República Dominicana antes y después de las elecciones 2012.
La marcha ininterrumpida hacia 1996-2012. (Primera parte)
Ha terminado la temporada electoral dando paso a la transición de mando en el Estado y ahora se turna en la silla del palacio, el señor Danilo Medina, candidato, supuestamente ganador de las elecciones del 20 de mayo. Durante todo el período electoral, y como es común cada cuatro años, los partidos del sistema movilizaron a las masas y estas les siguen. Les siguieron, porque todavía mantienen las esperanzas de que las promesas de campaña serán cumplidas en algún momento, cosa natural en un país como el nuestro en donde la movilización de las masas, por parte de los partidos poderosos se hace a fuerza (no solo de propaganda) sino también del gasto de recursos económicos que se usan para corromper a los votantes con prebendas que junto a la lluvia de promesas de solución a sus principales problemas, van desde el regalo de dinero en efectivo, comida en fundas y hasta combustibles para sus vehículos o motocicletas. Todo esto en aras de estimular a la población a acudir a depositar el voto por el partido de la Casta social que controla el Poder; cosa que también hace el partido que brega por recuperarlo.
Pero el resultado electoral no debió sorprendernos, ya que independientemente de quién ganara las elecciones, las cuestiones esenciales sobre la calidad de vida de los trabajadores dominicanos, la calidad en su educación y la cuestión de los servicios públicos, seguirían tratadas de soslayo y de igual manera, dejadas en la misma vía, sin cambio alguno. Muchos entendimos que el resultado que se obtendría en las elecciones, beneficiaría únicamente al Partido de la Liberación Dominicana PLD, súbdito al servicio del Gran Capital Extranjero, que no aceptaría en modo alguno un resultado negativo en su contra y por tanto contra los intereses de la clase social que los instruye. Esto es así porque el PLD es una organización política aliada e incondicionalmente leal y protectora de los intereses de la Burguesía Nacional que es a su vez socia, y de enorme compromiso con las transnacionales e instituciones financieras como son el Fondo Monetario Internacional FMI, Banco Mundial BM y Banco Interamericano de Desarrollo BID. En este particular, y para reforzar lo que acabo de decir, es importante recordar que el saliente presidente de la República (Leonel Fernández) declaró en la víspera de la Huelga General del Lunes 11 de Julio del 2011 que el gobierno ‘se hallaba de rodillas’ ante las autoridades monetarias del FMI. Esto hay que darlo por hecho ya que ha sido aducido por el jefe de Estado, y de ello deducimos que es el PLD quien desde el Poder del Estado garantiza la estabilidad política y económica (no del país, hablando en términos generales en referencia a las mayorías que lo pueblan) si no de los negocios que hacen los Grandes Señores del Capital foráneo quienes en tiempos de crisis capitalista, históricamente, se benefician de los países pequeños y de capital dependiente como lo es la República Dominicana.
Para analizar el resultado electoral del 20 de Mayo y exponer mejor la conclusión a que he llegado es necesario dar marcha atrás para echarle de nueva vez, un vistazo al viejo calendario de nuestra historia reciente. Pero comenzaré diciendo que la conclusión a que he llegado está fundamentada principalmente en las cuestiones que tienen que ver con los intereses de las clases sociales y sus distintos estratos, que son naturalmente los motores de toda lucha política: que la clase dominante de la República Dominicana y quienes velan por sus intereses, que en primera instancia, sus guardianes son en el momento actual la cúpula del PLD—deduzco que este Partido y sus aliados interesados, no podían permitirse un rompimiento con quienes garantizan sus privilegios de estrato social de clase; privilegios que a costa de los Trabajadores dominicanos les permiten disfrutar a sus más altos componentes. Por cuanto es de observarse desde el contexto de la política general, que esta organización en el Poder, se ha convertido en el muro más firme que ha conocido la Historia de la República Dominicana respecto al grado de poder político y económico que ha acumulado para sí misma. Además, la unidad dentro del partido oficial y su cohesión orgánica, hace lucir a simple vista, que su poder es inamovible, y pese a que sabemos que esto no es cierto, todos sus elementos combinados, son un muro de contención social en términos políticos, constituido por demás en una camisa de fuerza para la sociedad y también para ciertos grupos de protesta que se hallan actuando al margen de la realidad histórica, algo que sigue sucediendo, precisamente, porque éstos, no han logrado comprender las cuestiones de clase predominante en la situación política.
