mío. Si vemos la verdad de esto, que lo intemporal no puede ser comprendido ni recibido por medio del tiempo, entonces podemos investigar el problema de la memoria, de la mente y del pensamiento.
La memoria de las cosas técnicas es esencial, pero la memoria psicológica que mantiene al sí mismo, al "yo" y lo mío, la memoria psicológica que causa identificación y continuación propia es totalmente perjudicial para la vida y para la realidad.
Cuando uno ve la verdad de todo esto lo falso se desprende por lo que no hay retención psicológica de la experiencia del ayer.
Vemos una bella puesta de sol y disfrutamos de ella plena y totalmente. Pero al día siguiente regresamos a ella con el deseo de disfrutar nuevamente ¿Qué ocurre cuando hacemos eso? Que no hay disfrute, porque el recuerdo de la puesta de sol de ayer es la que ahora nos hace volver a ella, impulsándonos a disfrutar. Ayer no había ningún recuerdo, sólo una apreciación espontánea, una respuesta directa a la vida, pero hoy tenemos el deseo de capturar la experiencia de ayer. Es decir, la memoria está interviniendo entre nosotros y la puesta de sol, por lo que no habrá disfrute y tampoco existirá la auténtica apreciación de la belleza.
Por otra parte un amigo nos hizo un insulto o una lisonja, y conservamos ese recuerdo. Con ese recuerdo volvemos a encontrar al día siguiente al amigo, pero en realidad no nos encontramos con el amigo: el recuerdo de ayer se nos interpone.
De esta misma forma seguimos rodeándonos de recuerdos que nos afectan a nosotros mismos así como a nuestras acciones. En consecuencia no hay en nuestra vida novedad alguna, no hay frescura. Es por esta causa que la memoria convierte a la vida en algo tedioso, opaco y vacío.
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Pero debemos andar con tiento si queremos aprender de verdad. Es obvio que dejar estas enseñanzas en un nivel verbal, una impresión, un recuerdo, es una experiencia incompleta. Si comprendemos estas líneas, si vemos la verdad de todo esto, esta verdad no es un recuerdo. La verdad no es un recuerdo porque la verdad es siempre nueva, se está transformando constantemente.
Y dejamos toda esta enseñanza en un nivel verbal porque la utilizamos como una guía, no llegamos a comprenderla totalmente. Deseamos profundizarla y consciente o inconscientemente la mantenemos en nuestra memoria. Y finalmente queremos tender un puente entre nuestras ideas y la verdad, pero es obvio que ese puente no se puede levantar.
Pero si comprendemos algo de manera completa, o sea que vemos la verdad de algo en su totalidad, encontraremos que no guardamos recuerdo alguno de ello.
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