"Esta existencia nuestra es tan transitoria como las nubes de otoño. Contemplar el nacimiento y la muerte de los seres es como mirar los movimientos de una danza. Una vida es como un relámpago en el cielo; corre como un torrente por la ladera empinada de una montaña." -Buda.
La muerte es sólo un paso más hacia la forma de vida en otra frecuencia y el instante de la muerte es una experiencia única, bella, liberadora, que se vive sin temor y sin angustia.
El hecho de preocuparnos de la muerte no significa una evasión de la vida , sino todo lo contrario. La integración de la idea de la muerte en el pensamiento de los hombres les permite erigir sus vidas de acuerdo con propuestas más conscientes, más meditadas, alertándolos sobre el uso que hacen de ellas, no derrochando "demasiado tiempo en cosas sin importancia". Y, la muerte no es el fin, sino más bien un "radiante comienzo".
Nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa una parte muy pequeña de nuestra existencia. La vida no está pues limitada a una existencia única. Esta vida terrenal es más bien una minúscula parte de una existencia individual global que se proyecta bastante más allá de nuestra vida de aquí abajo.
La muerte física del hombre es idéntica al abandono del capullo de seda por la mariposa. La observación que hacemos es que el capullo de seda y su larva pueden compararse con el cuerpo humano, un cuerpo humano transitorio. Como una casa ocupada provisionalmente. Morir significa, simplemente, mudarse a una casa más bella, hablando simbólicamente, se entiende.
Desde que el capullo de seda se deteriora irreversiblemente, ya sea como consecuencia de un suicidio, de homicidio, infarto o enfermedades crónicas, (no importa la forma), va a liberar la mariposa, es decir, vuestra alma.
En esta etapa, cuando nuestra mariposa ha abandonado su cuerpo, viviremos entonces importantes acontecimientos que es útil que conozcamos anticipadamente para no sentirnos jamás aterrorizados.
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La muerte es sólo un paso más hacia la forma de vida en otra frecuencia y el instante de la muerte es una experiencia única, bella, liberadora, que se vive sin temor y sin angustia.
El hecho de preocuparnos de la muerte no significa una evasión de la vida , sino todo lo contrario. La integración de la idea de la muerte en el pensamiento de los hombres les permite erigir sus vidas de acuerdo con propuestas más conscientes, más meditadas, alertándolos sobre el uso que hacen de ellas, no derrochando "demasiado tiempo en cosas sin importancia". Y, la muerte no es el fin, sino más bien un "radiante comienzo".
Nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa una parte muy pequeña de nuestra existencia. La vida no está pues limitada a una existencia única. Esta vida terrenal es más bien una minúscula parte de una existencia individual global que se proyecta bastante más allá de nuestra vida de aquí abajo.
La muerte física del hombre es idéntica al abandono del capullo de seda por la mariposa. La observación que hacemos es que el capullo de seda y su larva pueden compararse con el cuerpo humano, un cuerpo humano transitorio. Como una casa ocupada provisionalmente. Morir significa, simplemente, mudarse a una casa más bella, hablando simbólicamente, se entiende.
Desde que el capullo de seda se deteriora irreversiblemente, ya sea como consecuencia de un suicidio, de homicidio, infarto o enfermedades crónicas, (no importa la forma), va a liberar la mariposa, es decir, vuestra alma.
En esta etapa, cuando nuestra mariposa ha abandonado su cuerpo, viviremos entonces importantes acontecimientos que es útil que conozcamos anticipadamente para no sentirnos jamás aterrorizados.
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