El muro social y divisorio, que ha tendido la clase poderosa entre ella y las masas proletarias dominicanas, es una creación planificada por quienes ostentan el poder oculto detrás de esa barrera sociopolítica; es parte de un tejido de proporciones muy complejas desde donde se manejan las cuestiones socioeconómicas que determinan las actividades humanas de toda índole en el país. Dicho muro, alzado dentro de todo el conjunto de la sociedad, es fortificado desde el aparato de Estado burgués y apuntalado y reforzado constantemente mediante la cooptación, la corrupción y el fraude, tres elementos fundamentales para facilitar la gobernabilidad en países atrasados de desarrollo desigual como lo es la República Dominicana.
Sin embargo ha de notarse que en este período el estado general de cosas da visos de cambios en la subjetividad de las masas populares; hay señales claras de convulsiones sociales que se derivarán de la crisis capitalista mundial y de la insostenibilidad de la política económica que hasta ahora ha mantenido al Estado dominicano, pese a la crisis mundial del capitalismo, en pleno funcionamiento. Y para lograr entender mejor cómo y cuándo llegó la República Dominicana a la situación general en que se halla actualmente, tendremos que remontarnos a El Gran salto histórico ocurrido en el devenir político de la República al momento de la muerte de Trujillo y reconocer que la dialéctica y el materialismo histórico han jugado su papel especial como fundamento de todo el proceso de evolución histórica dentro de las condiciones sociales de la Nación. Tras la muerte del Tirano, el camino por el que ha transitado la sociedad dominicana en su conjunto, hasta su arribo al momento actual, ha seguido su curso sin interrupción, tanto en lo político como en lo económico y también en lo cultural. Ese curso histórico, por supuesto, no ha marchado siempre en línea recta, pero por curvilínea que haya sido su trayectoria, nos ha colocado en donde nos hallamos hoy.
Los intereses imperialistas siempre han jugado y jugarán un papel determinante en toda la Isla, pero con las transformaciones socioeconómicas ocurridas en la República de Cuba durante los primeros años de su proceso revolucionario, la clase dominante estadounidense, tomó con ambas manos la cuestión dominicana, poniendo como prioridad el desmantelamiento del gobierno de los Trujillo, que en su efecto, suscitó cambios sociopolíticos, marcando una nueva época, que con cuya apertura se puso en marcha un trabajo meticuloso en todos los órdenes y renglones sobre la actividad política y económica de la nación, con la intención de instalar una democracia a hechura norteamericana con el único propósito de establecer un nuevo orden económico en una República, que en mi propia opinión, hoy se le puede conferir un Status de Colonia Ilustrada del Capital Financiero Mundial.
Bipartidismo.
La cuestión del control del Estado dominicano ha estado siempre sujeta al escrutinio imperialista y desde allá se propusieron llevar al país hasta el punto en donde se halla hoy; esto en lo referente a éstas tres condiciones fundamentales: lo económico, lo político y como el todo, lo sociocultural. La política económica es el motor que determina las condiciones sociales de todo país, así como el nivel económico define las condiciones sociales de los países y sus sociedades. Pero ninguna de estas dos condiciones, pueden administrarse dentro del caos social o la anarquía. De aquí que el Bipartidismo en la Democracia Burguesa, o sea en el sistema representativo, constituye una necesidad vital para la clase gobernante como elemento de fuerza. Esto fue comprendido y aceptado por la Burguesía dominicana hace mucho tiempo bajo el adoctrinamiento de sus Jefes y maestres de Washington DC. Y en este sentido han avanzado muchísimo y no han desmayado un segundo, con tal de alcanzar dicho objetivo: la construcción de un sistema basado en dos partidos como mecanismo principal de coerción social. Podemos decir que dicho propósito ha sido ya conquistado puesto que el susodicho sistema partidista existe y funciona como una especie muy peculiar que yo defino como Sistema Bipartidista Ilustrado, que es con el que ahora chocamos de frente; es decir: un sistema que funciona en base a dos Partidos políticos mayoritarios que se han convertido en los soles de la Política Nacional, contando también a todos los elementos de un liderazgo prostituto que orbita a su alrededor, y que con sus elementos orgánicos simulan actuar como partidos políticos. Entre estos últimos, es útil hacer mención del Partido Reformista Social Cristiano PRSC, partido Fuerza Nacional Progresista FNP y el degenerado Partido de los Trabajadores Dominicanos PTD.
Sin embargo, esto no quiere decir que esta situación prevalecerá para siempre, que no cambiará; que se mantendrá inerte, estática; que no surgirían otras fuerzas políticas a consecuencia del desgaste de las organizaciones tradicionales y de la larga crisis económica que parece agudizarse con cada día que pasa. Un elemento de relevancia histórica es el sistema de Partido único instalado por Rafael Trujillo durante su dictadura. Este caso puede ser demostrativo dentro de este particular, y lo menciono como un ejemplo ilustrativo, que por cuya complejidad, es digno de comparación, pues, ni siquiera el unipartidismo de aquélla época impidió la actividad política que aunque esta se llevara a la práctica a nivel clandestino y en El Exilio era la chispa de la oposición y de combate contra la dictadura. Habiendo sido así, tampoco es posible que el Sistema Bipartidista Ilustrado de hoy, sea un obstáculo insalvable que impida el surgimiento de organizaciones con potencial de crecimiento numérico; organizaciones y entidades políticas, que en un determinado momento, las masas, comenzarían a mirar hacia ellas.
La profundización de la crisis económica va preparando por sí misma el camino para el surgimiento de un nuevo liderazgo político en esta Era de decadencia capitalista. Y a partir de este punto y seguido, empezaré ha subrayar algunos elementos históricos dados, que a mi entender, son necesarios mencionar y lo haré en orden cronológico, pero de arriba hacia abajo, esperando que puedan servir de apuntalamiento para las conclusiones a que he llegado, dado que la nueva situación política demanda de un análisis previo para las acciones ulteriores que en lo adelante debemos tomar:
1-Estimado lector: un hecho que no podemos ignorar, es El Pacto Por la Democracia concebido entre el PLD y el PRSC durante la campaña electoral de Segunda Vuelta en 1996. Dicho acuerdo marcó el punto más alto del proyecto de construcción e instauración de la Democracia Burguesa en la República Dominicana, independientemente, y pese a que muchos hacedores de opinión sigan sosteniendo que el acuerdo a que llegaron estas dos organizaciones tenía como propósito único cortar de sesgo el avance del señor José F. Peña Gómez, quien se perfilaba ganador de esos comicios electorales. En mi opinión, atajar a Peña Gómez no era la cuestión de fondo puesto que no era una cuestión personal, individual o de grupos, aunque se usaran los grupos para tal propósito—sino una cuestión ligada íntimamente a los intereses de clase, enlazados por un proceso que tuvo su inicio la noche del 30 de Mayo de 1961, y que por consiguiente halló continuidad con la expulsión de los Trujillo del país, la expropiación de sus bienes y la entrega por parte del Consejo de Estado que gobernaba al país hasta Febrero del año 1963 del poder civil del Estado al PRD en la persona del profesor Juan Bosch.
2-Desde el mismo momento (si no antes) en que Juan Bosch tomó posesión del gobierno, su derrocamiento era inminente y que dicho sea de pasada, vino a ser sólo un ensayo democrático al estilo de los de Washington con miras al proyecto de construcción democrático-representativo. En este primer intento se instituyó un gobierno que nació paralítico, pues el mismo no logró avanzar proporcionalmente, hallándose desde el primer momento navegando entre dos aguas: de un lado, los intereses de clase de la Oligarquía Nacional, el Clero y la Burguesía Comercial dominicana y del otro lado, las demandas de las masas populares que anhelaban cambios más profundos en su nivel de vida y derechos ciudadanos. Los rumores de Golpe de Estado estuvieron siempre a la orden del día, ya que Juan Bosch no tenía control del poder, no pretendía hacer un gobierno autoritario. De aquí que entonces su investidura y autoridad se reducía a lo meramente formal, como es natural, pero con la agravante de su renuencia a obedecer ya que quienes gobiernan son siempre las clases adineradas del país; que en este caso específico se amparaban en el Ejército dictatorial, la Iglesia y Washington. Durante la corta vida de su gobierno Juan Bosch se negaba a reprimir a las masas y ha perseguir a las organizaciones de la Izquierdas. De aquí que Washington necesitaría otro súbdito suyo en la casa de gobierno de la República Dominicana. La convulsión social del momento a nivel local y las condiciones políticas en el orden internacional, demandaban de una acción contundente de una parte o de la otra y dicha acción vino como Orden de la Casa Blanca: derrocar el gobierno democráticamente electo y poner en marcha el Plan B.
3-Con la Insurrección guerrillera del movimiento revolucionario 14 de Junio 1J4 el movimiento progresista de Izquierda sufrió un duro revés y con ello el movimiento de masas, pues la reacción de su liderazgo ante el consumado Golpe de Estado auto asestó un golpe históricamente demoledor a su Organización, quedando ésta casi destruida tras la pérdida de sus mejores elementos humanos incluyendo a su líder el Doctor Manolo Tavarez Justo. No obstante a esto, el levantamiento guerrillero de Diciembre fue un factor determinante para el nuevo curso histórico, puesto que pese a su derrota, la Troika golpista entró inmediatamente en una crisis que la afectó orgánica y políticamente; situación que añadido a ella, muchos otros elementos políticos no de menos importancia, aceleró el proyecto de Washington para normalizar a su manera las cosas en República Dominicana. Pero el poder de las masas y su acción espontánea puede mucho y no espera por decisiones de unos cuantos que estarían en el supuesto de actuar desde arriba y provocar situaciones, sino que ocurre a la inversa: la incapacidad de los de arriba suscita la presión desde abajo; y siendo así, las masas proletarias de la ciudad de Santo Domingo dieron al traste con el Triunvirato golpista el 24 de Abril de 1965 dando pie a la Revolución de Abril que más adelante, vino a ser derrocada por la reacción amparada en la invasión militar norteamericana de Mayo de 1965, enclave donde se fulminó de un golpe el avance revolucionario de las masas dominicanas sufriendo éstas el golpe final que fue asestado en las negociaciones que sostuvieron los líderes de la Guerra de Resistencia con el Invasor Extranjero, con los sectores más conservadores y por ende con los elementos más reaccionarios de la sociedad dominicana. Las negociaciones, se convirtieron en sí, en un interregno que: en el terreno de la guerra preparaba el camino para que los de Washington encontraran el hombre ideal, el líder adecuado y capaz para poner en marcha el Plan B. Esa figura fue la del señor Joaquín Balaguer quien no titubeó un minuto mientras se disponía a cumplir la tarea que se le encomendaba; aquélla misma tarea, que el Profesor Juan Bosch se había negado llevar a cabo, consistente, nada más y nada menos, que en detener el movimiento de masas, descabezar a las organizaciones de los trabajadores, de los estudiantes, y de los campesinos: partidos políticos, sindicatos, y organizaciones juveniles; además de los distintos frentes estudiantiles, juntas campesinas y otras.
4-Con el ascenso del señor Joaquín Balaguer al control del Estado, se enterraría toda posibilidad de retorno a la democracia de 1963, pues ya no existía un 1J4 que aunque estuviese limitado a sus ideas democrático-progresistas jugó un papel político determinante en el período previo al del Balaguer de 1966. El 1J4 era una organización de masas de gran importancia en 1963, que constituía para entonces la Tercera fuerza política del país, por tanto, unido a sus ideas progresistas se colocó a la vanguardia de la lucha por la defensa de las conquistas obreras y populares de 1962-1963. Esta organización adoptó decididamente un discurso, en cierto sentido, agresivo en defensa del gobierno democrático y hay que aceptar que sólo el 1J4 pudo haber sido la entidad que evitaría el Golpe de Estado; solo era necesario que Juan Bosch armara a ese Partido y lo convirtiera en el brazo armado de su gobierno convirtiéndolo en sus milicias de autodefensa. Pero Juan Bosch no era un revolucionario de este tipo, por cuanto ignoraba la importancia de un Catorce de Junio armado para la protección de su gobierno en vez de tratar de disuadir por las buenas a su enemigo principal que eran, en conjunto, la Oligarquía Nacional, El Clero Católico y la Burguesía Comercial dominicana.
5-A partir de junio de 1966, la Segunda fase del proyecto imperialista de instauración democrático-burgués marchó en línea recta, sin interrupciones, viento en popa, hasta 1978. Culminó allí, sólo cuando el denominado ‘peligro comunista’ había pasado ya; es decir, cuando el señor Joaquín Balaguer había concluido satisfactoriamente y en beneficio político de los de Washington la tarea que éstos pretendían fuese llevada a cabo por el gobierno de 1963. Durante los Doce Años de Balaguer, la Izquierda había sido hostigada hasta su lamentable reducción. Bajo la presión política de aquél momento de nuestra historia, y dadas las condiciones sociales donde actuaba la Izquierda, ésta se escindió progresivamente, lo cual vino a jugar un papel ventajoso para el enemigo cuyo trabajo se agilizaba con la guerra de facciones y de grupos dentro de las organizaciones de la Izquierda. A la salida de Balaguer como ente principal de control dentro del Estado, todas las condiciones estaban dadas para la Tercera fase del Plan. Veamos: a) Una Izquierda debilitada hasta el extremo; b) la inexistencia de una tercera fuerza política competitiva; c) Juan Bosch había dejado el PRD; d) el último reducto de resistencia armada había caído en Febrero de 1973 con el asesinato del Coronel Francisco A. Caamaño por parte del Ejército Nacional; d) el PRD en 1978 llevaba un hombre de la Burguesía Nacional (Liberal) como candidato presidencial, el señor Silvestre Antonio Guzmán Fernández. Tan lejos fueron las cosas a parar, que incluso, se legalizó el Partido Comunista Dominicano PCD, que a cambio había dado apoyo a la reforma agraria impulsada por el gobierno de Balaguer. En resumen: ya Juan Bosch, había dejado de ser un peligro político, pues al dejar el PRD no podía movilizar a las masas, que es a lo que más le teme la clase burguesa; el coronel de abril, Francisco Caamaño Deñó había sido asesinado y añadido a todo esto, no existía un Tercer Partido. En conclusión, visto en retrospectiva, históricamente la República Dominicana viene siendo gobernada por dos Partidos desde cuando desapareció el sistema de Partido único de Trujillo y con el desmembramiento del 1J4 en 1963, esta perspectiva sería dilatada hasta 1986, cuando el PLD surge como Tercera fuerza.
6-Durante los ocho años de gobierno del PRD (1978-1986) el proceso de Industrialización y modernización de los medios industriales y estructurales de producción, la creación de infraestructura y medios de comunicación: por ejemplo, vías de transporte y modernización de la producción agropecuaria, sufrieron una parálisis enorme en parte a efecto del proyecto de privatizaciones de las empresas estatales que para entonces tomaba forma en el país mediante las políticas económicas neoliberales capitalistas que entraban en curso con el proyecto de reforma agraria impulsado por el gobierno de Joaquín Balaguer y seguido del primer acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional firmado por el gobierno del señor Salvador Jorge Blanco. [Recordemos que la intervención económico-financiera del FMI en el país dio lugar a la explosión social de 1984]. Las políticas económicas neoliberales implementadas entonces, y las condiciones impuestas por el FMI, dieron lugar a un descontento general que culminó abriendo las puertas para el retorno al frente del Estado de Joaquín Balaguer y su renovado Partido Reformista; organización que tras una fusión con el viejo Partido Revolucionario Social Cristiano adoptaría el nombre de Reformista Social Cristiano PRSC.
7-Con el regreso de Joaquín Balaguer al frente del Estado, el proyecto democrático-burgués redundado en estas líneas entraba ya en la Cuarta fase del Plan y con ello ascendía finalmente a la cúspide. ¿Por qué significó esto un ascenso a la cúspide? Primero, porque Balaguer venía con tonos de un Demócrata pulido, de ideas abiertas y reconciliadoras. Segundo, porque el PRD histórico pasaba a la oposición ocupando asientos en El Senado y en la Cámara de Representantes (Diputados). Tercero, porque una tercera fuerza política había emergido y ocupaba puestos en la Cámara de Representantes con un Bloque de Diputados progresistas. Esta fuerza se hallaba constituida por el Partido de la Liberación Dominicana PLD que entonces se denominaba a sí mismo como un partido Marxista, siendo este el primer Partido en ocupar el lugar de Tercera fuerza política con poder de intervención decisiva en las cuestiones políticas del Estado desde el poder legislativo, lo cual es precisamente lo que es algo de lo que hace falta ahora cuando el PRD se debate entre la vida y la muerte y con un PLD donde hay visos de descomposición orgánica. Creo que si consideraríamos alguna coyuntura favorable para una “nueva alternativa política”, esta subyace en el descalabro progresivo del PRD y la proclividad al fraccionamiento dentro del oficialismo y el PLD.
8-Y por último, una vez concluido el primer cuatreño de los últimos 10 años del PRSC en el poder, su gobierno volvió a la carga autoritaria, puesto que cuyo liderazgo pretendió perpetuarse nuevamente en el poder. En 1989, el PRD se desintegró tras una guerra de tendencias de magnitudes jamás vistas en un Partido dominicano, dando paso al alto crecimiento electoral del PLD, por supuesto de manera automática, mecánica, a consecuencia del impase histórico del PRD y de su desbanda orgánica. En 1990 el PLD ganó las elecciones producto de la decisión de las masas, que cansadas de la guerra sin cuartel dentro del PRD y de los afanes del PRSC de retomar el autoritarismo como medio de seguir atados al poder, depositaron su confianza en el programa de aquél Partido, al cual veían (a falta de una dirección revolucionaria) como un ente de alta moral. Sin embargo, el PRSC se mantuvo al frente del Estado mediante la fuerza, la intimidación y el fraude electoral técnico. Visto en retrospectiva, en lo referente a Juan Bosch y sus aspiraciones a retornar a la presidencia de la República, este nuevo fraude en su contra, colocó el sello final al Golpe de Estado de 1963. Tras este resultado, Juan Bosch no volvería jamás a la presidencia y su nuevo Partido, el “partido de la liberación dominicana” PLD, degeneraría para llegar al poder en 1996 donde se da comienzo al período histórico que acaba de concluir el pasado 20 de mayo de 2012. Del otro lado, es de mucho valor comentar, que el desastroso gobierno del señor Salvador Jorge Blanco (PRD 1982-1986) fue la causa principal que puso impedimento a la llegada al poder del señor José Francisco Peña Gómez y su camarilla del PRD en 1994-1996, pues, la Burguesía no pondría en riesgo su estabilidad económica y control político logrado durante la nueva administración Balaguer-PRSC. Y como veremos más adelante, el hecho de que el señor Danilo Medina vaya a ocupar las oficinas presidenciales a partir del 16 de Agosto de este año 2012, es también producto directo de la misma cautela con que actúa la clase capitalista en el país con respecto al cambio de administraciones, especialmente, cuando esta podrían ocurrir a nivel de la sustitución de partidos políticos en la administración de sus bienes, pues cada partido se halla íntimamente ligado a estratos de clases opuestas entre sí. La clase poderosa, no olvida el desastre ocurrido en el sector financiero nacional (entiéndase Banca Privada) a finales del 2003. Esto, en parte, le costó las elecciones del 2012 al señor Hipólito Mejía y al PRD de hoy.
El período de 1996-2012.
Este ha sido un lapso de tiempo de enorme significancia para la historia de la República Dominicana. Durante estos últimos 18 años el país ha evolucionado significativamente en todos los sentidos elevando sus condiciones sociales a otras esferas. Esa evolución política, económica y cultural, ha tocado significativamente a todos los componentes sociales, elevando la capacidad adquisitiva de una minoría que en números es hoy sumamente más alta y equilibrada que en el período 1961-1978, 1982-1996 y 1996-2000; esto último, en el contexto de gobernabilidad, control de la política económica y por tanto, del aumento numérico de los nuevos ricos.
Si observamos con cuidado esas condiciones, unida a ellas se halla el funcionamiento institucional, que a mi entender, lo hace a la perfección; pero no nos daremos cuenta de ello si no sabemos identificar con claridad en favor de quiénes está destinada la eficiencia y la funcionalidad de las instituciones estatales y sus mecanismos legales y también por quiénes han sido creadas las instituciones y puesto en moción sus mecanismos de funcionamiento. Para no ir muy lejos, mencionaré la institución electoral, mecanismo democrático de la burguesía, que se usa para aferrarse al Poder apoyándose en la práctica del fraude electoral, que dicho sea de pasada, en la República Dominicana, ya no se ejecuta de la misma forma o manera en que se hizo por décadas. La abolición del fraude electoral violento se ha transformado en fraude electoral técnico, el cual sólo puede llevarse a efecto con la consolidación de dos polos de poder electoral y por ende de convocatoria. Esos dos polos son hoy en día el PRD y el PLD, que al consolidarse como únicas organizaciones de Poder instrumentadas por la Clase Política, son los mecanismos del fraude electoral técnico por haber sido capaces de arrastrar hacia su seno a los demás partidos que hoy han dejado competir con independencia, sino que solo se esfuerzan por su propia existencia como grupos tránsfugas. En otras palabras: su política oportunista del pasado, los ha transformado en grupos meramente existencialistas, que se hacen llamar Partidos político aliados.
La sistematización de bipartidismo Ilustrado por la clase poderosa en la República Dominicana ha funcionado a la perfección para su beneficio y en favor de sus aliados extranjeros. Debe notarse que la desaparición de los partidos políticos que en el pasado reciente participaron con candidaturas independientes comenzó primero con la desaparición de los movimientos municipales y provinciales que llevaron en su momento y por mucho tiempo candidaturas locales. Luego, este fenómeno tocó los nervios de la columna vertebral de los partidos emergentes, lo cual influyó bastante en que los resultados electorales se den casi de inmediato en favor del candidato de uno de los dos grandes partidos, pues, he de darse por hecho que al no haber competencia está claro el camino para el supuesto ganador. De aquí que la Dictadura de la Democracia Burguesa, ahora funcione en la República Dominicana sin los tantos tropiezos que con que lo hacía en el pasado, cuales eran un factor innegablemente necesario para el proyecto de instauración y consolidación de la misma.
Dependencia económica.
La República Dominicana, es un país económicamente dependiente del capital financiero Internacional; por tanto, la estabilidad democrática es una necesidad para los aliados locales del capital foráneo y en ello se hallaba la necesidad de una transformación de economía industrial y agroindustrial a una economía de servicios, modelo económico que tomó ímpetu con la llegada al poder del PLD, cuando ya las bases para este fenómeno estaban sentadas. La economía local, transformada en una actividad de servicios al cliente ha suplantado la competitividad productiva por la pretendida capacidad de consumo y la expansión del mercado internacional hacia los países atrasados, que es en donde finalmente se distribuyen para la venta de la mercancía excedente, de la producción y manufactura. Debemos entender que el arribo del PLD al poder vino a ser una pieza más de Plan que se venía implementando paso por paso desde la caída de los Trujillo. Y debemos reconocer que este Plan, elaborado adrede, ha funcionado cabal y efectivamente y que para revertir sus efectos causados es necesaria una perspectiva política de lucha basada en un análisis teórico y también crítico en todos los aspectos de la política, en sus rasgos y aspectos principales y los elementos actores, como son las cuestiones de la Organización política, la ideología de clase y las cuestiones del Programa.
Como ya he dicho: teniendo como fundamento el pilar de la Dictadura de la Democracia Burguesa del Sistema Bipartidista Ilustrado que domina todos los estamentos sociales, debemos elaborar una estrategia alrededor de la creación de un nuevo liderazgo; un liderazgo inexistente hasta ahora pero que debe construirse desde abajo poniendo una perspectiva de Luchas de Clases desde sus raíces. La democracia actual en la República Dominicana funciona abiertamente y por más desdén y apatía que se muestre hacia su Dictadura por parte de grupos que se autodenominan radicales y que actúan como focos izquierdistas, tendremos que adoptar una actitud sobria hacia la participación y actividad política a seguir. Por consiguiente, la prioridad es construir las organizaciones que servirán de herramienta de lucha a través del apoyo y fortalecimiento de las ya existentes, especialmente los sindicatos; interviniendo en los movimientos populares, obreros y estudiantiles y propagando las ideas ideológico-programáticas que nos ayuden explicar las raíces de los problemas que afectan a las masas proletarias del país y del mundo. La toma del poder y por ende del control político no se logrará organizando al margen de las bases orgánicas que ya existen y en esto incluyo que no se podrá construir una estructura orgánica sólida y de clase, ideológicamente educada, al margen de nuestra historia; una estructura que pueda sobrevivir las presiones políticas que vienen y el tiempo que estas duren.
Hay que tener en claro que la Dictadura democrático-burguesa funciona en detrimento de las mayorías, pero que funciona a cabalidad para esa minoría que controla obedientemente el poder en favor de los capitalistas (“inversionistas extranjeros”) que se han instalado con la anuencia de los capitalistas locales y sus sirvientes de la Pequeña-Burguesía política, en los países atrasados lo cual puede conjugarse como otra especie de Colonización Ilustrada basada en el colaboracionismo político local, que por instancia, en la República Dominicana ha mantenido su auge mayor, partiendo del regreso de Joaquín Balaguer al frente del Estado en 1986. Sin embargo, esto no quiere decir que no debemos aprovechar al máximo posible el espacio que nos ofrece la Dictadura Ilustrada de la Democracia Burguesa y abrirnos paso entre las juventudes estudiantiles y los Trabajadores con el propósito de educar ideológicamente a todos aquellos hombres, mujeres, especialmente a los jóvenes que buscan respuestas a las cuestiones políticas, sociales y económicas que los afectan a diario. Asumir esta tarea es una cuestión voluntaria, pero necesaria y responsable a la vez, puesto que va en procura de la formación de los cuadros revolucionarios capaces de liderar las luchas de masas que vienen.
La Era de las privatizaciones.
Durante el paso por la Era de desarrollo industrial, en la República Dominicana se libró una lucha intensa entre los señores capitalistas extranjeros y las clases adineradas nacionales por la búsqueda de una definición clara sobre las políticas económicas y de distribución de la producción local. Durante la época del auge industrial, la República Dominicana, pudo tomar en ciertas formas, medidas económicas independientes, aunque las mismas fuesen tímidas y limitadas por sus proporciones, pero pudo verse en ellas cierto tipo de autoridad político-económica. Esas medidas y decisiones estuvieron basadas en cierta capacidad de exportación que por entonces existía que fueron llevadas efecto a través del control por parte del Estado de las empresas confiscadas y nacionalizadas consecuencia del desmantelamiento del régimen de los Trujillo. Pero cuando ocurrió la llegada del PLD al poder, el país había entrado ya en la época de las privatizaciones, fenómeno que no ocurre solo en la República Dominicana, sino que es resultado del modelo capitalista neoliberal y la política globalizadora del libre mercado y del libre cambio. A mi juicio, creo que el proceso de privatización tuvo sus comienzos con la reforma agraria impulsada por Joaquín Balaguer a finales de su Dictadura de los Doce Años. Las reformas agrarias sólo fomentan la tenencia privada de la tierra, aumentando el número de propietarios; por cuanto, la solución al problema del latifundio, no se resuelve con la repartición de la tierra, sino, nacionalizándolos.
Todo el proceso histórico que hemos señalado brevemente arriba enrumbó las políticas económicas a la fase culminante de la privatización de la propiedad pública. En nuestro particular caso, es a partir del año 1996 cuando se dio comienzo formal a este proceso privatizador; un proceso que marcaría el inicio para un nuevo proceso de conversión de la economía local en una economía basada, como ya dije arriba, en los servicios al cliente, con lo que hemos arribado a un punto, donde todo el capital que circula es producto de ese tipo de política económica neoliberal que se basa principalmente en el sector privado, el empleo informal y la economía de consumo, lo cual puede conjugarse como consumo contra producción y explícitamente en: consumo de los productos importados a cambio de materia prima, lo que ha dado espacio para el surgimiento del alto nivel de delincuencia que se experimenta hoy; que es a su vez el resultado de la falta de empleos formales, la pérdida de competitividad social sobre la producción y la merma de la participación activa y productiva de los pequeños productores que en esencia tienen una significancia enorme con respecto al equilibrio social entre el campo y la ciudad y por ende en la participación económica a nivel local. Este fenómeno, retroactivo en nuestro caso, es consecuencia directa de las políticas de economía de consumo basada en las importaciones de los productos del excedente de la producción extranjera e incluso de la manufactura de productos extraídos de la materia prima sacada de los mismos países que consumen los productos importados.
Este cuadro, halla su base fundamental en las políticas de entrega y de libre mercado impulsadas desde las oficinas de control del proyecto globalizador. En otras palabras: la internacionalización global de la compra, venta y consumo, oferta, demanda, y finalmente la recolonización en forma ilustrada de los países atrasados, que lleva al Estado a manejar todos sus gastos públicos con fondos obtenidos de los grandes prestamistas internacionales; por ejemplo, del FMI, del BM, etcétera, etcétera. La decadencia en el sector industrial dominicano ha dejado un resultado nefasto en todo el país tanto en lo referente a su economía nacional, como en la capacidad de producción para fines de exportación, afectando la calidad de vida de los trabajadores y contribuyendo al aumento del desempleo, elevando con ello una influencia cultural paralizadora de la creatividad independiente ante la malversación de la mente de las juventudes que son bombardeadas por la propaganda de consumo.
Las influencias y la intervención directa de las instituciones foráneas en la economía han colocado la producción local al borde de la bancarrota, pues la dependencia del Estado de los préstamos monetarios ha puesto los recursos naturales en manos de las transnacionales, como efecto primario de una deuda externa que sobrepasa los 23 Mil Millones de dólares. Por ejemplo, el desarrollo del turismo extranjero ha suprimido el turismo local, sirviendo de elemento de coerción de la libertad de ocio saludable y disfrute de los atractivos naturales del país por parte de los Trabajadores dominicanos. El impulso de la economía de servicios al cliente a dado como consecuencia que los pequeños agricultores de las áreas costeras hayan sido engañados con la venta casi forzosa de sus pequeñas propiedades inducido a ello por autoridades locales en contubernio con el gobierno central.
También, han sido expulsados paulatina y gradualmente los pequeños pescadores, que sacaban su sustento diario de las aguas costeras. ¿Entonces, qué es lo que deducimos de este cuadro de cosas? En primer lugar que todo intento de hacer política de cambios en el orden general de las cosas, se logrará, sólo partiendo del conocimiento y del tratamiento político-ideológico de la cuestión económica, teniendo en cuenta la necesidad del análisis en perspectivas de la evolución e involución de la producción en el país, para encontrar una explicación concreta a las raíces de los problemas políticos y de intereses de clase que colocaron a la República Dominicana en los últimos 18 años en donde se halla hoy.
De aquí la necesidad de estudiar las condiciones económicas, políticas y socioculturales de los períodos anteriores para comprender mejor los resultados que ulteriormente hemos obtenido de ellos y arrancar con una perspectiva que subvierta las formas ambiguas de hablar, de actuar y de intentar hacer política. En segundo lugar, hay que analizar cuál ha sido la actitud de las masas en cada uno de los períodos que brevemente he comentado entre líneas para tratar de comprender mejor la cuestión del liderazgo político, que en términos generales, el mejor intencionado, y tal vez el más honesto, ha actuado, sin duda, al margen de la evolución e involución política que nos ha colocado en la situación en que nos toca actuar en este período.
De hecho: es imprescindible analizar sobriamente el momento actual y las condiciones políticas subjetivas del mismo. Pero sin comprender primero las causas, no podremos reprimir los efectos en el momento en que las cosas tomen un giro distinto, lo cual podría ocurrir en cualquier momento; giro que puede tomar forma de movilizaciones espontáneas dentro de algunos sectores de entre masas, si no en todos.
Atilio,
Agosto 13-2012.
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